

Vitíligo causas: por qué ocurre la despigmentación blanca de la piel

El vitíligo es una condición en la que aparecen manchas blancas en la piel por la pérdida de pigmento.
Aunque no es peligroso para la vida, puede afectar mucho la autoestima y la calidad de vida de quien lo padece. En este artículo explicamos, con un lenguaje claro, qué se sabe sobre sus causas, los desencadenantes que pueden agravarla, qué no la provoca, los síntomas más frecuentes ymedidas protectoras.
Vitíligo causas
El vitíligo ocurre cuando las células encargadas de producir pigmento,los melanocitos, mueren o dejan de producir melanina, el compuesto responsable del color de la piel, el pelo y los ojos. La explicación más aceptada es que se trata de un proceso relacionado con el sistema inmunitario, el propio organismo ataca a los melanocitos, provocando su pérdida en áreas concretas de la piel. Sin embargo, la causa exacta no está completamente aclarada y probablemente combina factores genéticos, inmunológicos y ambientales.
Antes de continuar,en IFEMA MADRID dedicamos espacio al cuidado personal y la vida sana. Mira nuestro calendario y descubre qué ferias y eventos puedes visitar sobre salud y belleza.
Autoinmunidad contra melanocitos
La teoría autoinmune sostiene que linfocitos y mediadores inflamatorios reconocen componentes de los melanocitos como “extraños” y desencadenan una respuesta que lleva a su destrucción o disfunción. Investigaciones muestran marcadores de actividad inmunitaria en la piel afectada y niveles aumentados de ciertas citocinas proinflamatorias.
Este patrón explica por qué medicamentos que modulan la respuesta inmunitaria (tópicos o sistémicos) y terapias con luz pueden favorecer la repigmentación en algunos pacientes.
Componente familiar y otras autoinmunidades
Existe una predisposición genética, en una proporción de casos hay familiares con vitíligo u otras enfermedades autoinmunes. Además, la presencia de vitíligo se asocia con mayor frecuencia a otras enfermedades autoinmunes, por ejemplo, tiroiditis autoinmune (como la enfermedad de Hashimoto), diabetes tipo 1 o anemia perniciosa, lo que refuerza la idea de un trasfondo inmunológico compartido en algunos pacientes.
Por eso, ante un diagnóstico de vitíligo, los médicos suelen valorar la historia familiar y, en algunos casos, solicitar estudios para descartar otras enfermedades autoinmunes.
Desencadenantes y agravantes
Además de la predisposición genética e inmunitaria, hay eventos o exposiciones que pueden desencadenar la aparición de nuevas manchas o la expansión de las existentes. Identificarlos ayuda a tomar precauciones prácticas para intentar frenar la progresión.
Lesiones cutáneas y fenómeno de koebner
El fenómeno de Koebner consiste en la aparición de lesiones nuevas en áreas de piel que han sufrido un daño o traumatismo (cortes, rozaduras, raspaduras, tatuajes). En personas con vitíligo activo, un golpe o una herida puede dar lugar a manchas despigmentadas en el lugar de la lesión. Por eso es aconsejable evitar cirugías estéticas innecesarias, tatuajes o cualquier agresión cutánea si la enfermedad está activa.
Quemaduras solares y exposición química
Las quemaduras solares intensas pueden actuar como detonante, la piel quemada por el sol puede perder melanocitos y, en personas predispuestas, favorecer la aparición o expansión del vitíligo.
Asimismo, la exposición a ciertas sustancias químicas (presentes en algunos productos industriales, eltiempo de contacto con fenómenos irritativos o tintes) se ha relacionado con episodios de despigmentación química que pueden desencadenar o empeorar el vitíligo. Proteger la piel del sol y evitar contacto con sustancias potencialmente agresivas son medidas sensatas.
Estrés y cambios hormonales
El estrés, físico o emocional, y alteraciones hormonales (pubertad, embarazo, posparto, menopausia) se han señalado como factores que pueden coincidir con el inicio o la aceleración de la despigmentación. Aunque la relación causal exacta no está totalmente probada, sí hay suficiente evidencia clínica para considerar que eventos vitales intensos o desequilibrios hormonales pueden actuar como desencadenantes en personas predispuestas.
¿Qué no causa el vitíligo?
Existen mitos extendidos acerca del vitíligo que conviene desmentir claramente.
No es contagioso ni se debe a higiene o dieta
El vitíligo no es una infección, no se contagia por contacto ni por compartir objetos. Tampoco es el resultado de mala higiene, alimentos “tóxicos” o prácticas dietéticas concretas. Aunque la alimentación saludable es importante para el bienestar general, no hay evidencia sólida de que una dieta concreta cause o cure el vitíligo. Romper con estas falsas creencias reduce el estigma y facilita que las personas busquen ayuda médica sin culpa.
Síntomas del vitíligo
- Pérdida irregular de color en la piel, que suele comenzar en las manos, la cara y las zonas alrededor de la boca, la nariz, los ojos y los genitales.
- Canicie prematura (cabello blanco o gris) en el cuero cabelludo, las pestañas, las cejas o la barba.
- Pérdida de color en las membranas mucosas (interior de la boca y de la nariz).
- Además de los signos visibles, la piel afectada suele ser más sensible al sol y se quema con más facilidad. En algunas personas aparecen pequeñas zonas despigmentadas que se unen con el tiempo, aumentando la extensión. La presentación varía mucho: hay casos con pocos focos localizados y otros con afectación extensa y simétrica.
Hábitos protectores ante la despigmentación blanca de la piel
Si tienes vitíligo o convives con alguien que lo tiene, adoptar hábitos protectores puede ayudar a evitar quemaduras, minimizar la aparición de nuevas manchas y mantener la salud cutánea.
Fotoprotección y cuidado de la piel
Usar fotoprotector de amplio espectro con buen factor, reaplicarlo con frecuencia, llevar sombrero y ropa que proteja del sol y evitar horas de máxima radiación son medidas fundamentales. La piel despigmentada no tiene la defensa natural frente a los rayos UV, por lo que el daño solar puede ser más grave y además actuar como factor desencadenante. Mantener la piel hidratada y evitar productos irritantes contribuye a reducir el riesgo de lesiones.
Precauciones con tatuajes y roces persistentes
Debido al fenómeno de Koebner, evita tatuajes, piercings y procedimientos agresivos en piel con vitíligo activo. Del mismo modo, minimiza roces repetidos por prendas ajustadas o herramientas de trabajo que friccionen la misma zona, ya que la irritación crónica puede favorecer nuevas áreas despigmentadas.
Opciones de manejo: nunca tomes decisión sin consultar al médico
El objetivo del tratamiento es detener la progresión cuando sea posible y, cuando se busca, recuperar pigmento en zonas concretas. Las opciones dependen del tipo y la extensión del vitíligo, la edad, las expectativas del paciente y la actividad de la enfermedad.
Tópicos y fototerapia
Entre las terapias más utilizadas están los corticoides tópicos (útiles especialmente en fases iniciales y en áreas localizadas) y los inhibidores de la calcineurina (p. ej., tacrolimus), que tienen indicación en zonas delicadas como cara y cuello. La fototerapia con UVB de banda estrecha es un tratamiento eficaz para muchos pacientes y se usa para repigmentar áreas más extensas; suele requerir varias sesiones regulares.
En los últimos años se han incorporado inhibidores de JAK tópicos (ruxolitinib, comercialmente Opzelura) como opción aprobada para repigmentación en vitíligo no segmentario en pacientes seleccionados. La elección y combinación de tratamientos debe hacerla un dermatólogo, que evaluará beneficios y riesgos en cada caso.
Es importante subrayar que no existe una “cura” definitiva que funcione para todos: la respuesta varía y algunos tratamientos requieren tiempo y supervisión médica por posibles efectos secundarios. Además, procedimientos quirúrgicos de injerto de melanocitos pueden considerarse en casos estables y seleccionados bajo criterio especializado.
Consulta a tu médico
Si sospechas que tienes vitíligo, pide valoración dermatológica. Un especialista confirmará el diagnóstico, evaluará la extensión y la actividad, y propondrá un plan que puede incluir exámenes para descartar enfermedades autoinmunes asociadas, educación sobre fotoprotección y opciones terapéuticas adaptadas a tu caso. No tomes decisiones sobre tratamientos (ni experimentes con fórmulas caseras o medicamentos no prescritos): una guía profesional optimiza resultados y reduce riesgos.