
Una receta inmunoprotectora
Una buena y equilibrada alimentación puede ayudarnos a proteger nuestro sistema inmune, ya que aporta la necesaria energía para mantenerlo sano, ralentizando el proceso de inmunosenescencia (el deterioro gradual del sistema inmunitario que provoca el envejecimiento). Y, al contrario, mantener una dieta no adecuada durante un tiempo prolongado, deteriora nuestra salud.
Por esa razón, a partir de los 50 años, conviene tener más presente que nunca que “somos lo que comemos”, y en nuestra dieta no deben faltar, por ejemplo, alimentos ricos en vitaminas, además de garantizar el suficiente consumo de calcio, hierro y zinc.
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