Ruta por bares míticos en La Latina
La Latina es un barrio histórico y castizo de Madrid, conocido por su ambiente bullicioso y su tradición gastronómica.
De hecho, se considera que en La Latina se disfruta “uno de los mejores ambientes de la ciudad” y que es “famoso por su gastronomía”. En estas calles empedradas abundan los bares tradicionales y modernos donde los madrileños salen a tapear y socializar. Como complemento a una ruta de tapeo, hay eventos para los amantes del vino: por ejemplo, cada año el Salón Peñín de los Mejores Vinos de España en IFEMA MADRID reúne cientos de referencias vinícolas que maridan a la perfección con la cocina madrileña.
A continuación, repasamos los locales imprescindibles de La Latina, tabernas centenarias, templos de tapas y terrazas con encanto en los que tradición, gastronomía y vida social van de la mano.
La esencia de La Latina a través de sus bares
Tradición, gastronomía y vida social
En La Latina se respira lo castizo. Las barras de cerámica, las cañas bien tiradas y las tapas clásicas (bravas, croquetas, callos) conviven con propuestas más vanguardistas. Aquí la gastronomía se toma en serio, tabernas centenarias, restaurantes de toda la vida y modernos pintxos bars conviven en un ambiente festivo.
Los bares no son solo para comer, sino también para charlar y tomar algo con amigos. En plazas como la de Humilladero, de la Paja o la Cebada, las terrazas se llenan al atardecer mientras suenan charlas animadas y risas. Este barrio ofrece uno de los mejores ambientes de la ciudad, donde tradición y vida social se unen en cada bar y en cada tapa.
Casa Lucio: el templo de los huevos rotos
Historia, ambiente y precios
Hablar de La Latina es hablar de Casa Lucio. Este famoso restaurante fue fundado en 1974 por Lucio Blázquez en la calle Cava Baja. Desde entonces su especialidad, los célebres huevos estrellados, se han convertido en un plato icónico de Madrid. Casa Lucio nació como un local sencillo en el que servían platos caseros de cuchara (lentejas, cocidos, huevos con patatas) que aún se mantienen en la carta.
El ambiente del local sigue siendo muy tradicional, paredes azulejadas, mesas de madera y un goteo incesante de comensales. No es raro ver allí a algún personaje famoso o turista ávido de probar su “huevos rotos”. La familia Blázquez, ya en segunda generación, sigue manteniendo la calidad de siempre. Los precios son elevados (por ejemplo, los huevos rotos rondan los 20–25€), acorde a su prestigio.
Juana la Loca: tapas de autor en la plaza de Puerta de Moros
Qué pedir y cuánto cuesta
Juana la Loca fue una taberna moderna que reinventó las tapas clásicas con un toque creativo. Situada en la plaza de Puerta de Moros, su gran atractivo era la famosa tortilla de patatas con cebolla confitada, una tortilla “deshecha” al estilo Betanzos que conquistó a todo el mundo. Además, Juana la Loca ofrecía pintxos innovadores de inspiración internacional. Por ejemplo, crepes de espinacas con gulas o un fresco tiradito de corvina marinado, todo ello con una cuidada selección de vinos.
En cuanto al precio, Juana la Loca se movía en un rango medio-alto, un pincho habitual costaba entre 5 y 8€ (por ejemplo, la famosa tortilla unos 6–7€) y una comida completa con vino podía rondar los 30–35€ por persona. Aunque Juana la Loca cerró en 2024, sigue siendo recordada por su creatividad en la cocina de autor y su tortilla legendaria.
El Viajero: vistas, cócteles y terraza icónica
Ambiente relajado y precios medios
El Viajero es un imprescindible de La Latina, situado en la Plaza de la Cebada. Se trata de un palacete de tres plantas del siglo XIX con una decoración bohemia de plantas y luces (ideal para el “tardeo” y las noches de cañas). En la planta baja funciona un restaurante con tapas y hamburguesas de calidad, mientras que el piso intermedio sirve de lounge/bar y en el último nivel hay una impresionante terraza con vistas panorámicas de la ciudad. Desde allí se domina la Basílica de San Francisco el Grande y buena parte del barrio.
De hecho, sus bebidas y cócteles se disfrutan junto a una de las mejores vistas de La Latina, gracias a esa terraza única. El ambiente en El Viajero es relajado y cosmopolita, se ve tanto a turistas como a locales buscando buena música y una copa al aire libre.
En cuanto al presupuesto, los precios son medios, por ejemplo, un cóctel ronda los 10–12€ y la cuenta de tapas suele estar en línea con lo habitual del barrio. Además, El Viajero abre hasta tarde (en fin de semana cierra a las 2:00 h, por lo que también es una buena opción para continuar la noche.
Taberna Almendro 13: esencia andaluza en el corazón castizo
Platos típicos y clientela local
Taberna Almendro 13 es una joya castiza ubicada en la céntrica calle del Almendro (número 13), abierta en 1993. En este local “con encanto madrileño” se celebra la cocina tradicional con aires andaluces. Su decoración recuerda las antiguas tabernas (baldosa hidráulica, toneles, barriles) y el aroma a buenas tapas caseras se mezcla con el ambiente familiar. En la carta abundan los clásicos, huevos rotos con jamón, berenjenas fritas con salmorejo, roscas rellenas de pringá, gambas al ajillo y otras chacinas ibéricas. Como señalan en su web, «Recetas como los huevos rotos con jamón o las berenjenas fritas con salmorejo… representan la base de una propuesta gastronómica sencilla y llena de sabor».
La Taberna Almendro 13 es un lugar de encuentro para madrileños, su clientela habitual incluye vecinos y parroquianos que buscan tapear sin prisa en un entorno acogedor y genuino.
Casa Lucas y Los Chanquetes: el sabor de las tabernas de siempre
Ubicación y recomendaciones
Casa Lucas, en la Cava Baja 30, es un local diminuto (solo seis mesas y una barra) que ha sabido hacer mucho con poco. Ofrece tanto tapas tradicionales como otras reinventadas (croquetas de jamón, salmorejo con guarnición, ensalada de bonito, tataki de atún, calamares rellenos, etc.) elaboradas con mimo. Tiene un ambiente muy acogedor y no admite reservas, por lo que suele llenarse pronto. En Casa Lucas se conversa a gusto con una caña bien tirada mientras se comparte esa variedad de pinchos que han convertido al local en un favorito de La Latina.
Por su parte, Los Chanquetes (C/ Moratín 2) es una taberna de solera con decoración taurina (cabezas de toro, fotos de toreros) que transporta a otra época. Su especialidad es la cocina casera, destacan el rabo de toro guisado, las croquetas caseras, los boquerones en vinagre y los clásicos callos a la madrileña. Es un sitio familiar donde madrileños de toda la vida van a saborear guisos tradicionales con buen pan y un vaso de vino o cerveza.
Consejos para una ruta de bares en La Latina
Cuándo ir, zonas imprescindibles y presupuesto medio
Para vivir La Latina en todo su esplendor, lo mejor es planificar la ruta según el momento del día. Los domingos son un clásico, después de visitar el Rastro (el mercado al aire libre), los bares de tapeo abren a tope. De hecho, irse de cañas un domingo por la tarde en La Latina es un gran plan para un domingo tras disfrutar del Rastro.
También de noche (viernes y sábados) las tabernas y terrazas se llenan hasta pasada la medianoche. En general, la Cava Baja (zona de Casa Lucas y Casa Lucio) y Cava Alta albergan muchos de los locales más emblemáticos, pero no hay que perderse calles aledañas como Almendro o plazas como Humilladero, Paja y Cebada, donde proliferan sitios con encanto.
En cuanto al presupuesto, La Latina ofrece opciones para todos los bolsillos, aunque por su carácter turístico muchos locales tienen precios algo más altos que otros barrios. Un estudio indica que el precio medio por persona ronda los 20€. Así, una ruta de tapas y cañas (5–6 pinchos por persona más bebida) suele situarse en torno a 25–30 € por cabeza.
Conviene llevar efectivo (algunas tabernas no aceptan tarjeta) y, si se viaja en grupo, reservar con antelación en lugares muy populares.
Por último, La Latina es uno de los barrios más vibrantes y castizos de Madrid. Descubre todo lo que te puede ofrecer.