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Los silvers ya lideran el emprendimiento

VS Raquel Roca
Raquel Roca. Periodista, autora de “Knowmads” y “Silver Surfers”. Fundadora de Silver.Academy

Piensa por un momento en una startup. En un proyecto empresarial innovador que haya triunfado. Y ahora, en el emprendedor/a que lo haya fundado. Deja que las imágenes acudan a tu cabeza… Bien, ¿qué edad aproximada tienen la persona en la que has pensado? Instintivamente, ¿has relacionado emprendimiento con juventud?

Si así ha sido. no pasa nada. Es la manera sesgada en que funciona nuestro cerebro en función de los estímulos e informaciones (también sesgadas) a los que estamos expuestos. Pero fíjate, una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reveló que la edad promedio de un emprendedor exitoso que funda una empresa es de 45 años. Ni 20, ni 30, sino pasados los 40 ¡Una edad silver donde las haya! En España según el Informe GEM 2020 – 2021 del Observatorio del Emprendimiento, la edad media está en 42 años, con mayores de 55 años en las iniciativas consolidadas.

Porque hablamos de 45 años de media, y subiendo. Por supuesto también hay muchos tabúes culturales que derribar. En algunas culturas las personas mayores “deben” retirarse y descansar… O cuidar a los nietos. En otras, una jubilación activa se valora como un momento para perseguir sueños, crear riqueza y ayudar a la familia y a la sociedad. En este mundo socialmente envejecido… Más nos vale estar todos alineados en la segunda alternativa.

Incluso cuando analizaron el 0,1% de las startups con más crecimiento en sus primeros cinco años de vida (observando factores como la financiación de inversionistas con capital riesgo, o si parte de los empleados estaban calificados en áreas como ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas) comprobaron de nuevo que los fundadores, en promedio, comenzaron su aventura empresarial a los 45 años. Si, es lo lógico. Más experiencia. Más capital. Más relación social (network)…

Aún nos cuesta pensar en conceptos como energía, innovación, ideas rompedoras, creatividad, sueños, riesgo y ganas de comerse el mundo en personas de más edad

Entonces, ¿por qué seguimos asociando innovación, transformación y emprendimiento a juventud? En parte porque grandes referentes de empresas tecnológicas fueron en su día fundados por veinteañeros, como Marck Zuckerberg, Bill Gates, Steve Jobs. Además, existe una mayor exposición mediática, y en redes sociales, de los emprendedores jóvenes. Pero hay otra realidad que no podemos ignorar, que son nuestros prejuicios. Inconscientes, por supuesto. Pero ahí están. Aún nos cuesta pensar en conceptos como energía, innovación, ideas rompedoras, creatividad, sueños, riesgo y ganas de comerse el mundo en personas de más edad.

Eliminando las barreras

El mundo está empezando a comprender que los empresarios (y también empleados, colaboradores, freelances… ) de más edad con la riqueza de su trabajo, su experiencia de vida, si van unidas al entusiasmo por seguir siendo productivos son un recurso brutal. El futuro es de los jóvenes, por supuesto que sí, pero también para los silver surfers del mundo. Y eso incluye a las personas de 40 y 50 de media, pero también a los profesionales de 60 y 70 +. Cuando dejemos de verlos como un grupo “pasivo” (y por lo tanto una “carga dependiente”) y los reconozcamos como “activos”, ayudaremos entre todos a romper las barreras y liberar su potencial. Recordemos además que todos algún día, si nos va bien, estaremos ahí. Dejemos de poner el límite conceptual de “ser mayor” en los 65. Es una aberración para nuestra realidad demográfica actual y nuestras biologías.

Los empresarios mayores y mayores plus (75+) aportan miles de millones de euros impuestos, ayudando a rebajar la tensión de las arcas de las pensiones.

¿Hay entonces diferencias estratégicas importantes en el espíritu empresarial en las personas jóvenes y mayores, o no? Parecería que a medida que las personas envejecemos nuestra tolerancia al riesgo disminuye. Algo que se aplica a cualquier esfuerzo financiero y que tiene que ver con nuestra percepción del tiempo. Por lo demás, los datos presentados por el estudio del GEM (Global Entrepreneurship Monitor) demuestran que la prosperidad no tiene límites de edad. En todo el mundo, el impacto económico de las empresas iniciadas y dirigidas por empresarios es enorme. Los empresarios mayores y mayores plus (75+) están creando empleos para ellos mismos y para otros. Además, estos empresarios aportan miles de millones de dólares/euros en impuestos, ayudando así a rebajar la tensión de las arcas de las pensiones.

Es más, según el Age and High-Growth Entrepreneurship, “un fundador de 50 años tiene 1,8 veces más probabilidades de lograr un crecimiento de cola superior que un fundador de 30 años”. ¿Motivos? Las personas que están mejor preparadas para convertirse en empresarios suelen ser aquellas que tienen niveles más altos de capital humano (educación y experiencia laboral), capital social (red de contactos, network, prestigio…) y capital financiero (activos financieros, ahorros.-.). Los autores argumentan que estos emprendedores sénior cuentan con una mayor experiencia en administración, marketing y finanzas, así como un conocimiento más rico y profundo de una industria.

Mayor garantía de éxito

Por tanto, como escribió Benjamin Jones junto a otros autores en un artículo publicado en la revista Harvard Business Review, “los emprendedores mayores tienen una tasa de éxito sustancialmente superior”. Una investigación realizada por Nesta.org corrobora que los empresarios de mayor edad efectivamente tienen también más éxito: el 70 % de sus nuevas empresas duran más de tres años, en comparación con el 28% de los empresarios más jóvenes.

Y, sin pretender generar comparativas generacionales insanas, sino tan solo exponer realidades, de media los empresarios jóvenes suelen dirigir empresas sin empleadores (es decir, no ofrecen empleo a ninguna otra persona que no sea el propietario), mientras que los empresarios de mayor edad tienen más probabilidades de emplear a más de 5 personas.

Cuanta más diversidad en los proyectos, de género, raza, cultura y edad, mejor nos va.

¡Y aún hay más! Entre los adultos mayores, el 8% son emprendedores sociales, un porcentaje más alto que en otros grupos de edad. Este es un punto interesante a analizar, ya que el emprendimiento social se asocia a menudo con “jóvenes creadores de cambios por su naturaleza idealista”. Qué buen tándem haríamos todos unidos, ¿verdad? Si cuanta más diversidad en los proyectos, de género, raza, cultura y edad, mejor nos va.  Que el espíritu surfer se siga propagando, para hacer creer esta ola de emprendimiento silver que ya lideramos.

Raquel Roca. Periodista, autora de “Knowmads” y “Silver Surfers”. Fundadora de silver.academy

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