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29 marzo 2021

La restauración organizada se adapta al nuevo escenario optimizando los servicios de delivery y take away

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La pandemia ha potenciado la innovación, la digitalización y la creatividad en la restauración

En uno de los años más difíciles en la historia de cualquier empresa, la restauración organizada o grupos de restaurantes con varias marcas han ido un paso por delante en aspectos que van a cobrar mucha importancia a corto y medio plazo. De hecho, tras la crisis sanitaria, es de esperar una crisis de liquidez y de confianza por parte de los consumidores, lo que augura un posible crecimiento de la restauración organizada respecto a la independiente en los próximos años

Y es que, uno de los mayores retos que ha presenciado este año la restauración organizada es la optimización de los servicios de delivery y take away, dos canales clave durante el confinamiento y en los periodos de cierre interrumpido de la restauración.

En un principio, buena parte de la restauración empezó a ofrecer servicio de delivery como se había hecho hasta el momento, en la mayoría de los casos de la mano de operadores de reparto externos. Esta solución permitió dar una respuesta ágil a los negocios, ahora bien, posteriormente y en vista que el delivery había aumentado en unos meses tanto como se esperaba que hiciera en varios años, muchos de los restaurantes se lanzaron al delivery propio que integra la plataforma de pedidos y al propio restaurante que es el que se encarga de llevarlo al domicilio del cliente. Esto permitió reducir los tiempos de espera, las comisiones y abastecer a un mayor número de clientes en las horas punta, haciendo más rentable el negocio y ofreciendo una mayor satisfacción a los clientes.

Otra solución para los pedidos de take away que ha impulsado la restauración organizada en este periodo de pandemia ha sido ofrecer al cliente la opción de programar el día y la hora a la que quería ir a recoger su pedido, pudiendo elegir entre pagarlo online y tener contacto cero o hacerlo en el restaurante en el momento de la recogida y tener, así, un mayor control sobre la evolución de su pedido mediante actualizaciones constantes en su e-mail.

Por supuesto, la carta también ha sido un elemento de digitalización de primer orden en la restauración en general y en los grupos de restauración organizados en particular: la centralidad ha facilitado que todos los restaurantes pudieran disponer de una carta virtual a través de código QR, formato que además de proporcionar mayor seguridad, abarata costes y ofrece una mayor versatilidad a la hora de introducir nuevos platos, haciendo más flexible el negocio.

En cuanto a aquellos temas de gestión, ya en el inicio de la pandemia, algunos grupos de restauración organizada elaboraron un paquete de ayudas a sus franquiciados como exención de royalties, condonaciones, renegociaciones con propiedades o aplazamiento de pagos que fueron como un balón de oxígeno en uno de los momentos más duros para el sector.

Asimismo, desde una central de franquicias se elabora el protocolo de medidas sanitarias y de higiene que se hace extensivo a toda la cadena, y que puede llegar a contar con formación previa para trabajadores sobre la normativa y su aplicación al sistema de trabajo y seguridad en Covid-19.

El grupo de restauración La Mafia ha sido un ejemplo de la adopción de todas estas prácticas empresariales, demostrando solidez y agilidad en la toma de decisiones enfocadas siempre a la mejora de la gestión de sus franquiciados y a la expansión de la compañía.