

Recorrido por las esculturas más emblemáticas de Madrid

La escultura urbana es la piel visible de una ciudad, recoge memoria, poder, leyendas y contradicciones.
En Madrid las esculturas no son solo objetos estéticos sino actores de la vida pública, también sirven de punto de encuentro, y se convierten en escenario para celebraciones y protestas. A continuació,n ofrecemos una guía ampliada, obra por obra, con datos técnicos, autores, anécdotas y su relación con la vida cotidiana madrileña.
Introducción al arte escultórico urbano
Madrid: ciudad museo al aire libre
Madrid puede leerse como un museo sin puertas, un lugar donde palacios, plazas y parques albergan piezas que van del barroco al neoclasicismo y del realismo al arte contemporáneo. Cada obra dialoga con su entorno, desde la solemnidad de una columnata a la cercanía lúdica de una estatua en una plaza y refleja capas históricas que explican por qué la ciudad es, efectivamente, un museo al aire libre.
Antes de hacer nuestro recorrido, recorre la historia del arte y las antigüedades en Feriarte, la feria imprescindible en IFEMA MADRID.
Felipe IV en la Plaza de Oriente
La estatua ecuestre de Felipe IV, frente al Palacio Real, es un icono técnico y artístico, realizada por Pietro Tacca en el siglo XVII a partir de diseños y estudios de Diego Velázquez y con la colaboración del escultor Juan Martínez Montañés, la pieza llegó desde Italia y se instaló en Madrid como exponente del poder regio.
Lo que más llama la atención es su audaz equilibrio, el caballo aparece encabritado y la escultura se apoya principalmente sobre las patas traseras (con apoyo disimulado en la cola), una solución que, según fuentes históricas, implicó cálculos y asesoramiento científico atribuible a Galileo para garantizar la estabilidad de la obra a escala monumental. Esta mezcla de arte barroco y ciencia explica su fascinación continua entre historiadores del arte e ingenieros.
Equilibrio monumental con ayuda de Galileo
El curioso episodio del “asesoramiento científico” subraya la ambición técnica del proyecto, al encargarse de una estatua tan grande, Tacca y sus colaboradores tuvieron que pensar en el reparto de tensiones y el centro de gravedad de la obra, lo que convierte a la pieza en un ejemplo temprano de diálogo entre las artes y las ciencias aplicadas a grandes fundiciones.
Los leones del Congreso de los Diputados
A la entrada del Palacio de las Cortes flanquean dos leones de bronce, obra de Ponciano Ponzano en el siglo XIX. Su presencia añade solemnidad y simbolismo, representan la fuerza y la vigilancia frente a la sede del poder legislativo, y desde hace décadas se han convertido en motivo recurrente de fotografías y pequeñas leyendas urbanas.
Bronce fundido con cañones historiados
Los leones fueron realizados con técnicas de fundición complejas (moldes por piezas, ensamblaje y acabados meticulosos) y durante mucho tiempo circularon historias sobre la reutilización de bronce bélico en esculturas públicas del siglo XIX. Además, los leones fueron popularmente rebautizados con nombres de héroes (Daoíz y Velarde), lo que añade una capa de memoria colectiva a su significado.
El Oso y el Madroño
Quizá la imagen más fotografiada de Madrid, el Oso y el Madroño en la Puerta del Sol, obra de Antonio Navarro Santafé, fue colocada el 10 de enero de 1967. Realizada en piedra y bronce, la escultura reproduce el emblema heráldico de la Villa y actúa desde entonces como símbolo identitario de la ciudad y punto de encuentro obligado para turistas y madrileños.
Símbolo heráldico en Puerta del Sol
Más allá de su popularidad, la pieza remite a la historia municipal, el oso y el madroño aparecen en las armas de Madrid desde la Edad Media y su iconografía está ligada a disputas sobre pastos y árboles entre concejo y clero. En la práctica contemporánea, la escultura ha sufrido intervenciones y adaptaciones urbanas relacionadas con las reformas de la plaza, pero sigue siendo un punto de identidad colectiva.
Fuente de Neptuno
La Fuente de Neptuno, en la Plaza de Cánovas del Castillo, es un grupo escultórico de estilo neoclásico diseñado por Ventura Rodríguez y ejecutado por Juan Pascual de Mena a finales del siglo XVIII (con finalización en 1786 por discípulos tras la muerte de Mena). Representa al dios de las aguas sobre un carro tirado por caballos marinos y se integra en el programa iconográfico del Salón del Prado.
Mitología y tradición futbolera
Neptuno no es solo un motivo clásico, en la práctica urbana madrileña la fuente se ha convertido en el otro gran punto de reunión para celebraciones deportivas (complementaria a la Cibeles). Su presencia articula la rotonda como lugar de ritual ciudadano y, en términos iconográficos, recuerda la voluntad ilustrada de dotar a la ciudad de figuras mitológicas con función cívica.
Fuente de Cibeles
La Fuente de Cibeles, proyectada por Ventura Rodríguez y con la figura central esculpida por Francisco Gutiérrez, data del último tercio del siglo XVIII y es uno de los símbolos más reconocibles de Madrid. Situada en una de las plazas neurálgicas de la ciudad, su diosa sobre carro ha sido testigo de manifestaciones, celebraciones futboleras y acciones urbanas de todo tipo.
Icono festivo de Madrid
Cibeles ha adquirido un protagonismo emotivo que trasciende su valor artístico, las celebraciones colectivas, particularmente las victorias del Real Madrid, la han convertido en un ritual urbano contemporáneo. Al mismo tiempo, la fuente es objeto de programas de conservación debido al desgaste por tráfico y contaminación, lo que subraya la tensión entre uso público y preservación patrimonial.
Monumento a Miguel de Cervantes
El Monumento a Cervantes en Plaza de España concentra retrato, alegorías y escenas literarias, Cervantes como autor y Don Quijote y Sancho como sus creaciones aparecen en bronce formando un eje cultural visible desde distintos puntos de la plaza. El monumento fue declarado Bien de Interés Cultural y es pieza capital del paisaje urbano.
Don Quijote y Sancho Panza en Plaza de España
El conjunto de Don Quijote y Sancho Panza forma parte del gran Monumento a Miguel de Cervantes en la Plaza de España, proyecto ganador del concurso convocado a principios del siglo XX y desarrollado por el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera (con posteriores aportaciones de su hijo Federico y otros artistas). El monumento, iniciado en 1925 y completado a lo largo de décadas, reúne a Cervantes y a su creación en una composición monumental que dialoga con la plaza.
Homenaje al Quijote y la locura
Más allá del guiño literario, la presencia de Don Quijote y Sancho en la plaza funciona como atractivo de la modernidad española, el monumento compila escenas y personajes cervantinos en bronce, ofreciendo al espectador una lectura pública de la obra y aportando al itinerario urbano una dimensión literaria y crítica permanente.
Monumento a Alfonso XII en el Retiro
Frente al estanque del Retiro se alza el Monumento a Alfonso XII, proyecto ganador del arquitecto José Grases Riera y desarrollado entre finales del siglo XIX y principios del XX. La gran columnata semicircular que abraza la estatua ecuestre central combina arquitectura, escultura y paisaje y fue inaugurada oficialmente en 1922 tras años de trabajo por numerosos autores y colaboradores.
Figura ecuestre y columnata semicircular
El hemiciclo, con su columnata y múltiples grupos escultóricos, actúa como telón de fondo del estanque y ofrece uno de los escenarios más fotogénicos del Retiro, paseo en barca, mirador y conjunto patrimonial en el que se mezclan representación monárquica y memoria pública.
Escritor inmortal en bronce frente al Congreso
Colocado en una plaza de gran visibilidad, el monumento funciona como un pedestal público para la literatura, lecturas, homenajes y actividades culturales lo han convertido en un foco de memoria literaria en la ciudad.
Estatua del Ángel Caído en El Retiro
La Fuente del Ángel Caído, obra principal de Ricardo Bellver sobre pedestal de Francisco Jareño, fue esculpida en 1877 y finalizada como monumento en 1885 en el Parque del Retiro. La pieza representa la caída de un ángel y ha generado fama y leyenda por su iconografía poco habitual en espacios públicos —se la presenta a menudo como una de las pocas esculturas que representan a Lucifer en una capital.
La única escultura de Lucifer en una capital
La combinación de su potente factura escultórica, la inspiración en pasajes de Milton y el entorno arbolado del Retiro ha convertido la fuente en un sitio de peregrinaje curioso: la obra suscita tanto interés artístico como mitos urbanos sobre su simbología y su ubicación.
Newton de Dalí en la Plaza Dalí
El conjunto conocido como “Dolmen de Dalí” (plaza dedicada a Salvador Dalí frente al Movistar Arena) incluye una estatua en bronce que homenajea a Isaac Newton y un dolmen de piedra. Fue realizado por encargo municipal y aprobado por Dalí, e inaugurado en 1986 como la única gran obra del maestro presente en la capital. El conjunto mezcla la mitología científica con la estética surrealista del artista.
Dalí surrealista frente al WiZink Center
Dalí concibió el conjunto como un “monumento a la ciencia y la técnica”, utilizando el dolmen como elemento megalítico y la figura de Newton como alegoría. La obra ha vivido debates sobre conservación y remodelaciones urbanas, pero sigue siendo un hito contemporáneo distintivo en el Madrid reciente.
Monumento a Goya junto al Prado
La estatua dedicada a Francisco de Goya, obra de Mariano Benlliure (modelo 1902, fundición y emplazamientos posteriores), se ubica en las inmediaciones del Museo del Prado. Benlliure representó a Goya en actitud realista y el pedestal incorpora relieves alusivos a obras famosas del pintor, incluyendo referencias a las “Pinturas negras”.
Detalles de las “Pinturas negras” en bronce
Los bajorrelieves y detalles del pedestal buscan trasladar al bronce la complejidad de la obra gráfica y pictórica de Goya, estableciendo conexiones entre la escultura pública y la colección pictórica del Prado situada a pocos pasos.
Dama del Manzanares
La Dama del Manzanares (también llamada Ariadna IV en algunos proyectos) es una gran cabeza femenina de bronce y acero diseñada por Manolo Valdés e instalada en 2003 en la cima artificial de la Atalaya del Parque Lineal del Manzanares. Mide alrededor de 13 metros y pesa varias toneladas; su escala y emplazamiento la convierten en un mirador escultural hacia la ciudad.
Escultura contemporánea en el parque Lineal
La Dama sintetiza el diálogo entre arte contemporáneo y paisaje urbano: colocada en un cerro artificial proyectado por Ricardo Bofill, actúa como atalaya y como signo de regeneración de un tramo del río, integrando memoria, ecología y monumentalidad en el borde sur de la ciudad.
Por último, si eres un apasionado del arte, descubre los museos de arte contemporáneo imprescindibles en Madrid.