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16 diciembre 2021

Los viajes de negocios ya no serán igual que en el pasado

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El turismo MICE resurgirá con fuerza en 2022, según cuatro destacados expertos. Sin embargo, como explican estos especialistas, los viajes de negocios ya no serán igual que en el pasado porque habrá nuevos segmentos y tipos de viajeros a los que la industria tendrá que atender.

La creciente importancia del turismo MICE queda reflejada cada año en FITUR MICE, la sección especializada de la Feria organizada por IFEMA MADRID que convoca cada año al turismo de reuniones, incentivos, congresos y eventos, gran dinamizador de la industria de turismo global. En esta línea, hemos preguntado a cuatro destacados expertos su opinión sobre la evolución de este tipo de viajeros en 2022.

Cayetano Soler, socio responsable de Turismo, Transporte y Logística de la consultora PwC, afirma que los viajes de reuniones, incentivos, conferencias y eventos empezarán a resurgir en el próximo año. “Con cambios y nuevas expectativas en torno a cómo será, lo cierto es que se augura un importante crecimiento de este segmento turístico; pero no será hasta finales de 2023 o principios de 2024 cuando el turismo MICE alcance cifras relevantes, como las de 2019, aunque solo reinventándose podrá conseguir su plena recuperación”.

De cualquier manera, el segmento MICE arroja unas previsiones optimistas, con “un fuerte incremento de reuniones presenciales para los próximos meses”, según Luis Gómez Encinas, tutor de especialistas de CESAE Business & Tourism School. “Serán ferias y congresos que, en muchos casos, convivirán con formatos híbridos donde lo virtual tendrá un peso importante”.

Miguel Flecha, managing director Accenture de Travel en Europa, advierte de que el viaje de negocios ya no será igual que en el pasado, habrá segmentos nuevos y nuevos viajeros a los que la industria tendrá que atender. “Pero, por encima de todo, es necesario que exista un propósito para viajar, y la industria debe ayudar a las empresas a sacar el máximo rendimiento de los viajes que realizan, haciendo que cada viaje merezca la pena”.

Por su parte, Xavier Trias, socio responsable del Sector Turismo de EY, opina que “el turismo de negocios tendrá una recuperación más lenta que el vacacional, ya que se ha mostrado mucho más volátil a las incertidumbres derivadas del impacto de las sucesivas olas de la Covid-19”. Sin embargo, “las etapas de recuperación que hemos ido viviendo han mostrado claros signos de que habrá una vuelta con fuerza, eso sí, por etapas, y a medida que la situación sanitaria se normalice”. Todo ello permite “ser optimista de cara a su recuperación y a alcanzar niveles de actividad pre-pandemia”.

Resurgimiento

Luis Gómez (CESAE Business & Tourism School) apunta que el reciente informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), asegurando que en 2022 el gasto mundial en viajes de negocios alcanzará dos tercios de los niveles previos a la pandemia, ha puesto el foco de los medios en este segmento tan importante para todo el sector de viajes.

“El resurgimiento de esta tipología de turismo está siendo más lento que otras, como por ejemplo la del ocio vacacional, debido a la incertidumbre que todavía rodea a las empresas con respecto a la evolución de la economía y los obstáculos para los viajes internacionales por las restricciones sanitarias”, indica.

A su juicio, la implementación de políticas de sostenibilidad, la transformación digital y las estrictas normativas de seguridad son factores limitantes para el business travel tal y como lo habíamos conocido hasta ahora. “No obstante, hay sectores de la economía claramente al alza, como la alimentación, la salud y la logística, entre otros, en los que sí se aprecia una mayor recuperación de la demanda de viajes de negocios, lo cual indica que este gasto corporativo sigue muy ligado a la buena marcha de las empresas”.

Por su parte, el segmento MICE arroja unas previsiones más optimistas, con un fuerte incremento de reuniones presenciales para los próximos meses. “Serán ferias y congresos que, en muchos casos, convivirán con formatos híbridos donde lo virtual tendrá un peso importante. Las administraciones públicas y los distintos organismos turísticos se van a implicar con especial interés en la promoción y desarrollo de estos eventos, por lo que representan para el conjunto de la economía. Y, en todo caso, los rebrotes y la intensidad de las nuevas olas pandémicas van a marcar decisivamente el éxito de estas citas turísticas”.

Nuevas expectativas

Cayetano Soler (PwC) opina que los viajes de reuniones, incentivos, conferencias y eventos empezarán a resurgir en el próximo año. “Con cambios y nuevas expectativas en torno a cómo será, lo cierto es que se augura un importante crecimiento de este segmento turístico, aunque no será hasta finales de 2023 o principios de 2024 que el turismo MICE alcance cifras relevantes, como las de 2019, aunque solo reinventándose podrá conseguir su plena recuperación. El subsegmento de turismo de incentivos se recuperará en 2022, alcanzando cifras prepandemia y será el driver de crecimiento del negocio MICE en su conjunto, según la opinión de los analistas”.

En su opinión, las claves para su recuperación son diversas. En primer lugar, “generar un entorno de confianza de toda la cadena de valor turística y que permita transmitir seguridad dentro del marco con el que nos encontramos”. En segundo lugar, la tecnología 4.0. “La tecnología es un elemento fundamental tanto para el desarrollo del negocio MICE, impulsando la conectividad de la cadena de valor, como para transmitir seguridad, ya que facilita los procesos de comunicación e interacción. Impulsar soluciones que converjan tipo, la realidad aumentada, streaming, webcasting e inteligencia artificial, digitalización de los procesos operativos, van a ser claves para la promoción, organización y logística de este tipo de negocio”.

La tercera clave es “focalizarse en el desarrollo de experiencias personalizadas, en toda la cadena del viaje, desde la inspiración, hasta el post viaje, tanto en el ocio como en el desarrollo del evento, va a ser fundamental para el impulso de este tipo de turismo”. A ello se suma “potenciar la colaboración público-privada para la definición de las estrategias de promoción y posicionamiento del subsector MICE; diseñar y promocionar un plan de sostenibilidad transversal para toda la experiencia turística de este segmento, en los ámbitos social, económico y medio ambiental; y fomentar la capacitación y formación de los profesionales del sector, para que se adapten al marco de responsabilidad y la adaptación de estas tecnologías y modelo de operación que se requiere”.

Soler concluye que “solo desde la colaboración público-privada para la recuperación, reposicionamiento y reinvención del negocio MICE podemos volver a generar un entorno de confianza y promocional que permita reactivar este segmento tan relevante para el desarrollo de nuestra actividad económica. Estamos en el camino, pero debemos dar una respuesta conjunta entre todos los agentes de la cadena de valor turística”.

Motivaciones del viaje de negocios

Según Miguel Flecha, en Accenture creen que hay tres motivaciones clave que marcan la decisión del viajero de negocios e influyen en las expectativas corporativas. En primer lugar, la seguridad. “Los viajeros necesitan tranquilidad, y una comunicación clara por parte de las compañías de viajes es una de las mejores formas de reconstruir esa confianza”.

En segundo lugar, la flexibilidad. “Viajar en este momento es más complicado y existen más puntos de fricción que antes de la pandemia, por lo que la capacidad de hacer cambios de manera fácil es una de las principales prioridades de los viajeros de negocio. La tecnología puede desempeñar un papel fundamental en la mejora de la seguridad y la simplificación de la experiencia del viajero para garantizar una experiencia omnidireccional que restablezca la confianza a medida que vuelven los viajes de negocio. La transparencia es clave desde todos los ángulos”. Finalmente, existe un foco sobre el impacto medioambiental de los viajes. “Los viajeros son más conscientes del impacto de los viajes y priorizan opciones más sostenibles”.

En el futuro, las emisiones relacionadas con los viajes de negocios deben reducirse para poder cumplir los objetivos de las compañías. “Para el sector de viajes de negocio, participar en iniciativas de sostenibilidad implica mitigar el riesgo, cumplir con las regulaciones y también una oportunidad para innovar y crecer al mismo tiempo. Todos los actores de la industria de viajes deberán desempeñar un papel activo en el camino hacia los viajes de negocios sostenibles”.

El viaje de negocio no será igual que en el pasado, habrá segmentos nuevos y nuevos viajeros a los que la industria tendrá que atender. “Empleados que trabajan en remoto y necesitan desplazarse a su sede durante todo el año. Nómadas digitales que trabajan a tiempo completo en lugares remotos. Empleados que no tienen acceso a una oficina física, pero necesitan reunirse con clientes y socios, y viajeros “bleisure” que extienden su estancia, añadiendo un elemento de ocio a sus viajes de negocios. Pero, por encima de todo, es necesario que exista un propósito para viajar, y la industria debe ayudar a las empresas a sacar el máximo rendimiento de los viajes que realizan, haciendo que cada viaje merezca la pena”, concluye Flecha.

Una vuelta con fuerza

Xavier Trias (EY) opina que el turismo de negocios tendrá una recuperación más lenta que el vacacional, ya que se ha mostrado mucho más volátil a las incertidumbres derivadas del impacto de las sucesivas olas de la Covid-19. “Sin embargo, las etapas de recuperación que hemos ido viviendo han mostrado claros signos de que habrá una vuelta con fuerza, eso sí, por etapas, y a medida que la situación sanitaria se normalice. Todo ello permite ser optimista de cara a su recuperación y a alcanzar niveles de actividad pre-pandemia”.

Para que esta recuperación sea lo más rápida y estable posible, “es de vital importancia contar con políticas y protocolos claros, consistentes y lo más simple posibles (frictionless) entre destinos, especialmente en lo relativo al desplazamiento, pero también en las restricciones fijadas en cada destino”. Por otro lado, “tal y como se ha visto con la aparición de nuevas variantes y olas, el turismo de negocio seguirá siendo muy sensible a la incertidumbre que generan dichos riesgos, por lo que también será vital que las administraciones reaccionen de forma rápida para minimizar el impacto y alarmas asociadas. En resumen, si bien la fuerza de la demanda es fuerte y muestra claros signos de recuperación, es vital diseñar y contar con un marco estable que permita planificar mínimamente la asistencia y la organización de eventos, visitas, reuniones, etc.”.

Ante dicha situación, las compañías deberán seguir adoptando soluciones y protocolos que garanticen la seguridad real y percibida por los clientes, minimizando el impacto negativo y maximizando el impacto positivo en la experiencia. “Obviamente, para ello, la aportación de las nuevas tecnologías es esencial tanto para avanzar en la eficiencia y eficacia de los procesos administrativos y operaciones, como para digitalizar la experiencia de nuestros clientes permitiendo no solo experiencias 100% contactless, como adaptadas a las necesidades particulares de cada cliente”.

Por todo ello, “el turismo de negocios deberá ir adaptando los productos y las experiencias ofrecidas en función del momento en el que se encuentre el mercado, apostando por la aportación de valor y máximas garantías a los clientes que primero apuesten por la normalización”.

Por último, “no hay que olvidar que la recuperación estructural, quedará afectada por el tiempo de reincorporación en los presupuestos de las partidas necesarias para volver a los niveles de actividad pre-pandemia, para lo que recomendamos trabajar conjuntamente con los clientes en planes a largo plazo que añadan valor y permitan asegurar la recuperación y valor de dicha actividad”.