14 abril 2021

Técnicas de estudio para potenciar el aprendizaje

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Sin importar la materia, temática o área de aprendizaje, estudiar es un acto que implica una suma de esfuerzos y la aplicación de distintas estrategias para la obtención de habilidades y conocimientos.

Conforme a cada ámbito o nivel de profundización del proceso educativo, aprender puede que resulte un objetivo más complicado para unos que para otros; pero, afortunadamente existen métodos de estudio eficaces para facilitar el camino.

Al hablar de técnicas para el estudio, es habitual pensar en rutinarios actos que se han heredado o impartido tradicionalmente para aprender, como es el caso del subrayado, la relectura, el resumen, y algunas técnicas de memorización o mnemotecnia, como la identificación de palabras claves o la asociación con imágenes. Aún así, si bien es cierto estos métodos tienen un uso extendido, y funcionan para la sintetización y organización de algunas ideas, su efectividad para la obtención de buenas calificaciones y para retener conocimientos de forma permanente, no es del todo fructífera.

Pese a que el aprendizaje requiere de una actitud activa y a que el estudiante debe invertir esfuerzos para la adquisición del saber, el proceso no debería resultar tortuoso o aburrido para el aprendiz, pues ello le dificultará alcanzar el objetivo y, en consecuencia, se generaría un estado de frustración que lo impulse a la pasividad o ausencia de motivación. En este sentido, es recomendable que algunos de los hábitos citados comiencen a ser sustituidos o, en su defecto, acompañados por mejores técnicas de estudio que no solo brinden resultados optimizados, sino que hagan del aprendizaje un proceso más llevadero.

Apostar por la práctica

Si se prioriza la teoría sobre la práctica durante las horas de estudio, el proceso de aprendizaje puede tornarse en un procedimiento aburrido y, en ocasiones, difícil de ejecutar. Además, también hay que destacar el hecho de que el conocimiento no se asienta únicamente mediante la pura memorización.

Diseñar o realizar actividades prácticas de la temática en cuestión permitirá establecer una conexión efectiva entre conocimiento y utilidad. Entre las técnicas de estudio de este tipo más destacadas se encuentran:

  • Test o cuestionarios: para emular la sensación que se tiene frente a un examen, pueden realizarse baterías de preguntas y respuestas que aborden el área de estudio en cuestión, aplicar una autoevaluación e identificar qué contenidos se manejan y cuáles faltan por aprender. Estos recursos también pueden encontrarse en muchos libros de estudio y en internet.
  • Ejercicios o casos prácticos: más que memorizar alguna definición, resulta más efectivo poner en práctica su concepto en ejercicios o casos simulados. En este sentido, la orientación docente resulta de gran ayuda. Al resolver problemas enmarcados dentro del tema de estudio, podrá comprenderse más fácilmente la teoría y su aplicación.
  • Prácticas distribuidas: más que un método de estudio, las prácticas distribuidas resultan una estrategia para facilitar la obtención de aprendizaje. Su aplicación consta de establecer una sencilla rutina al programar horas de estudio sobre un mismo tema, para aplicar, en cada una de ellas, distintos tipos de prácticas que permitan afianzar el conocimiento y fortalecer la confianza.

Intercalar sesiones y materias

Uno de los errores más frecuentes a la hora de estudiar es programar un tema o materia para un único momento o día en el calendario, pues se cree que, al abarcar todos los contenidos de una misma área a la vez, se podrán amalgamar más fácilmente los conceptos. Lo ideal es no solo alternar las sesiones de cada objeto de estudio, sino combinar las materias de aprendizaje, para fortalecer la memoria y distinguir mejor la resolución de problemas.

  • Espaciar las sesiones: consiste en separar por partes el objeto de estudio, y estudiar cada una de esas secciones o subtemas en horas o días distantes uno de otro. De esta manera, el estudiante ejercitará la memoria, lo cual le permitirá enlazar más fácilmente su conocimiento previo con el nuevo contenido abordado.
  • Combinar asignaturas: alternar horas de estudio entre dos o más materias permite, además de aliviar la carga mental, ampliar los enfoques ante determinada área de aprendizaje, algo que se traduce en una mejor capacidad de análisis y en más creatividad. Esta acción también favorece la diferenciación de problemas y la identificación más precisa de sus soluciones.

Intercambiar los conocimientos

Nada potencia más el conocimiento que la capacidad de intercambiar lo aprendido con compañeros a través del aprendizaje cooperativo. Se identifican, así, algunas de las técnicas de estudio más comunes para el compartimiento de saberes:

  • Brainstorming: la lluvia de ideas es uno de los métodos más implementados en los sectores creativos. Es altamente efectivo para los trabajos grupales y la búsqueda de soluciones a problemas complejos. Aplicado al aprendizaje, es un método que ayuda a despejar dudas y brindar múltiples perspectivas del objeto de estudio.
  • Foros de discusión: similar a la alternativa anterior, pueden organizarse espacios, tanto presenciales como online, para el contraste de opiniones sobre determinado tema. El debate de ideas potencia el interés en profundizar en el aprendizaje, además de favorecer la capacidad argumentativa.

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