Fecha de publicación
29 octubre 2025

BLW y alimentación complementaria: cómo combinarlos de forma segura

Tiempo de lectura
11 min.
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La llegada de la alimentación complementaria es un hito emocionante y, a la vez, lleno de dudas para muchas familias.

En los últimos años, el método BLW (Baby-Led Weaning o alimentación dirigida por el bebé) ha ganado popularidad como alternativa al enfoque tradicional de purés y papillas. Sin embargo, no existe una única “forma correcta”: cada bebé y cada familia necesitan encontrar el equilibrio que funcione para su salud, desarrollo y estilo de vida.

En este artículo explicamos las diferencias entre BLW y la alimentación complementaria clásica, cuándo elegir uno u otro, cómo combinarlos de forma segura, ejemplos prácticos (incluido un menú semanal) y recomendaciones de expertos para reducir riesgos y favorecer un desarrollo alimentario sano.

BLW y alimentación complementaria: ¿rivales o aliados?

El BLW propone que el bebé participe de forma activa en la comida, se le ofrecen trozos blandos y manejables para que él mismo los coja, explore y se alimente bajo supervisión. La alimentación complementaria tradicional, en cambio, se basa en introducir alimentos en forma de purés y ofrecer cucharada a cucharada, permitiendo un control más directo sobre textura y cantidad.

Lejos de ser rivales irreconciliables, ambos enfoques pueden ser aliados. El BLW fomenta la autonomía, la coordinación mano-boca y la exposición a texturas, mientras que los purés facilitan la ingesta de nutrientes y el control de la consistencia en bebés con dificultades de succión o con mayor riesgo de atragantamiento. La clave está en adaptar las técnicas a las necesidades del niño, sus habilidades y las recomendaciones sanitarias.

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Diferencias principales

  1. Participación del bebé:

En el BLW, el bebé gestiona el ritmo y la cantidad; la familia come al mismo tiempo. Mientras que en la alimentación tradicional: el adulto administra la comida y controla las porciones.

  1. Texturas y desarrollo oral:

En el BLW se expone al bebé a alimentos con textura desde el inicio, lo que favorece la masticación y discriminación sensorial. Por otro lado, los purés permiten una transición gradual en texturas para bebés que no están listos para manipular alimentos sólidos.

  1. Control y seguridad nutricional:

Con purés es más fácil asegurarse de la cantidad de hierro o calorías ingeridas. En BLW es esencial ofrecer alimentos ricos en hierro y observar la ingesta; puede requerir más planificación.

  1. Logística y limpieza:

El BLW suele ser más “desordenado” pero más flexible para comer en familia. Los purés sin embargo requieren preparar consistencias específicas y utensilios.

Cuándo elegir cada uno

Opta por BLW si:

  • El bebé muestra signos de preparación (sostener la cabeza firme, sentarse con apoyo, interés por la comida), normalmente alrededor de los 6 meses.
  • No hay antecedentes médicos que incremente el riesgo de atragantamiento y el bebé coordina bien la mano-boca.
  • La familia puede supervisar las comidas y ofrecer alimentos adecuados.

Escoge alimentación complementaria tradicional si:

  • El bebé nació prematuro o tiene dificultades en la succión/deglución.
  • Existe un historial familiar o personal que aconseje un control más estricto de la textura y la cantidad.
  • Se necesita asegurar una ingesta mínima de nutrientes específicos (p. ej., hierro) mientras se gana confianza en nuevas texturas.

Combina ambos cuando:

  • Se desea lo mejor de ambos mundos, introducir purés en las primeras semanas mientras se ofrecen piezas blandas para explorar, o alternar dependiendo del día y la situación (salidas, tiempo, apetito).

Combinar ambos métodos de forma segura

Combinar BLW y alimentación complementaria requiere planificación y atención a señales del bebé. Aquí van pautas prácticas y seguras:

  1. Empezar a los 6 meses (o cuando el pediatra lo indique):

La mayoría de guías recomienda iniciar cuando el bebé puede sentarse con apoyo y muestra interés por la comida. Evita empezar antes de los 4-6 meses.

  1. Siempre supervisar:

Nunca dejes al bebé solo mientras come. Mantén contacto visual, siéntate frente a él y coloca al bebé en posición erguida.

  1. Evitar alimentos de alto riesgo:

No ofrecer frutos secos enteros, uvas enteras, salchichas enteras, palomitas, trozos grandes de manzana o zanahoria cruda. Si se ofrece uva, cortarla a lo largo; las salchichas deben cortarse en tiras largas y aplastadas.

  1. Priorizar hierro y grasas saludables:

Ofrece carnes picadas o en tiras blandas, legumbres machacadas, y alimentos enriquecidos (cereales infantiles fortificados) especialmente al inicio. Las grasas saludables (aguacate, aceite de oliva) son esenciales para el desarrollo cerebral.

  1. Textura progresiva:

Si combinas purés y piezas, haz que las piezas tengan una textura manejable: palitos de verduras al vapor, trozos de plátano, pan tostado en tiras. De forma gradual reduce la cantidad de purés según el bebé gane habilidad.

  1. Introducción de alérgenos:

Las recomendaciones actuales favorecen introducir alimentos alergénicos (huevo, cacahuete en forma segura, pescado) de forma temprana y supervisada —consultando al pediatra si hay riesgo elevado de alergia—, ofreciendo pequeñas cantidades y observando reacción.

  1. Mantener la leche como base:

Hasta el año, la leche materna o fórmula sigue siendo la principal fuente de energía y nutrientes. La alimentación complementaria complementa, no sustituye, durante los primeros meses.

Proporciones y tiempos

Las proporciones entre leche y sólidos cambian durante el primer año:

  • 6–7 meses: aproximadamente 70–80% de calorías proceden de la leche, los sólidos son complementarios. Ofrece 1–2 comidas al día (purés o piezas) y 4–6 tomas de leche.
  • 8–9 meses: la proporción se aproxima a 60% leche / 40% sólidos. Introduce 2–3 comidas diarias y una merienda. Aumenta la variedad de texturas.
  • 10–12 meses: los sólidos aportan más (50% o más en algunos bebés). Ofrece 3 comidas principales y 1-2 meriendas; las tomas de leche suelen reducirse a 3 al día (o al ritmo que indique el bebé y el pediatra).

Tiempos prácticos en cada comida: ofrece primero un alimento que aporte hierro (ej. puré de carne, lentejas machacadas) o una pieza rica en hierro si haces BLW; después, alimentos blandos o purés complementarios. Observa señales de saciedad (cierra la boca, gira la cabeza) y respétalas.

Ejemplo de menú semanal

El siguiente menú es orientativo para un bebé de 7–9 meses combinando BLW y purés. Ajusta por apetito, alergias y recomendaciones médicas.

Lunes

  • Desayuno: Tiras de plátano maduro + cucharada de cereal fortificado mezclado con leche.
  • Comida: Puré de calabaza con pollo desmenuzado (ofrecer también tiras blandas de calabaza al vapor para que explore).
  • Merienda: Yogur natural (sin azúcar) con puré de pera.
  • Cena: Puré de lentejas (bien trituradas) + trocitos de pan blandito.

Martes

  • Desayuno: Tostada en tiras con aguacate aplastado.
  • Comida: Filete de salmón al horno en tiras (sin espinas) + patata cocida en trozos.
  • Merienda: Palitos de zanahoria cocida y trozos de melón (suave).
  • Cena: Puré de verduras mixtas con trocitos de pollo.

Miércoles

  • Desayuno: Tortita suave de avena en tiras + compota de manzana.
  • Comida: Albóndiga de ternera desmenuzada + brócoli al vapor en ramilletes blandos (para explorar).
  • Merienda: Hummus suave con trocitos de pan.
  • Cena: Puré de calabacín y patata.

Jueves

  • Desayuno: Yogur con puré de mango.
  • Comida: Puré de garbanzos y espinacas (bien triturado) + tiras de pimiento asado blando.
  • Merienda: Rodajas de pera madura.
  • Cena: Puré de pollo con verduras.

Viernes

  • Desayuno: Tiras de plátano + cereal fortificado.
  • Comida: Lentejas con verduras (trozos blandos) y un poco de aceite de oliva.
  • Merienda: Tostada con queso blando.
  • Cena: Crema de calabaza + trozos blandos de aguacate.

Sábado

  • Desayuno: Pan integral en tiras con tomate rallado.
  • Comida: Pasta corta cocida hasta muy blanda con salsa de tomate y carne picada.
  • Merienda: Plátano aplastado.
  • Cena: Puré de verduras y pescado blanco en trozos blandos.

Domingo

  • Desayuno: Tortilla francesa en tiras (huevo) + trozos de tomate maduro.
  • Comida: Pollo asado desmenuzado + batata al horno en bastones blandos.
  • Merienda: Yogur con puré de ciruela.
  • Cena: Puré de verduras y lentejas suaves.

Adapta las porciones según la edad y el apetito; ofrece siempre agua en vaso o taza de aprendizaje; evita añadir sal o azúcar; corta los alimentos en formatos que el bebé pueda sujetar y manipular (tiras, bastones, ramilletes).

Recomendaciones de expertos

  1. Consulta con el pediatra:

Antes de iniciar o cambiar el método, habla con el pediatra, especialmente si el bebé nació prematuro, tiene reflujo intenso, necesidades médicas especiales o antecedentes familiares de alergias graves.

  1. Prioriza alimentos ricos en hierro y vitaminas:

El hierro es crítico a partir de los 6 meses. Ofrece carne, pescado, legumbres y cereales enriquecidos. En BLW, asegúrate de que el bebé pueda llevar a la boca alimentos que aporten hierro en cantidad suficiente.

  1. Formación y preparación:

Aprende maniobras básicas de primeros auxilios ante atragantamiento y ten a mano el número de emergencias. La prevención y la supervisión son la mejor estrategia.

  1. Paciencia y exposición repetida:

Los bebés pueden necesitar múltiples exposiciones a un alimento para aceptarlo. Mantén la calma, no fuerces y haz la comida un momento agradable y sin presiones.

  1. Comer en familia:

Involucrar al bebé en las comidas familiares (con alimentos adecuados) es positivo para el modelado alimentario y la socialización.

  1. Flexibilidad:

No existe un solo camino. Muchas familias alternan purés y BLW según el día, el viaje o la situación particular. La seguridad y la nutrición deben guiar la decisión, no las modas.

BLW y la alimentación complementaria tradicional no están obligados a enfrentarse, pueden combinarse inteligentemente para ofrecer al bebé autonomía, variedad sensorial y, sobre todo, una alimentación rica en nutrientes. Por último, una de las principales preocupaciones de las madres es dar a sus hijos la alimentación adecuada para fortalecer su salud. Si quieres saber cómo cuidar, por ejemplo, de su vista, esta lista de alimentos ricos en vitamina D te ayudará.

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