Qué es la educación emocional
La educación va más allá de los conocimientos básicos que aprendemos en la escuela, el instituto o la universidad.
Desde siempre, se ha considerado la educación como la adquisición de unos conocimientos técnicos y académicos. Sin embargo, no solo puede quedarse ahí, ya que en el ámbito de la educación entran otros valores en juego y que resultan fundamentales. Estamos hablando de la educación emocional.
El aprendizaje social y emocional es una parte fundamental de la educación y el desarrollo humano. En este sentido, la educación emocional alude al proceso a través del cual niños, jóvenes y adultos adquieren y aplican los conocimientos, las habilidades y las actitudes para desarrollar y manejar sus emociones con el objetivo de alcanzar sus metas personales y colectivas.
Cuándo es importante recibir esta educación
Los niños y jóvenes que van a la escuela, el instituto o la universidad reciben unos conocimientos académicos básicos para el desarrollo de su educación. Sin embargo, es muy importante que exista también una educación emocional a edades tempranas para que los niños sean capaces de transmitir sus emociones, valores y sentimientos.
Si unimos la adquisición de conocimientos con el aprendizaje emocional, nos encontramos con un desarrollo integral de la persona. El conocimiento y la gestión de las emociones se vuelve un asunto clave para la educación de niños y adultos. Es por esto por lo que el aprendizaje emocional ha sido incluido en el diseño curricular infantil.
Los objetivos de la educación emocional
La educación emocional engloba una gran cantidad de objetivos. En líneas generales, los principales son los siguientes:
- El fomento de la autonomía personal.
- El aprendizaje de la responsabilidad y la convivencia con otras personas.
- El aprendizaje del trabajo en equipo.
- La resolución de conflictos.
- El reconocimiento de las emociones propias y colectivas.
Dentro de estos objetivos generales, hay que resaltar la importancia de desarrollar la habilidad de controlar las propias emociones y tratar de generar las más positivas. Paralelamente a esto, también se considera un objetivo de la educación emocional el tratar de adoptar en todo momento una actitud positiva frente a la vida y los acontecimientos que se suceden en la misma.
De hecho, la educación emocional también se define como la mejor manera de prevenir los episodios de estrés que se harán presentes en la vida adulta. No en vano, es un tipo de educación que trata de enseñar a la persona a conocer cómo funcionan sus emociones, a controlarlas y a gestionarlas para poder hacer frente a los problemas cotidianos.
Beneficios de la educación emocional
Muchas son las personas que comprenden la importancia de la educación emocional a partir de los beneficios que esta ofrece para la vida diaria.
El cuidado de las relaciones personales
Saber controlar y gestionar las emociones propias y colectivas permite convivir mejor y tener mejores relaciones con las personas en general. Esto puede resultar no solo beneficioso en el entorno de cada uno, sino también a la hora de conocer a otras personas, socializar, etc. Por esto, la educación emocional es también fundamental para solucionar diversos conflictos de pareja.
Aumento de la motivación
La educación emocional es clave para la consecución de tus metas futuras. De hecho, es una excelente barrera de protección frente a las situaciones complejas. Un recurso que no solo permite que la persona afronte con motivación los momentos más difíciles. También es capaz de enseñar que las frustraciones y los fracasos forman parte de la vida. Son aspectos que no nos deben hacer perder la ilusión por lo que tenemos delante.
Potencia la toma de decisiones
La educación emocional ayuda a que la persona tenga un mejor conocimiento de sí misma. Esto le permitirá poder tomar mejores decisiones en su día a día. A partir de aquí, es muy probable que dicho autoconocimiento le sirva para rendir mejor en el trabajo, en los estudios o en cualquier otra actividad rutinaria. Además, servirá para poder disponer de una mejor capacidad de liderazgo.
Una barrera contra el estrés y la ansiedad
El control y la gestión de las emociones es fundamental para evitar episodios de estrés. La educación emocional ayuda a resolver conflictos, a convivir con otras personas y a gestionar tanto las emociones propias como las colectivas. En muchas ocasiones, la no gestión de estos aspectos conlleva a situaciones a las que la persona no puede hacer frente. En estos casos, es muy probable que se caiga en el estrés y la ansiedad.
La educación emocional, en definitiva, es un proceso educativo continuo y permanente. El objetivo de este es potenciar el desarrollo de las competencias emocionales para que la persona pueda desenvolverse mucho mejor en la vida. La inteligencia emocional en la educación es, por tanto, un aspecto clave para poder afrontar mejor los retos de la vida. La educación emocional infantil es la base para que se pueda desarrollar el bienestar personal y social. Un tipo de educación que debe darse ya a edades tempranas.
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