

Geishas: curiosidades y datos sorprendentes sobre su cultura

Las geishas, o “geiko” en algunas regiones como Kioto, son figuras icónicas de la cultura japonesa: artistas profesionales entrenadas en varias artes tradicionales que, durante siglos, han desempeñado un papel social complejo y fascinante.
Muy a menudo malinterpretadas en Occidente, las geishas combinan disciplina, estética y una profunda comprensión de las costumbres sociales japonesas. Este artículo explora qué son, cómo se forman, sus símbolos más reconocibles y la manera en que aparecen hoy en la cultura popular y el turismo.
Geishas: qué son y cuál es su papel en la sociedad japonesa
Una geisha es una artista profesional cuyo oficio consiste en entretener a los clientes mediante la música tradicional (shamisen y canto), la danza clásica, el juego de la conversación, el servicio del té y el dominio de otras artes ritualizadas. Su misión no es la sexualidad ni la prostitución, esa es una confusión persistente, sino ofrecer refinamiento cultural y compañía elegante en banquetes privados (ozashiki) y eventos ceremoniales.
Históricamente surgieron en el período Edo como parte del mundo de los barrios de placer y las casas de té, pero su función se orientó hacia la preservación y la transmisión de artes escénicas y etiqueta. Hoy en día siguen activos distritos tradicionales (hanamachi), especialmente en Kioto, pero también en Tokio y Kanazawa, donde las geishas representan un vínculo vivo con las tradiciones japonesas.
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Curiosidades fascinantes sobre las geishas
El significado del maquillaje blanco
El rostro blanco (oshiroi) es probablemente el rasgo más reconocible. Tradicionalmente elaborado a partir de polvo blanco (antes: base de arroz), este maquillaje cumple varias funciones: realza las expresiones faciales en salones con iluminación tenue, crea una superficie neutra sobre la que destacan los detalles (ojos y labios) y simboliza una estética refinada y ritualizada.
Los contrastes se completan con delineados en negro y rojo alrededor de los ojos y el característico labial en forma de “pequeña boca” en rojo (para las geishas maduras suele ser más discreto que en las aprendices).
Más allá de lo estético, el maquillaje distingue etapas: las maiko (aprendices) llevan colores y estilos más llamativos que las geishas plenamente formadas, subrayando su juventud y papel en formación.
El kimono: más que una prenda
El kimono de una geisha es una forma de lenguaje visual. Cada elemento, el tejido, el motivo, la longitud de las mangas, el tipo de obi (faja) y los accesorios, comunica edad, rango, estación del año y ocasión. Las maiko usan furisode (mangas largas) y obi muy largos y llamativos (a menudo anudados en estilo darari), además de kanzashi (adornos de cabello) estacionales exuberantes. Las geishas tienen kimonos más sobrios, con mangas más cortas y obi menos ostentosos, que indican su estatus profesional y elegancia contenida.
También el calzado importa, las maiko suelen llevar okobo (zuecos de madera altos) que modifican su forma de andar, mientras que las geishas usan zōri más discretos. El cuidado en vestir un kimono, pliegues, solapa izquierda sobre derecha, combinación de capas y patrones, es parte de la formación y la etiqueta.
Diferencias entre geishas, maikos y cortesanas
Es esencial distinguir varios roles que históricamente coexisten y a veces se confunden:
- Maiko: aprendiz de geisha, típica en Kioto, que está en formación. Su atuendo y maquillaje son más llamativos; su aprendizaje es público y ceremonial.
- Geisha (o geiko): artista formada que dirige su propia carrera dentro del hanamachi. Domina las artes, la etiqueta y la gestión de clientes.
- Cortesanas (oiran, tayū): eran cortesanas de alto rango del período Edo cuya función principal sí incluía la relación erótica comercial; su vestimenta y protocolo eran muy diferentes (más ostentosos y con otros rituales). Las cortesanas y las geishas pertenecen a esferas distintas, una de entretenimiento artístico y otra de servicios sexuales, aunque en el pasado ambas convivieron en los barrios de placer.
La confusión entre geisha y prostituta es un estereotipo que proviene de la mezcla histórica de espacios sociales y de la mirada extranjera; hoy la comunidad japonesa y las geishas mismas enfatizan la distinción profesional y artística.
La formación y el aprendizaje riguroso
Convertirse en geisha es un proceso largo y disciplinado que combina práctica artística, conducta social y adaptación a normas estrictas. Las etapas típicas incluyen:
- Shikomi: período inicial de trabajo y aprendizaje en la casa de geishas, realizando tareas domésticas y observando performances.
- Minarai: etapa de observación más formal, donde la aspirante asiste a eventos para aprender en la práctica.
- Maiko: la fase de aprendiz activa, con formación intensiva en danza, shamisen, canto, caligrafía, etiqueta y gestión de banquetes; puede durar varios años.
- Erikae: ceremonia de “cambio de cuello” en la que la maiko completa su transición y se convierte en geisha profesional.
Además del arte, las geishas estudian cómo conducir conversaciones, leer atmósferas sociales, seleccionar música apropiada para cada momento y comportarse con discreción. La dedicación requiere paciencia, resiliencia y, a menudo, el apoyo de una okiya (casa de geishas) que asume formación y gestión.
La presencia de las geishas en la cultura popular
Representación en el cine y literatura
Las geishas han sido una poderosa imagen en novelas y cine, a veces con representaciones admirativas y en otras ocasiones con exotización o errores culturales. Obras como la novela Memoirs of a Geisha (y su adaptación cinematográfica) llevaron la figura al público mundial, pero también generaron debate por licencias artísticas y por cómo presentan la vida real de las geishas.
En la cinematografía y la literatura japonesas y extranjeras se exploran temas como la disciplina artística, la identidad femenina, el cambio social y la nostalgia por lo tradicional. Es importante acercarse a esas obras con espíritu crítico, muchas recreaciones mezclan datos históricos reales con ficciones narrativas y estereotipos occidentales, por lo que no siempre reflejan con precisión el día a día en los hanamachi.
Geishas en la actualidad y turismo cultural
Hoy las geishas siguen activas, aunque su número es mucho menor que en épocas pasadas. Áreas como el distrito de Gion en Kioto mantienen escuelas y eventos públicos, por ejemplo, danzas anuales abiertas al público, que permiten conocer su arte sin invadir la privacidad profesional. El turismo cultural alrededor de las geishas ha crecido en los últimos años y los visitantes desean ver maiko caminando por calles tradicionales, acudir a espectáculos públicos o tomar clases introductorias de danza o shamisen.
Al mismo tiempo, existe una conversación sobre sostenibilidad cultural y respeto, muchos expertos y las propias geishas piden a los turistas no acosar, no fotografiar sin permiso y no tratar de “disfrazarlas” para selfies. Para quienes quieren experimentar de forma respetuosa, hay opciones legítimas, comprar entradas para presentaciones públicas, contratar actuaciones a través de agencias oficiales o participar en eventos culturales organizados por los distritos.
Las geishas son guardianas de múltiples tradiciones artísticas y sociales japonesas. Su mundo combina belleza ritual, disciplina y una sensibilidad hacia las estaciones, la música y la conversación que sigue despertando fascinación. Lejos de los mitos simplistas, la verdadera historia de las geishas es la de artistas altamente formadas que preservan formas de arte y etiqueta casi imposibles de separar del tejido cultural japonés.
Por último, si eres amante de la cultura japonesa puede que una de tus aficiones sea el manga. En este artículo hablamos de los mejores manga de la historia ¿añadirías alguno más?.