Fecha de publicación
01 septiembre 2025

Greenwashing: mitos y verdades de la moda sostenible

Tiempo de lectura
8 min.
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En los últimos años la sostenibilidad se ha convertido en una palabra clave dentro de la industria de la moda. Marcas grandes y pequeñas publicitan tejidos “eco”, procesos “sostenibles” y colecciones “verdes”.

Sin embargo, no todo lo que brilla es realmente responsable, el greenwashing, prácticas de marketing que hacen parecer a un producto o empresa más ecológica de lo que en realidad es, se ha vuelto común.

Este artículo explica qué es el greenwashing, cómo afecta al sector textil, desmiente mitos habituales y ofrece herramientas y preguntas concretas para que como consumidor puedas identificar prácticas genuinas y evitar ser engañado. El objetivo no es demonizar toda la industria, sino dar criterios prácticos para distinguir entre compromiso real y simple estrategia comercial.

¿Qué es greenwashing?

Greenwashing es un término que describe acciones de comunicación o marketing que buscan generar una imagen de responsabilidad ambiental sin que exista un respaldo real o suficiente detrás. Puede ir desde afirmaciones vagas, “respetuoso con el medio ambiente”, hasta certificaciones cuestionables o cambios cosméticos en un producto que no afectan su impacto global.

En la moda, el greenwashing puede aparecer como campañas publicitarias, etiquetas llamativas, colecciones “capsule” limitadas que destacan por su supuesta sostenibilidad, o declaraciones sobre reducción de emisiones que no están verificadas.

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Impacto en la industria de la moda

El greenwashing tiene un impacto doble: por un lado, erosiona la confianza del consumidor en las afirmaciones ambientales, por otro, distorsiona la competencia entre marcas. Cuando un gran actor usa recursos masivos para publicitar un menor impacto ambiental aparente, las marcas realmente comprometidas, que a menudo invierten en auditorías, trazabilidad y mejoras reales,quedan en desventaja porque sus esfuerzos no resultan tan visibles o rentables inmediatamente.

Además, el greenwashing dificulta que los reguladores y la sociedad identifiquen problemas sistémicos. Al centrar la atención en mensajes superficiales, se pueden posponer medidas efectivas como la transparencia sobre emisiones, la reducción real de volumen de producción, la mejora de condiciones laborales o la apuesta por modelos circulares. A medio plazo, esto frena la transformación del sector hacia prácticas más justas y duraderas.

Por qué es un problema en la moda

La moda es una industria con alto consumo de recursos, agua, energía, químicos, y mano de obra intensiva. Su impacto ambiental y social es significativo, por lo que la posibilidad de “lavar” la reputación mediante comunicados o etiquetas vacías agrava riesgos reales. Cuando los consumidores confían en mensajes engañosos, se perpetúa la compra de productos que siguen dañando ecosistemas o explotando a trabajadores.

También existe un coste cultural, la idea de que comprando “eco” se resuelven problemas complejos puede llevar a una falsa sensación de responsabilidad personal que distrae de cambios estructurales necesarios (por ejemplo, reducir el consumo o exigir mejores regulaciones).

Mitos comunes sobre moda sostenible

En torno a la moda sostenible circulan muchos mitos que conviene desmentir para tomar decisiones informadas. Algunos se originan en la buena fe del consumidor y otros son consecuencia directa de estrategias de marketing que explotan conceptos imprecisos.

Uno de los mitos más extendidos es que cualquier prenda con una etiqueta “orgánica” o “reciclada” es por defecto sostenible en todo su ciclo de vida. No siempre es así: un tejido orgánico puede haberse transportado largas distancias, haber sido teñido con procesos tóxicos o haberse producido en fábricas con condiciones laborales deplorables. La sostenibilidad es multidimensional y exige mirar más allá del material.

Otro mito es creer que “más caro = más sostenible”. El precio puede reflejar costos justos o solo el posicionamiento de marca; no garantiza auditorías, transparencia o compromiso ambiental a largo plazo.

Publicidad y claims engañosos

Los claims (afirmaciones) publicitarios son una de las principales herramientas del greenwashing. Frases como “eco-friendly”, “natural”, “sostenible” o “biodegradable” suenan bien pero, sin pruebas, son vacías. A menudo se usan imágenes de naturaleza, tonos verdes y mensajes emocionales que no informan sobre el alcance real de la mejora ambiental.

Para que un claim sea fiable necesita respaldo: datos cuantificados, alcance temporal (por ejemplo, reducción del 30% de emisiones desde 2018) y, preferiblemente, verificación externa por parte de terceros independientes. Sin esa evidencia, la afirmación debería ser tratada con escepticismo.

Etiquetas que no certifican sostenibilidad

No todas las etiquetas son sinónimo de sostenibilidad genuina. Existen muchos sellos comerciales creados por marcas o por organizaciones con estándares opacos. Algunos sellos importantes y rigurosos existen, pero hay que distinguirlos de logos de marketing o certificaciones menores que no auditan realmente la cadena de suministro.

Para interpretar una etiqueta, pregunta: ¿quién la emite? ¿qué aspectos audita (materiales, producción, trazabilidad, aspectos sociales)? ¿hay documentación pública? Si la etiqueta no responde a estas preguntas o no ofrece acceso a informes, su valor real como garantía es limitado.

Cómo evitar ser engañado

No es necesario convertirse en experto para comprar con criterio. Con unos pocos pasos y preguntas puedes reducir mucho la probabilidad de caer en greenwashing. La idea es exigir transparencia, datos verificables y coherencia entre lo que la marca comunica y lo que hace en su cadena.

Busca información más allá del claim, lee la sección “sostenibilidad” de la web, revisa reportes de impacto y busca si hay auditorías externas o certificaciones reconocidas. Observa coherencia: una marca que lanza colecciones “eco” cada temporada pero mantiene colecciones de “fast fashion” con alto volumen probablemente está apelando al marketing más que al cambio real.

Guía para consumidores responsables

  1. Prioriza la transparencia: marcas que publican datos cuantificados (volumen de materiales reciclados, emisiones, porcentaje de fábricas auditadas) suelen tener mayor compromiso.
  2. Valora la trazabilidad: saber dónde y cómo se fabrica una prenda reduce riesgos sociales y ambientales.
  3. Compra menos y mejor: optar por calidad y durabilidad reduce la huella individual más que comprar prendas “eco” de baja calidad.
  4. Fomenta la circularidad: reparaciones, compras de segunda mano y alquileres son alternativas que disminuyen el impacto.
  5. Exige evidencia: si una marca presume mejoras, pide acceso a informes o certificaciones. El silencio o la vaguedad suelen ser señales de alerta.

Preguntas clave al elegir marcas

Antes de comprar, pregúntate y, si es posible, verifica las respuestas:

  • ¿Qué porcentaje de la colección o materiales es realmente sostenible?
  • ¿La marca publica auditorías o informes de sostenibilidad?
  • ¿Existe certificación independiente (por ejemplo, estándares textiles reconocidos)?
  • ¿Dónde se fabrican las prendas y cuáles son las condiciones laborales?
  • ¿Cómo gestiona la empresa residuos, devoluciones y fin de vida del producto?

Si la marca no responde con claridad o evita cifras concretas, procede con cautela.

Herramientas y recursos

Existen herramientas que facilitan la comparación y detección de greenwashing, bases de datos de certificaciones, plataformas de transparencia de cadenas de suministro, y aplicaciones que permiten escanear etiquetas para obtener información sobre materiales y condiciones de producción. También pueden ser útiles informes de ONG y periodistas que investigan cadenas de valor y denuncian prácticas engañosas.

Algunas prácticas concretas a seguir serían suscribirse a boletines de organizaciones de consumidores, consultar rankings independientes sobre marcas y revisar portales de certificaciones reconocidas en el sector textil. Además, redes sociales y foros de consumidores suelen ser fuentes de experiencias reales (positivas y negativas) sobre marcas específicas.

Recuerda que las herramientas no sustituyen el juicio crítico, úsalas como apoyo para verificar información, no como reemplazo de preguntas directas a las marcas.

Adoptar hábitos de consumo con criterio reduce la efectividad del greenwashing y empuja a la industria hacia cambios reales. La sostenibilidad en la moda no es solo un material o una etiqueta: es la suma de transparencia, condiciones laborales dignas, reducción del impacto ambiental y economía circular.

Por último, ¿quieres saber más sobre moda sostenible? Descubre los beneficios que tiene para las marcas y algunas propuestas que puedes incluir en tu armario.

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