Obesidad en perros, causas y consejos para evitarla
Porque la responsabilidad la tienen los dueños, descubre las causas y consejos para evitar la obesidad en perros.
Los problemas de sobrepeso no son solo cosa de los seres humanos, sino también de las mascotas que se puedan tener en casa y que, por distintos motivos, llegan a padecerlos. El caso de la obesidad en perros es bastante dañino para estos fieles amigos cuadrúpedos, pero se puede detectar a tiempo para evitarla antes de ocasionar estragos en su salud general.
Como era de esperarse, en la mayoría de los casos la culpa de la obesidad canina recae sobre el propietario, y no sobre la mascota. Un claro ejemplo de ello es el frecuente hecho de malinterpretar la abundancia de comida como una manera de dar amor, cariño o cuidado al perro, lo que puede resultar en una dieta no solo excesiva, sino también inadecuada.
¿Cómo detectar el sobrepeso en perros?
Lo primero es tener en cuenta que el sobrepeso y la obesidad canina son términos similares, pero no idénticos. Cuando un perro excede su “peso ideal” entre un 5 y un 20%, se habla de sobrepeso. Por otro lado, la obesidad tiene implicaciones más graves, dado que se refiere a un excedente en el peso que supera el 20% con respecto a la cifra óptima.
En este sentido, detectar la obesidad canina pasa por conocer, en primera instancia, el peso ideal que debería tener cada raza según su tamaño y su complexión general. La mejor manera de hacer esto, es mediante una consulta veterinaria para medir el Índice de Condición Corporal (ICC). Este es el método utilizado por los profesionales de la salud canina para determinar el peso óptimo de un perro.
Principales causas y efectos de la obesidad canina
Entre las causas más comunes del sobrepeso y la obesidad en perros, se encuentran las siguientes:
- Alimentación inadecuada o con excesivo contenido calórico.
- Falta de ejercicio y actividad física en general.
- Predisposiciones genéticas (más frecuente en determinadas razas).
- Enfermedades subyacentes, como aquellas que limitan la movilidad o las endocrinas.
- La ingesta de algunos medicamentos, como los corticoides y los anticonvulsionantes.
- En menor medida, la edad.
- Finalmente, los perros esterilizados tienen una mayor propensión al sobrepeso.
Por otro lado, la obesidad tiende a ocasionar desde ligeros hasta graves problemas de salud en perros, tales como:
- Mal funcionamiento de órganos internos.
- Mayor propensión a la diabetes y la pancreatitis, entre otras afecciones.
- Reducción en la movilidad y el estado anímico general de la mascota.
- Padecimiento o agravamiento de otras enfermedades, como las articulares, cardíacas y respiratorias.
Retomar la salud con dietas para perros obesos
Cuando un perro excede considerable o drásticamente su peso ideal, no basta con reducir sus raciones de comida. De hecho, esto puede ser contraproducente, ya que los alimentos convencionales están equilibrados entre cantidad y aporte energético y nutricional, por lo que reducir sus cantidades llevaría a un posible riesgo de malnutrición.
Es por ello que se debe buscar un completo cambio en los hábitos alimenticios con una adecuada dieta para perros obesos. Es decir, recurrir a alimentos especialmente pensados para perder peso.
Adicionalmente, el alimento específico recomendado y las porciones necesarias para cada caso, tendrían que ser establecidos por el veterinario de la mascota. Después de todo, la nueva dieta estará estrictamente relacionada con el grado de obesidad y cualquier otro factor que influya en la misma, como otras enfermedades subyacentes, predisposiciones genéticas, el consumo de ciertos medicamentos o incluso una esterilización.
Consejos para evitar la obesidad en perros
Los cambios alimenticios no suelen ser suficientes para lidiar con estos problemas. También se debe trabajar en otros aspectos, principalmente en la actividad física del animal al aire libre. En efecto, es precisamente la falta de esta actividad uno de los principales causantes del sobrepeso en los perros.
Adicionalmente, es necesario tratar la conducta de la propia mascota y de quienes lo rodean. Por un lado, la nueva dieta puede que le parezca un cambio estresante e indeseado, por lo que exigirá más comida con cierto grado de intensidad. Para ello se puede complementar la dieta con medicamentos o alimentos especializados en reducir el apetito, aunque asegurando un óptimo aporte nutricional en todo momento.
Por otro lado, la conducta de los propietarios, sus familiares y sobre todo la de los niños, debe cambiar en el sentido de no ser tan consentidores y complacientes con el perro. Podría parecer un acto de amor y cariño, pero si más allá de su alimentación habitual se le dan las sobras de la mesa, “premios” por conducta y bocadillos cuando los mira con deseo; entonces se estará incentivando un posible padecimiento de sobrepeso y obesidad.
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