Fecha de publicación
16 junio 2025

Ibuprofeno y paracetamol: ¿cuál tomar según tu dolor?

Tiempo de lectura
14 min.
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Los analgésicos de venta libre como el ibuprofeno y el paracetamol son muy comunes para aliviar el dolor y la fiebre.

En este artículo exploraremos en detalle qué son el ibuprofeno y el paracetamol, cómo funcionan en el organismo y para qué situaciones suelen recomendarse, así como sus contraindicaciones y posibles efectos secundarios. Analizaremos cuál de ellos puede resultar más efectivo en distintos tipos de dolor, desde cefaleas y molestias musculares hasta fiebre y cuadros gripales, y en qué casos conviene priorizar uno sobre otro. También ofreceremos pautas generales para el uso responsable, enfatizando la importancia de respetar dosis y consultar a un profesional cuando el dolor o la fiebre persistan.

¿Qué son el ibuprofeno y el paracetamol?

El Ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que inhibe las enzimas ciclooxigenasa (COX-1 y COX-2), reduciendo la producción de prostaglandinas, mensajeros químicos que generan inflamación, dolor y fiebre. Gracias a esto, el ibuprofeno disminuye la inflamación en tejidos afectados y alivia el dolor asociado. Se clasifica como analgésico-no narcótico, antiinflamatorio y antipirético. Su inicio de acción es rápido (30 minutos aprox.) y puede prolongarse varias horas (6–8 h típicamente) dependiendo de la dosis.

El Paracetamol (acetaminofén) es un analgésico y antipirético (calmante del dolor y reductor de fiebre) del grupo de los no opioides. A diferencia del ibuprofeno, no tiene un efecto antiinflamatorio importante. Se cree que el paracetamol actúa principalmente en el sistema nervioso central, inhibiendo una forma particular de COX (a veces llamada COX-3) en el cerebro y médula espinal, por lo que modula la percepción del dolor y la temperatura corporal. Su efecto también comienza alrededor de 30 minutos tras la toma y dura unas 4–6 horas.

Ambos medicamentos alivian el dolor leve o moderado y la fiebre. En concreto, el ibuprofeno está indicado cuando el dolor se acompaña de inflamación o hinchazón (como artritis o esguinces), mientras que el paracetamol es adecuado para dolores generalizados y febriles (cefaleas, malestar gripal, etc.). Ambos fármacos son de venta libre y seguros si se usan en dosis recomendadas y durante corto tiempo.

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Usos comunes del ibuprofeno y tipos de dolores

El ibuprofeno se prescribe o recomienda en muchas situaciones dolorosas, sobre todo cuando hay componente inflamatorio. Entre sus usos más frecuentes destacan los siguientes:

  • Dolor menstrual (dismenorrea): alivia los cólicos menstruales reduciendo la inflamación de la pared uterina. Su efecto antiinflamatorio ayuda a calmar este dolor.
  • Dolor dental (muelas): muy utilizado para el dolor de muelas o después de extracciones dentales, por su acción analgésica e inflamatoria local. Puede ser más efectivo que el paracetamol en estos casos.
  • Faringitis / anginas: reduce la inflamación y el dolor de garganta de origen inflamatorio (por ejemplo, anginas bacterianas).
  • Dolores musculares y de tejidos blandos: esguinces, torceduras, contracturas o contusiones responden bien al ibuprofeno porque hay inflamación en músculos y articulaciones. Por ejemplo, lumbalgias, tendinitis y distensiones musculares mejoran con AINEs.
  • Dolor de espalda: dado que la espalda suele inflamarse (espasmos, artritis vertebral), el ibuprofeno es eficaz para aliviar la tensión muscular y la inflamación local.
  • Dolor articular e inflamatorio: en enfermedades como la osteoartritis o artritis reumatoide, el ibuprofeno alivia rigidez, hinchazón y dolor de las articulaciones.
  • Cefaleas fuertes: también se emplea en dolores de cabeza cuando hay componente tensional o inflamatorio (migrañas leves, cefaleas por sinusitis, por ejemplo).
  • Fiebre alta o cuadros gripales severos: si existe fiebre acompañada de dolores intensos (por ejemplo, “gripe fuerte”), el ibuprofeno puede bajar la fiebre y mejorar el malestar general, gracias a su doble acción analgésica y antipirética.

Es importante usar la dosis adecuada (p. ej. 400 mg cada 6–8 horas en adultos) y no superar 1200–2400 mg/día.

Usos comunes del paracetamol y tipos de dolores

El paracetamol es el analgésico de elección para dolores leves o moderados sin inflamación marcada y para bajar la fiebre. Algunos de sus usos frecuentes son:

  • Cefaleas (dolores de cabeza): eficaz contra cefaleas tensionales y migrañas leves. Alivia el dolor de cabeza y baja la fiebre sin irritar el estómago.
  • Dolores musculares leves: ideal para molestias musculares generalizadas (cervicales, espalda, contracturas leves) cuando no hay hinchazón pronunciada.
  • Dolor menstrual leve: calma el dolor menstrual moderado, aunque en cólicos intensos el efecto antiinflamatorio del ibuprofeno a veces es superior.
  • Dolores por resfriados o gripe: Muy empleado para calmar el dolor de garganta, de cabeza y muscular que acompaña a los cuadros virales. También reduce eficazmente la fiebre de forma comparabale al ibuprofeno.
  • Dolor de muelas leve: alivia el dolor dental moderado, sobre todo cuando no hay inflamación intensa.
  • Dolor articular leve (osteoartritis): se usa en artrosis para reducir el dolor crónico de rodillas, caderas, etc. Aunque no ataca la causa inflamatoria, alivia la molestia.
  • Malestar post-vacuna: es común dar paracetamol después de vacunaciones para evitar la fiebre y el dolor local tras la inyección.

La dosis usual en adultos es de 500–1000 mg cada 6–8 horas (hasta 3–4 g en 24 h), sin exceder el máximo.

Principales diferencias

Aunque ibuprofeno y paracetamol comparten efectos analgésicos y antipiréticos, sus mecanismos y propiedades difieren notablemente:

  • Acción antiinflamatoria: el ibuprofeno sí es antiinflamatorio, ya que bloquea las COX en tejidos periféricos, reduciendo prostaglandinas que causan inflamación y dolor. En cambio, el paracetamol carece de efecto antiinflamatorio importante; actúa principalmente en el sistema nervioso central.
  • Analgésico y antipirético: ambos alivian el dolor y la fiebre, pero ibuprofeno tiene doble acción (analgesia + antiinflamación) mientras que paracetamol funciona bloqueando señales nerviosas de dolor y regulando el termostato cerebral. Por ello, ibuprofeno es preferible cuando la inflamación es la causa del dolor, mientras que paracetamol es suficiente cuando hay dolor sin inflamación significativa.
  • Velocidad y duración del efecto: el ibuprofeno suele comenzar a hacer efecto a los 20–30 minutos y dura entre 6 y 8 horas; el paracetamol tarda un tiempo similar (30 min) pero su alivio suele durar alrededor de 4 a 6 horas. En general se considera que ibuprofeno puede actuar “más rápido” y con efecto más prolongado frente al dolor.
  • Indicaciones terapéuticas: dado lo anterior, el ibuprofeno se indica en dolores moderados que precisen reducir inflamación (artritis, esguinces, lumbalgia, etc.), mientras que el paracetamol se emplea en dolores leves a moderados de cualquier etiología y especialmente en fiebre.
  • Tolerancia gástrica: el paracetamol no irrita el estómago, por lo que puede tomarse con el estómago vacío. En cambio, el ibuprofeno puede dañar la mucosa gástrica y debe tomarse preferiblemente con comida para evitar molestias.
  • Efectos secundarios: en dosis terapéuticas y uso corto ambos son seguros. Sin embargo, el ibuprofeno tiene más riesgos sistémicos mientras que el paracetamol, aunque menos irritante gástrico, puede ser tóxico para el hígado en sobredosis.

¿Cuál es más efectivo según el tipo de dolor?

Dolor de cabeza

Para las cefaleas tensionales ocasionales, ambos medicamentos de venta libre son eficaces. De hecho, la mayoría de estos dolores de cabeza leves se alivian con analgésicos como aspirina, ibuprofeno o paracetamol. El paracetamol suele ser muy efectivo en dolores de cabeza por tensión o dolores leves a moderados. El ibuprofeno también alivia la cefalea y puede ser útil especialmente si existe inflamación asociada (por ejemplo, en migrañas leves donde los vasos sanguíneos se dilatan e inflaman).

En migraña u otros dolores de cabeza intensos, a menudo se recurren a medicamentos específicos (triptanes) o se combinan analgésicos. Sin embargo, tanto paracetamol como ibuprofeno pueden ayudar a disminuir el dolor y la fiebre en una migraña moderada. El ibuprofeno, por su acción antiinflamatoria, suele recomendarse como primera opción para migrañas leves o moderadas, ya que actúa sobre la inflamación de los vasos craneales. El paracetamol también tiene efecto, pero algunos estudios indican que los AINEs pueden proporcionar mejor alivio en migraña por su doble efecto analgésico+antiinflamatorio.

Dolor muscular y articular

En los dolores musculares o articulares, la clave está en saber si hay inflamación o no. Cuando el dolor se debe a inflamación (esguinces, distensiones, artritis, contracturas con hinchazón, lumbalgias con componente inflamatorio, calambres menstruales con inflamación uterina), el ibuprofeno suele ser más eficaz. Su acción antiinflamatoria reduce la hinchazón y el dolor asociado (p. ej. articulaciones doloridas por artritis reumatoide o tendinitis).

Por ejemplo, el ibuprofeno está indicado en artritis y otras afecciones reumáticas con dolor crónico y rigidez. También alivia distensiones musculares y esguinces deportivos porque actúa directamente contra la inflamación del tejido dañado. En contraste, el paracetamol es adecuado para dolores musculares o articulares sin inflamación notable. Si una persona tiene dolor de espalda por cansancio o un dolor muscular general (por ejemplo post-ejercicio) sin evidencias de inflamación aguda, el paracetamol puede calmar el dolor igualmente. Es especialmente útil cuando hay trastornos gástricos de base, pues no irrita el estómago, mientras que el ibuprofeno podría empeorar condiciones como gastritis.

Fiebre y resfriados

Para fiebre y síntomas gripales o de resfriado, ambos fármacos pueden usarse como antipiréticos. Ambos reducen la temperatura corporal y alivian el malestar general. Por ejemplo, en resfriados comunes se recomienda el acetaminofén (paracetamol) o el ibuprofeno para bajar la fiebre y disminuir los dolores musculares. Una guía médica señala que “el paracetamol y el ibuprofeno ayudan a bajar la fiebre y alivian los dolores musculares” durante un resfriado.

En general, paracetamol suele ser la primera opción para la fiebre en niños y adultos con afecciones víricas leves, debido a su perfil de seguridad y menor irritación gástrica. Sin embargo, ibuprofeno es igualmente efectivo para la fiebre alta y tiene la ventaja de su efecto antiinflamatorio, por lo que puede acortar mejor los síntomas inflamatorios de un cuadro gripal intenso.

En fiebre puramente viral, no hay gran diferencia: ambos medicamentos reducen la temperatura eficazmente. Por ejemplo, se ha visto que paracetamol e ibuprofeno son comparables al bajar la temperatura en niños con fiebre. En resumen, para gripe o resfriado leve cualquiera de los dos vale; si además hay dolores musculares intensos o inflamación (por ejemplo, dolor de garganta muy inflamado), el ibuprofeno puede aportar un beneficio adicional.

Contraindicaciones y efectos secundarios

Riesgos del ibuprofeno

El ibuprofeno, como AINE, tiene riesgos característicos:

  • Problemas gastrointestinales: puede irritar la mucosa estomacal. Su consumo continuado puede causar gastritis, úlceras o sangrado gastrointestinal incluso sin síntomas. Por eso se recomienda tomarlo con alimentos. También puede producir acidez e indigestión.
  • Riesgo cardiovascular: estudios y advertencias médicas señalan que los AINEs (incluido ibuprofeno) incrementan el riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, sobre todo en tratamientos prolongados o dosis altas. En particular, dosis diarias >2400 mg se asocian a un aumento significativo de infartos. Las personas con hipertensión, colesterol alto, antecedentes de trombosis o problemas cardíacos deben consultar al médico antes de tomar ibuprofeno.
  • Retención de líquidos y efectos renales: puede causar retención hidrosalina y elevar la presión arterial. También puede dañar los riñones (por disminución del flujo renal), especialmente en pacientes con insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca o uso concomitante de diuréticos o litio.
  • Prolongación del sangrado: al interferir con la función plaquetaria, el ibuprofeno puede retrasar la coagulación, aumentando el tiempo de sangrado. Esto es crítico en personas que toman anticoagulantes o tienen trastornos hemorrágicos.
  • Alergias y reacciones cutáneas: aunque raras, se han descrito reacciones alérgicas (rash, asma inducida por AINEs) y efectos dermatológicos graves.
  • Embarazo: el ibuprofeno está contraindicado en el tercer trimestre de embarazo (y generalmente se evita después de la semana 20) porque puede afectar al feto (por ejemplo, cierre prematuro del conducto arterioso). No debe tomarse cerca del parto sin indicación médica.
  • Otras precauciones: está contraindicado en personas con úlcera péptica activa, enfermedad inflamatoria intestinal (por riesgo de sangrado), insuficiencia renal o hepática grave, y antecedentes de reacciones adversas a otros AINEs. Tampoco se recomienda en mayores de 75 años por el riesgo aumentado.

Riesgos del paracetamol

El paracetamol tiene un perfil de seguridad diferente pero también importantes advertencias:

  • Toxicidad hepática por sobredosis: el riesgo más serio es el daño al hígado (hepatotoxicidad) en caso de sobredosis. Dosis excesivas de paracetamol pueden causar insuficiencia hepática aguda, a veces tan grave como para requerir trasplante de hígado. Por ello, no debe superarse la dosis máxima diaria recomendada (4 g en adultos; muchas guías incluso recomiendan 3 g en pacientes con factores de riesgo). La toxicidad hepática aumenta si el paciente consume alcohol de forma habitual o tiene enfermedades hepáticas previas.
  • Sobredosis accidental: es común olvidar que el paracetamol está presente en múltiples medicamentos combinados (antigripales, analgésicos de venta libre). Tomar varios de estos a la vez puede llevar a exceder la dosis segura. “Asegúrese de leer las etiquetas para no sufrir una sobredosis accidental de paracetamol”.
  • Fase de descompensación: inicialmente, la sobredosis puede causar vómitos, sudoración y desorientación leves, pero el daño hepático suele manifestarse a las 24–72 horas con dolor abdominal y signos de insuficiencia hepática. Cualquier sospecha de sobredosis requiere atención médica inmediata.
  • Reacciones menos comunes: raramente, puede provocar reacciones alérgicas cutáneas (erupciones) o alteraciones hematológicas si se usa por periodos muy prolongados.
  • Otros efectos: a diferencia del ibuprofeno, el paracetamol no irrita el estómago ni afecta la coagulación, por lo que es la opción preferida en personas con úlceras pépticas o en tratamientos con anticoagulantes. Además es seguro durante el embarazo (en dosis adecuadas) y en lactancia.

Consulta a un experto siempre

La automedicación con ibuprofeno o paracetamol debe hacerse con responsabilidad. Aunque ambos son accesibles, no deben usarse de forma indiscriminada ni por períodos muy prolongados. Es fundamental tomar la dosis mínima efectiva durante el menor tiempo posible para controlar los síntomas. Antes de auto recetarse, conviene leer el prospecto y comprobar la presencia de paracetamol o ibuprofeno en otros fármacos (como antigripales), para evitar sobredosis involuntarias.

Si el dolor o la fiebre persiste o empeora después de unos días (por ejemplo, más de 3 días de fiebre o 5 días de dolor sin mejoría), se debe consultar al médico, ya que puede ocultar otra enfermedad subyacente. También es clave informar al profesional sobre otros medicamentos que se tomen, pues existe riesgo de interacciones.

Además, en embarazadas, ancianos o enfermos crónicos es mejor la supervisión médica siempre. Por ejemplo, los ancianos pueden requerir dosis menores, y las embarazadas deben evitar el ibuprofeno sin supervisión.

Por último, conseguir una buena salud depende de cada uno de nosotros. Descubre qué es el hipoidirismo y qué síntomas puede activar que necesites ir al médico.

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