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Fecha de publicación
14 agosto 2025

Mejora vegetal en hortícolas: innovación genética para una agricultura más sostenible

Autor
ANOVE
Tiempo de lectura
9 min.
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Descubre cómo la mejora vegetal en hortícolas impulsa la sostenibilidad, productividad y calidad en los cultivos. Innovación genética para una agricultura más eficiente y adaptada al futuro.

Mejora vegetal en hortícolas: clave para sostenibilidad y calidad

La mejora vegetal en hortícolas es una actividad clave, la obtención de nuevas variedades vegetales más productivas, resistentes y mejor adaptadas a las demandas del mercado son fundamentales en el marco de integración de prácticas y estrategias que buscan minimizar el impacto ambiental y social de las actividades productivas, asegurando al mismo tiempo la viabilidad económica a largo plazo, la sostenibilidad del sistema productivo hortícola. Esta labor es esencial para la alimentación y la economía, ya que la competitividad y calidad de su actividad transciende en todos los eslabones de la cadena, beneficiando a la sociedad, el medio ambiente y la economía en su conjunto.

El proceso y los plazos de la mejora genética hortícola

El desarrollo de nuevas variedades vegetales a través de la mejora genética moderna es una actividad compleja que requiere una gran inversión económica a largo plazo: conseguir variabilidad genética, seleccionar los cultivares obtenidos hasta desarrollar variedades adaptadas a condiciones específicas, la elección de las líneas parentales que puedan transmitir las características buscadas, cruzamientos, selección y depuración posterior, son acciones que, según las especies, suponen un plazo de tiempo de hasta 10 ó 12 años y costosas inversiones en material y personal técnico con un coste medio que asciende a varios millones de euros hasta poner en el mercado una nueva variedad.

Principales objetivos de la mejora vegetal en hortícolas

Resistencia a plagas y enfermedades

Incorporando genes de resistencia a patógenos (hongos, bacterias y virus) e insectos, reduciendo el uso de fitosanitarios.

Aumento del rendimiento y productividad

Variedades que produzcan más cantidad de cosecha por unidad de superficie.

Mejora de la calidad intrínseca de los frutos

Características como el color, tamaño, sabor, forma, dureza, vida útil y contenido nutricional.

Versatilidad para diferentes mercados y usos

Variedades adaptadas a consumo en fresco, industria, congelado, cuarta y quinta gama.

Valor funcional y medicinal

Material vegetal cuyo mayor contenido en principios activos apoya la salud (vitaminas, antioxidantes…).

Tolerancia a estrés abiótico

Variedades que soporten salinidad, temperaturas extremas, humedad, suelos degradados.

Adaptación climática y sistemas de cultivo diversos

Cultivos aptos para diferentes zonas, plantaciones tempranas o tardías, campo abierto, invernadero, cultivo sin suelo, etc.

Mejora de la recolección y reducción del uso de plaguicidas

Plantas que permitan cosechas más eficientes, maduración agrupada o escalonada, estructuras que favorecen aireación y menor uso de tratamientos.

Reducción de costes de producción

Mejoras que optimizan el uso de agua, nutrientes o productos fitosanitarios.

Herramientas tradicionales y biotecnológicas en mejora vegetal

La combinación de herramientas tradicionales y biotecnológicas son fundamentales en la mejora genética actual, del fitomejoramiento clásico a la biotecnología y genética molecular, todas ellas abren un nuevo mundo de innovación e investigación a la mejora continua de nuevas variedades vegetales.

El modelo hortícola español como referente

El modelo profesional hortícola español que introduce de forma constante las creaciones de nuevo material vegetal ha permitido mantener la rentabilidad de las explotaciones de cultivo. La gran evolución en la diversidad varietal en especies hortícolas son un ejemplo de la intensa actividad que desarrolla la innovación varietal en todas las especies cultivadas. Por más de 30 años soluciones constantes a los problemas de enfermedades, hongos, bacterias y virus, han permitido la sostenibilidad de los cultivos, el obtentor ha ido solucionando problemas de virus como el TMV, PMMV en pimiento o a hongos como el oídio, obteniendo variedades resistentes que entroncan con la agricultura profesional de reducción de residuos de materias activas en fruto que han permitido mejorar la sanidad de los cultivos y la salubridad de los productos consumidos. Nuevo material de mejora se sigue desarrollando para mejorar la resistencia no solo a enfermedades, sino a plagas, como mosca blanca, pulgón o trips, que a día de hoy se postulan amenazantes contra la rentabilidad y sostenibilidad de los cultivos hortícolas profesionales.

H2: Diversidad varietal: ejemplos para distintos cultivos hortícolas

Del pepino tradicional al pepino moderno Almería

Del Brunex, grueso y espinoso y a tiempos un tanto amargo, al pepino Almería actual liso, verde intenso, de calibre y calidad adaptado a todo tipo de mercado, con la textura y jugosidad óptimas, de consumo en fresco, industria y cuarta gama, saltando a conceptos snacks adaptados al consumo de los más pequeños, todo un mundo Veggie que sigue los pasos que demanda la sociedad más próxima.

La oferta multicolor hortícola

No existe especie alguna por alejada del consumo mayoritario hortícola que se aleje del arcoíris multicolor varietal que los obtentores han desarrollado y puesto en el mercado gracias a la constante investigación e innovación en nuevas variedades. Nos encontramos en la época con mayor oferta nutricional y funcionalidad en la historia agroalimentaria: Berenjenas sin pelo con ausencia de espinas, negras ralladas, globosas, largas y semilargas, con ausencia de semillas y menos astringentes; Calabacín partenocárpico de semillas carnosas y gamas de color del verde claro al negro intenso; Brásicas aprovechables por sus frutos, sus hojas y sus tallos; Lechugas polimorfas con amplias gamas de tipos, texturas y colores diferentes; Cebollas dulces; Sandías sin semillas, para fresco o industria con alto contenido de materia seca, minisandías, negras, rayadas, de múltiples formas y colores de pulpa; Melones con altos índices brix con elevados niveles de azúcar, amplias tipologías y sabores no convencionales; Tomates de alta conservación, con líneas de mejora de sabor, rama, liso-redondos, cherries, pera, asurcados, chocolate, cocktail, acostillado, rosa…, todos ellos mejorados con resistencia a enfermedades, en tiempo excepcionalmente acelerado, como el virus del rugoso marrón del tomate, tobamovirus amenazante contra los intereses del productor y el consumidor por la pérdida o reducción de la rentabilidad y falta de suministro de mercancía en los lineales de los supermercados. Todo un sistema de cruzamiento y selección genética de plantas para el desarrollo de nuevos cultivos estables de mayor calidad y rendimiento y que responden a las necesidades de la sociedad y las exigencias del mercado.

Impacto cuantitativo y beneficios de la mejora vegetal hortícola

Según un estudio reciente publicado por el Instituto Cerdá la aportación fundamental de la mejora de semillas y plantas es el incremento de la productividad. Se estima que a ella se debe el 50% del aumento de la productividad agrícola mundial a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Por otro lado, ha permitido producir de forma más sostenible para poder alcanzar los objetivos que la UE se ha fijado a través del Pacto Verde Europeo.

H3: Reducción en uso de fertilizantes y fitosanitarios

En segundo lugar, se ha reducido el uso de fertilizantes. En el caso del tomate la cifra alcanza más de 375.000 Mt en los últimos 5 años. También se ha reducido el uso de fitosanitarios consiguiendo un ahorro de 540.000 kg anuales y aumentando la resistencia a plagas y enfermedades.

Ahorro de agua y energía

Por otro lado, la mejora vegetal ha contribuido a un menor consumo hídrico y energético. En el cultivo de tomate, por ejemplo, se han conseguido ahorrar un total anual de 35 millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale al agua de 14.000 piscinas olímpicas. La mejora vegetal ha hecho posible también el ahorro de 3,5 millones de Gj/anuales, que es una cantidad similar al consumo de 100.000 hogares en un año.

Colaboración y retos futuros en obtención genética

La mejora vegetal es un esfuerzo conjunto de obtentores impulsores de la investigación y desarrollo de nuevas variedades, entidades privadas, Centros de investigación y universidades que Contribuyen con la investigación básica y aplicada, el desarrollo de nuevas herramientas y la formación de profesionales, y por supuesto, de Agricultores que colaboran probando nuevas variedades y aportando conocimientos sobre las necesidades del cultivo y del mercado.

Hibridar, cruzar sexualmente dos individuos de distinta constitución genética, dos variedades o especies diferentes, para conseguir potenciar en la descendencia caracteres parentales deseados, un sistema de cruzamiento y selección genética de plantas para el desarrollo de nuevos cultivos estables de mayor calidad y rendimiento han respondido a las necesidades de la sociedad y las exigencias del mercado. El avance de la regulación en Europa esperamos no paralice la puesta en marcha de las nuevas técnicas de edición genéticas, entre ellas CRISPR, que nos permitirán acortar los tiempos de obtención, intervenir con mayor precisión en los objetivos de mejora, y ayudar a cumplir los retos de futuro de sostenibilidad socioeconómica y ambiental en el ámbito de la producción agraria de los agricultores y de la alimentación de la sociedad del siglo XXI.

Conclusión: mejora vegetal para una horticultura más rentable, sostenible y adaptada al futuro

La mejora vegetal en hortícolas no solo mejora la rentabilidad de los cultivos, sino que contribuye directamente a los objetivos de sostenibilidad ambiental, social y económica, garantizando alimentos sanos, seguros y de calidad para las generaciones presentes y futuras.