Claves para un estudio de mercado previo a montar un negocio
Un error a la hora de montar un negocio es creer en la excelencia de la idea, sin comprobar previamente su viabilidad y posibilidades de éxito. Para emprender una nueva iniciativa es recomendable realizar un estudio previo de mercado. El coste no debe ser un obstáculo. Un estudio realizado por un equipo de profesionales puede costar en torno a 3.000 euros, pero si no se dispone de ese presupuesto, hay herramientas y metodologías que pueden ayudar a realizarlo uno mismo
A continuación, se ofrecen una serie de claves, útiles a la hora de realizar un informe de estas características:
Investigación con criterio: no basta con consultar a amigos o consultar Google. Hay que tratar de seguir la metodología que seguiría un profesional.
Definir una meta: hay que empezar por definir el objetivo que se persigue, para qué se va a realizar la investigación, qué se quiere averiguar y qué utilidad se le va a dar. En función de los objetivos, se aplicará una u otra metodología. También es fundamental averiguar si el producto o servicio es adecuado para el mercado al que nos queremos dirigir. Y naturalmente, conviene evaluar los aspectos positivos y los puntos débiles del proyecto que se quiere iniciar.
Tipo de investigación: en función de los objetivos que nos fijemos, habrá que escoger entre las herramientas de investigación posibles. Algunas sólo proporcionan datos puros y duros (estudios cuantitativos). Otras, valores de calidad o de intención de compra, de oportunidades y amenazas (cualitativos). También se puede plantear una combinación de ambos tipos. En este sentido, los paneles de consumo pueden resultar de gran utilidad.
Para comprobar la viabilidad de un nuevo producto, siempre haremos un test de producto. Para conocer las motivaciones de compra, lo mejor es una encuesta. Pero si ya estoy en el mercado y quiero detectar por qué se ha producido una caída de ventas, hago un panel de compra y veo qué barreras ha habido.
Determinar quién es mi público, escogiendo el universo de personas que participarán en la investigación, con un mínimo que garantice la fiabilidad de la investigación.
En el análisis resulta fundamental averiguar si tu negocio es relevante, si es diferente, y si además lo ofreces a un precio competitivo. La viabilidad depende de esos tres factores. Pero por ejemplo, el producto o servicio no tiene por qué ser más barato que el de la competencia. Si eres relevante y diferente, la gente estará dispuesta a pagar más por tu producto o servicio. Cuando no se tiene claro el precio que querrías pedir y que resulte razonable, lo mejor es recurrir a la fórmula clásica y preguntar directamente a los potenciales consumidores por la escala de precios que estarían dispuestos a pagar.
En definitiva, un estudio ayuda a definir el producto. En esa fase previa de análisis, aún se está a tiempo de corregir aspectos de dicho producto y ajustarlos a los intereses de los potenciales clientes.