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Fecha de publicación
23 mayo 2025

Qué son los productos ecológicos y cómo están entrando en la cesta de la compra de los españoles

Autor
Lluis Amengual
Tiempo de lectura
6 min.
Secciones de la noticia

La preocupación por el medio ambiente y la salud ha transformado los hábitos de consumo en España, donde los productos ecológicos, especialmente las frutas y hortalizas, están ganando protagonismo en la cesta de la compra. Este artículo explora qué son estos productos, cómo se regulan, los requisitos que deben cumplir, las certificaciones necesarias, las tendencias de consumo y su impacto en la reducción del desperdicio alimentario, en línea con la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario de 2025.

Qué son las frutas y hortalizas ecológicas

Las frutas y hortalizas ecológicas son alimentos cultivados mediante agricultura ecológica, un sistema que prioriza procesos naturales para obtener productos frescos, sabrosos y de alta calidad. Este método respeta los ciclos naturales, fomenta la biodiversidad y minimiza el impacto ambiental. A diferencia de la agricultura convencional, que usa fertilizantes y pesticidas sintéticos, la ecológica emplea prácticas como la rotación de cultivos, compost natural y variedades resistentes a plagas.

Estos productos están libres de residuos de pesticidas y aditivos sintéticos, lo que los hace más saludables y menos dañinos para el medio ambiente. Además, conservan el suelo, reducen la contaminación del agua y protegen la fauna local, como insectos beneficiosos. En España, más del 25% de las frutas y verduras de temporada de algunos distribuidores locales son ecológicas, reflejando un compromiso con la sostenibilidad.

Cómo se regula la agricultura ecológica en Europa

En Europa, la agricultura ecológica está regulada por el Reglamento (UE) 2018/848, vigente desde enero de 2022, que establece estándares estrictos para garantizar sostenibilidad y calidad. Este marco promueve la protección ambiental, la biodiversidad y la confianza del consumidor. En España, las Comunidades Autónomas supervisan la producción ecológica, mientras el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación coordina las políticas nacionales. Entidades certificadoras, reguladas por la Entidad Nacional de Certificación (ENAC), inspeccionan toda la cadena productiva, desde las semillas hasta la distribución.

Qué requisitos debe cumplir

Para ser considerado ecológico, un producto debe cumplir requisitos específicos:

Al menos el 95% de los ingredientes deben ser de origen natural, con un 50% de fuentes vegetales y un 5% de agricultura ecológica certificada.

Está prohibido el uso de organismos modificados genéticamente (OMG), fertilizantes y pesticidas sintéticos.

Se utilizan preparados minerales y vegetales para enriquecer el suelo y se fomenta el control natural de plagas.

Los procesos de limpieza solo pueden usar productos autorizados como ecológicos.

Los envases deben ser reciclables, biodegradables o reutilizables.

Está prohibido testar productos o ingredientes en animales.

Certificados que se deben desarrollar

Para llevar el sello ecológico, los productos deben estar certificados por organismos autorizados. En la Unión Europea, el distintivo oficial es la "eurohoja", que garantiza controles rigurosos y debe ir acompañada del código de la entidad certificadora y el origen de las materias primas (por ejemplo, "Agricultura de España"). En España, organismos como el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad de Madrid (CAEM) emiten certificaciones con logotipos propios (como ES-ECO-023-MA). Estas certificaciones refuerzan la confianza del consumidor y aseguran el cumplimiento de las normativas.

Datos sobre la evolución del consumo de productos ecológicos en la cesta de la compra

El consumo de productos ecológicos en España ha crecido significativamente. Según el Ministerio de Agricultura, en 2020 el gasto por persona en estos productos alcanzó los 53,41 euros, un 6,1% más que el año anterior, y en 2022 llegó a 60 euros por hogar. Más del 55% de los españoles consumieron algún producto ecológico en 2022, según BBVA. Las frutas y hortalizas frescas lideran, representando un 15,5% y 13,9% del total de productos ecológicos consumidos, seguidas por pan, aceite y vino.

España es líder europeo en producción ecológica, con 2,67 millones de hectáreas dedicadas en 2022 (11% de la superficie agrícola), especialmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña. La pandemia de 2020 impulsó un aumento del 35% en el consumo de alimentos ecológicos en el primer trimestre, según Ecovalia, y la mayor disponibilidad en supermercados y mercados locales ha facilitado este auge.

Su impacto en la reducción del desperdicio de alimentos

La agricultura ecológica contribuye a reducir el desperdicio alimentario al optimizar recursos y evitar estándares estéticos estrictos, lo que disminuye los descartes por apariencia. La agricultura de proximidad, común en este sector, reduce pérdidas por transporte y almacenamiento. Además, los consumidores de productos ecológicos, más concienciados, planifican mejor sus compras y aprovechan sobras, apoyados por iniciativas como grupos de consumo agroecológico.

La Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario (vigente desde abril de 2025) refuerza estos esfuerzos. Obliga a productores, distribuidores y hostelería a implementar planes de prevención, priorizando la donación de excedentes y la venta de productos "feos". La ley fomenta el consumo de temporada y de proximidad, alineándose con los principios ecológicos. En 2023, España desperdició 1.183 millones de kilos de alimentos (25 kg por persona), y esta normativa busca reducir esta cifra mediante una economía circular que complementa la sostenibilidad de los productos ecológicos.

Conclusión

Los productos ecológicos están transformando la cesta de la compra en España, impulsados por la conciencia ambiental y el deseo de una dieta saludable. La regulación europea asegura su calidad, mientras su consumo reduce el desperdicio alimentario, en sintonía con la nueva ley de 2025. Al elegir frutas y hortalizas ecológicas, no solo cuidas tu salud, sino que contribuyes a un sistema alimentario más sostenible. ¿Te animas a incorporarlas a tu dieta?