

Economía circular: más allá del reciclaje, un nuevo modelo económico

El paso del tiempo ha puesto de manifiesto que la sostenibilidad no está reñida con la competitividad empresarial. Las compañías que apuestan por la economía circular cuentan con la garantía de que sus negocios tengan futuro y prosperidad económica en una sociedad en la que cada vez impera más el respeto por el medio ambiente.
¿Qué es realmente la economía circular?
La economía circular es un modelo de producción y consumo que se enfoca en optimizar los recursos, reducir los residuos generados y minimizar el impacto ambiental. Este concepto apuesta por la optimización en el tiempo de las materias primas en los ciclos productivos y también, en el aprovechamiento como forma de trabajo.
Para conocer el origen del concepto de economía circular hay que remontarse a un pasado no muy lejano. Desde los años setenta existieron corrientes y disciplinas que hablaban de la economía ambiental y la ecología industrial en el manejo de los residuos, el valor de los materiales y el control de la contaminación. Pero no es hasta el año 1989, cuando por primera vez se habla del concepto de economía circular en el libro ‘Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente’ de Pearce y Turner. A partir de ese momento, empiezan a surgir nuevas ideas de académicos, líderes de opinión y empresas que giran en torno a la optimización de los recursos y la minimización de la contaminación.
Por ejemplo, se consideran al químico alemán Michael Braungart y al arquitecto estadounidense Bill McDonough padres del concepto por seguir la filosofía “Cradle to Cradle” (de la cuna a la cuna). Una corriente de diseño que compara los procesos industriales y comerciales con un proceso de metabolismo biológico, donde los desechos equivalen a nutrientes que pueden ser recuperados y reutilizados.
La economía circular es un modelo de producción y consumo que se enfoca en optimizar los recursos, reducir los residuos generados y minimizar el impacto ambiental. Este concepto apuesta por la optimización en el tiempo de las materias primas en los ciclos productivos y también, en el aprovechamiento como forma de trabajo.
Para conocer el origen del concepto de economía circular hay que remontarse a un pasado no muy lejano. Desde los años setenta existieron corrientes y disciplinas que hablaban de la economía ambiental y la ecología industrial en el manejo de los residuos, el valor de los materiales y el control de la contaminación. Pero no es hasta el año 1989, cuando por primera vez se habla del concepto de economía circular en el libro ‘Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente’ de Pearce y Turner. A partir de ese momento, empiezan a surgir nuevas ideas de académicos, líderes de opinión y empresas que giran en torno a la optimización de los recursos y la minimización de la contaminación.
Pero realmente, ¿qué diferencia existe entre economía lineal y circular? La primera es aquella que consiste básicamente en “extraer, producir, consumir y desechar”, sin tener en cuenta el cuidado del medio ambiente. La economía líneal busca abaratar los costes basándose en el uso de recursos de fácil acceso, en el uso indiscriminado de energía y en la falta de responsabilidad sobre los residuos. A diferencia de ésta, la economía circular apuesta por la minimización del impacto en el medio ambiente. Es reparadora y regenerativa, y busca que los residuos generen capital en vez de reducirlo.
Principios clave de la economía circular
En un mundo donde los recursos naturales son finitos, la economía circular emerge como un paradigma fundamental para abordar los desafíos contemporáneos. Los principios claves de esta nueva vertiente se pueden resumir con el concepto de las “7R”: reducir, reciclar, reutilizar, regenerar, rediseñar, compostaje (en inglés rot) y repensar.
Estos seis conceptos tienen algo en común, y es que apuestan por diseñar productos que duren con el paso del tiempo y que éstos sean creados a través de diseños sostenibles. Las “7R” también buscan optimizar el uso de recursos a través de la reducción del consumo, el reciclaje y la reutilización de vida útil de los residuos, ya que éstos en muchas ocasiones se pueden convertir en un recurso muy valioso. Y por último, la economía circular es clave en la regeneración de los sistemas naturales. Es decir, que la reparación de los objetos o la refabricación se contemplen como una forma de trabajo que ofrece mayor eficiencia y durabilidad.
Más allá del reciclaje: un modelo preventivo
Es crucial ir más allá. El reciclaje no es suficiente para conseguir un modelo productivo respetuoso con el medio ambiente. El diseño ecológico, la responsabilidad de los productores, el uso eficiente de materias primas, la concienciación del consumidor y la innovación en las cadenas de suministro son los parámetros a seguir para establecer un modelo económico preventivo.
En la actualidad, muchas empresas ya están trabajando para que sus productos cuenten con envases fabricados con residuos vegetales. Además, el ecodiseño minimiza el impacto ambiental de ciertos recipientes, ya sea aumentando su capacidad o eliminando los componentes contaminantes.
El uso eficiente de materias primas es también algo preventivo. Medidas tan sencillas como una buena clasificación y etiquetado de los productos, un eficiente control de aprovisionamiento o el establecimiento de cupos de compra con los proveedores pueden reducir el consumo de las materias primas en cifras insospechadas.
Por otro lado, que las compañías apuesten por la innovación en sus cadenas de suministros son inversiones que se convierte en una garantía de éxito en la economía circular. La aplicación de estrategias, tecnologías, procesos y prácticas nuevas y mejoradas dentro de la cadena de suministro ayudan a aumentar la eficiencia, reducir los costes, mitigar los riesgos y mejorar el rendimiento general.
Beneficios de la economía circular
La economía circular es un paradigma para las empresas de todo el mundo. Sus beneficios medioambientales, económicos y sociales son cada vez más evidentes. El impacto positivo en el planeta y la reducción de dependencia de recursos finitos son los mayores beneficios que aporta la economía circular. Con ella se consigue ralentizar el uso de recursos naturales, la alteración del paisaje y el hábitat y ayuda a limitar la pérdida de biodiversidad.
Otros beneficios:
- Mejora de la seguridad de suministro de materias primas
- Favorece nuevos modelos de negocio
- Generación de riqueza y empleo
- Beneficia la economía local
- Estimula la innovación y la competitividad
- Ahorro en los costes de fabricación y en los productos de consumo
- Impulsa el I + D + i y las nuevas tecnologías
- Productos más duraderos
- Consumo más responsable
- Genera nuevos empleos
- Ahorrar dinero a los consumidores
- Ahorrar dinero a los consumidores
Retos y barreras para la economía circular
La economía circular no se puede lograr de forma aislada, se debe tomar conciencia de la posición que ocupa cada uno de los agentes que intervienen en el proceso.
Las empresas tienes que asumir unos costes iniciales en la adopción de nuevas medidas, inversiones e infraestructuras. Los consumidores tienen que ser educados en materia medio ambiental, una tendencia cada vez más extendida culturalmente. Y los gobiernos, deben hacer el acompañamiento a los ciudadanos y las compañías a través de la legislación y el apoyo gubernamental.
Por ello, alcanzar el modelo circular conlleva una serie de retos y desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se desarrolla la ‘Estrategia española de economía circular y planes de acción’ que culminará en el año 2030:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.
- Reducir la generación de residuos un 15% respecto de lo generado en 2010.
- Reducir la generación residuos de alimentos en toda cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020.
- Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Pero el cumplimiento de todos estos retos no es tarea sencilla. La economía circular también se enfrenta a algunas barreras que deben ser superadas. La escasez de infraestructuras, los elevados costes iniciales, la falta de normativas, las barreras culturales y sociales, la ausencia de conocimientos de las organizaciones para implementar estos nuevos modelos de negocio y la falta de coordinación entre estados son algunas de las trabas a las que se enfrenta el progreso ambiental.
El futuro de la economía circular: tendencias globales
La economía circular ha sido destacada como marco estratégico esencial por organizaciones internacionales como las Naciones Unidas o la Unión Europea, así como organizaciones no gubernamentales como la Fundación Ellen MacArthur. La tendencia global de la mayoría de los países es caminar de la mano de la economía circular porque ésta, puede aumentar la competitividad, estimular la innovación e impulsar el crecimiento económico.