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17 febrero 2021

Pautas que debes tener en cuenta antes de abrir una franquicia

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La determinación de la inversión es uno de los apartados más importantes para tener en cuenta por cualquier emprendedor que quiere ser franquiciado. No en vano, es una de las tres “p” que hay que analizar para conocer si ese emprendedor puede acceder a la marca que ha seleccionado inicialmente, en concreto la patrimonial. En este sentido la disponibilidad de recursos y la capacidad de financiación nos ofrece uno de los ángulos desde el que validar el perfil.

Teniendo clara su importancia, ésta aumenta en el momento que somos conscientes de las dificultades que entraña conocer de manera precisa las necesidades de fondos para la puesta en marcha de un negocio. De hecho, hay una variable que puede fluctuar de manera considerable. Es la que tiene que ver con el acondicionamiento del local, que depende del estado de este, y que, ni efectuando un estudio previo, podemos certificar de manera exacta. Es un campo en el que surgen imprevistos, si bien es cierto que se pueden paliar y acotar para que su influencia en el presupuesto no suponga un problema.

Desde la consultora especializada T4 Franquicias detallamos la lista de pasos a tener en cuenta antes de comenzar la elaboración del plan de inversión en franquicia.

Pasos previos

El primer paso para poder desarrollar el plan de inversión es tomar el punto de partida que nos envía el franquiciador y analizarlo. Todos los franquiciadores tiene un escenario estándar con el que informar a todos los potenciales franquiciados de las necesidades financieras que se requieren para la implantación del negocio. Es importante tomar esta información como punto de partida, pero no darla por buena sin haberla analizado convenientemente y sin haberla adaptado a las circunstancias personales, ubicaciones y del entorno.

El segundo paso es conocer las exigencias sectoriales que tienen los negocios en lo referente a implantación. Es fundamental conocer los requerimientos básicos de la actividad en la que se encuadra el negocio que estamos analizando. Por ejemplo, si hablamos de una inmobiliaria debemos tener claro que desde que realizamos la apertura hasta que vendamos el primer inmueble, transcurrirá un tiempo. Esta circunstancia afecta a la inversión en forma de necesidades de tesorería para soportar los costes hasta que lleguen esos primeros ingresos.

El tercer paso es saber el estado del local seleccionado y las necesidades de adecuación que va a tener. Se trata del elemento de la inversión más variable y que más incógnitas despierta a la hora de determinar las necesidades de fondos. Nuestra recomendación es hacer la valoración acompañado de un profesional (si es de la central de franquicias, mejor). Esta persona nos puede detallar todo lo relacionado con la implantación, desde los elementos más evidentes hasta aquellos que no los son tanto, como la instalación eléctrica, aire acondicionado, saneamientos, estructuras aprovechables, licencias... Un análisis superficial del local y de sus necesidades, es una fuente inagotable de problemas, que siempre desembocan en un coste muy superior al estimado inicialmente.

El cuarto paso es identificar todas las partidas que suponen una salida de dinero, con independencia de que estén informadas por el franquiciador y de que sean habituales en el sector. Aquí también es necesaria la presencia de un experto que determine y cuantifique todas las partidas, tales como IVA, capital circulante, inmovilizados financieros, gastos de establecimiento... Toda esta labor adquiere especial importancia cuando se requiere financiación y los fondos propios van al límite de lo recomendable. Cualquier desviación supone un trastorno que puede dar al traste con la implantación antes, siquiera, de que el negocio abra sus puertas.