

La piscina pública ante el reto del impacto energético
Los precios energéticos han aumentado de forma alarmante en los últimos meses, afectando tanto a consumidores particulares como a empresas y administraciones, sin que las instalaciones deportivas con piscinas se hayan quedado al margen, sino todo lo contrario. La inversión en equipos técnicos sostenibles, cambios en el modelo de gestión y las ayudas administrativas podrían ser algunas de las soluciones ante este gran impacto energético.
La subida de los precios del gas y la electricidad, debido en parte a la situación macroeconómica derivada de la postpandemia, una fuerte inflación y la invasión rusa en Ucrania, ha provocado que los centros deportivos, sobre todo aquellos con piscinas, hayan llegado a triplicar sus facturas energéticas, perjudicando seriamente la cuenta de sus resultados. Si bien a nivel gubernamental ya se están dando algunas medidas para contraer esta dificultad, por ejemplo el recién aprobado Plan + Seguridad Energética, la rebaja del IVA del gas natural del 21% al 5% o la reforma de la tarifa eléctrica regulada (PVPC), el sector de las instalaciones deportivas con piscinas necesita de un conjunto de medidas que no solo incluyan ayudas públicas fiscales o de créditos, sino también técnicas y de gestión.
En este sentido, las principales medidas que están llevando a cabo las piscinas públicas en España se pueden resumir en:
- Disminución de la temperatura del agua las piscinas.
- Dismunición de la temperatura ambiente en la zona de piscinas y resto.
- Refuerzo del aislamiento y cierre de puertas de salas.
- Apagado de luces, climatización y deshumectación en determinados tramos horarios.
- Sustitución de halógenos por led.
- Aprovechamiento de la luz natural.
- Tendencia al autoconsumo, mediante la instalación de paneles fotovoltaicos, placas solares hibridas, biomasa, geotermia o aerotermia.
- Mejora de las calderas y climatizadoras.
- Negociación de tarifas con las comercializadoras energéticas.
- Comunicación y campañas de concienciación a los usuarios de un uso razonable de estos servicios: agua, luz...
No obstante, para reducir drásticamente el consumo y coste energético es necesario realizar grandes inversiones, ya sea a nivel arquitectónico sobre el edificio (envolventes, cubiertas...) o a nivel operacional de las instalaciones técnicas específicas de la piscina (instalaciones térmicas, climatización, mejora de la filtración y bombeo, automatización...). Solo así se conseguirá una instalación deportiva eficiente y, de paso, sostenible.
Para más información se recomienda la lectura del artículo: La crisis energética y las piscinas públicas: realidad y soluciones.