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12 diciembre 2023

“En Mamá Heladera hemos dejado de trabajar con proveedores por hablarnos mal (por ser mujeres)”

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Para combatir la invisibilidad femenina en el sector, la heladera Irene Iborra piensa que habría que dar más voz a las mujeres.

Irene Iborra es la quinta generación de Tío Che, una horchatería y heladería emblemática del barrio de Poblenou de Barcelona. En 2021, abrió Mamá Heladera, donde da la oportunidad a los clientes de revivir sus recuerdos de infancia a través del helado.

La chef reconoce que para una mujer no es sencillo este oficio porque hay que levantar grandes pesos y por la conciliación familiar, pero demuestra que es posible no solo trabajar como heladera, sino también tener prestigio. Y es que esta chef se ha convertido incluso en la protagonista de un cuento infantil, La Cucurutxu.

Entrevista En Femenino a Irene Iborra, propietaria de Mamá Heladera

1.- ¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer en la heladería en los últimos 10 años?

Hace 10 años yo no conocía a heladeras destacadas. Actualmente despuntan mujeres y ya son referentes en sus especialidades. Muchas de ellas aún están en segundo plano.

2.- ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la mujer en el sector?

Personalmente, para mí fue difícil trabajar en el obrador. Mi padre decía que todo pesaba mucho, que las máquinas eran complicadas, que me podía hacer daño... Y sí que es verdad que, al principio, como venía de trabajar de una oficina, me costaba levantar hasta 15 litros, pero todo se puede entrenar. Las máquinas se aprenden y si nos hacemos daño, pues nos curamos.

La conciliación familiar también es complicada. Tengo una niña y en verano debo estar todo el día en la tienda. Ahora es más sencillo, pero cuando le daba el pecho fue una época muy dura a nivel de gestión del tiempo.

A nivel general, en muchos segmentos de población la sociedad está cambiando, pero en otros hace falta tiempo.

3.- ¿Crees que hay las mismas oportunidades (salarios, cargos de responsabilidad, reconocimiento...) para mujeres y hombres?

Se está trabajando en ello, lo veo en los medios especializados que dan más visualización a la mujer.

No he visto estadísticas, así que no puedo contestar a nivel externo sobre los sueldos y cargos.

4.- ¿Piensas que hay poca presencia de mujeres en los congresos y eventos heladeros? ¿Y en los concursos? ¿Qué acciones se podrían tomar para combatir la invisibilidad femenina?

Todavía hay menos presencia de mujeres. Les daría más voz, yo amo ver a Natalia Ramírez aparecer en eventos heladeros, me da fuerza para dar voz a mi trabajo.

Hasta hace poco el mundo heladero era muy cerrado, solo se conocían los más populares. Ahora hay más medios para darse a conocer y llegar a entrar en estos círculos. Se tendría que facilitar el acceso a los eventos.

5.- ¿En Mamá Heladera qué porcentaje de mujeres hay? ¿Hay puestos específicos para mujeres u hombres?

En Mamá Heladera somos un equipo femenino, trabajamos dos mujeres, Irene Vidal y yo, y este verano ha estado con nosotras Rita Viñolas.

6.- ¿Qué recomendaciones darías a las estudiantes que quieren dedicarse a este oficio?

Que vayan a por todas, que adquieran una buena base, que tengan motivación, que lo intenten muchas veces, que se equivoquen, que sigan probando y cuando algo les salga bien, que lo muestren al mundo orgullosas, que lo celebren todo y que disfruten de cada etapa por la que pasen.

7.- ¿Has vivido alguna situación de discriminación en tu profesión por el hecho de ser mujer?

Algún frigorista que no me conocía me ha llegado a preguntar si sabía que era un compresor. Algún comercial me ha aconsejado que le preguntara a mi marido -ahora exmarido- para tomar la decisión y yo he tenido que aclarar que las decisiones las tomo yo, que no hay nada que consultar. Al principio, algún compañero heladero me decía que mi idea no iba a funcionar y a veces me pregunto si pensaría de igual forma si yo fuera hombre. Actualmente, cuando llevo algún peso, escucho comentarios del tipo “qué fuerte estás…” y, sin embargo, si un transportista va igual de cargado, no se le dice nada.

En el día a día, el ambiente de trabajo es maravilloso y no dejamos que nuestra empresa de mujeres sufra ninguna discriminación. Hemos dejado de trabajar con proveedores por hablarnos mal, hemos puesto límites a clientes y vamos a hacer lo que sea para mantener el negocio tal como está.