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22 abril 2021

¿Cocooning o cohousing? Dos tendencias de convivencia, con la piscina como elemento vital

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La pandemia provocada por el coronavirus, y sus efectos económicos, no solo ha cambiado nuestra manera de socializar actual, sino también la forma de pensar en cómo deben ser nuestras relaciones. El futuro inmediato se ha convertido en algo incierto y la llamada 'nueva normalidad’ ha modificado la manera de vivir, de relacionarnos con nuestro entorno, de trabajar y, cómo no, de consumir bienes y servicios. En este panorama, también resurgen nuevas tendencias de convivencia. Dos de ellas son los llamados efectos cocooning y cohousing. Y en ambos, la piscina puede ocupar un papel esencial.

Cocooning es el nombre dado a la tendencia de que el individuo socialice cada vez menos y se vaya retirando a su hogar, que convierte en su fortaleza. Procede de la palabra cocoon, que en inglés alude a la acción de esconderse, y es un término acuñado a finales de los años 80, muy relacionado con el concepto de aislarse y, desde el hogar, habilitar todos los hábitos: comercio electrónico y telecompras, entretenimiento doméstico, teletrabajo desde casa, etc. Actualmente, en época de pandemia, este concepto ha variado ligeramente. Si bien existe un vínculo inicial de protegerse del peligro que representa el exterior (virus), ahora equivale más a la tendencia de disfrutar de nuestro hogar y todas sus posibilidades. Es decir, fomentar la comodidad y el disfrute de todas las estancias del hogar, incluida, cómo no, la piscina. Solo, en familia o en compañía de invitados.

Cohousing, por su parte, es un modelo de vivienda colaborativa que establece la unión de un grupo de personas para diseñar sus hogares a su medida, compartiendo los espacios y servicios comunes. Si bien su origen se remonta a los años 60 en Dinamarca, el nombre como tal lo acuñan arquitectos Kathryn Mc Camant y Charles Durrett en Estados Unidos durante la década de los 80. El cohousing funciona como una cooperativa basada en un régimen de cesión de derecho de uso de la vivienda. La diferencia con una cooperativa de viviendas convencional es que aquí la propiedad de estos inmuebles es de la cooperativa y los socios solo tienen un uso indefinido de ellos. Normalmente, el conjunto residencial se articula en viviendas unifamiliares agrupadas en una calle o un terreno o en pisos de un edificio donde los vecinos comparten zonas y servicios que han sido definidos previamente. Las viviendas que conforman los proyectos de cohousing son privadas y cuentan con la infraestructura básica (dormitorios, baño, salón y cocina), mientras que en las áreas comunes se incluyen salas polivalentes, salas de juegos y estudio para niños, lavandería, biblioteca, jardines, gimnasio y, por qué no, piscina. Los espacios han sido pensados desde la interacción social y creados con el fin de colectivizar actividades relacionadas con los gustos y sensibilidades mutuas y recíprocas.

Sea cual sea la fórmula convivencia elegida, la piscina puede concebirse como un espacio vital. Según datos del sector inmobiliario, se detectan ciertos cambios en las tendencias de venta o alquiler de inmuebles. Para empezar, existe un incremento en la compra de viviendas alejadas de las grandes ciudades, una búsqueda de la naturaleza y la vida familiar en un entorno cómodo. También se apuesta por espacios grandes, aire libre y entornos seguros donde poder vivir con las mayores garantías de seguridad. Aumenta la necesidad de casas con espacio exterior. Además, la sostenibilidad ya no es una opción. El comprador busca el compromiso medioambiental y está sensibilizado con la sostenibilidad, eficiencia energética, confort o bienestar. Y, por último, si antes de la pandemia las viviendas con instalaciones deportivas y piscinas ya eran muy atractivas a la hora de comprar, ahora este punto se ha incrementado. En el caso de reformas, la reclusión domiciliaria obligada no solo ha permitido mirar hacia el interior de nuestras viviendas, sino también, quien disponga de ellos, a nuestros jardines, patios o terrazas como un lugar en donde poder respirar y disfrutar. Y tener un espacio para instalar una piscina, sea en una vivienda particular o en una zona comunitaria, es muy buena opción.

En cuanto a piscinas, ¿qué quiere realmente el cliente? Según el último Barómetro Sectorial de la Piscina en España, el principal deseo del usuario es disfrutar de ese espacio sin problemas, si bien este informe apunta el siguiente listado de valoración entre los productos y servicios que ofrece el sector de la piscina:

  • Facilidad de mantenimiento: 59,4%.
  • Bajo consumo energético de la piscina: 40,6%.
  • Conectividad y domótica: 31,6%.
  • Rapidez en los procesos de construcción o rehabilitación de la piscina: 28,3%.
  • Productos y servicios más respetuosos con el medio ambiente: 25,9%.
  • Alta calidad de los materiales de la piscina: 25,0%.
  • Garantía amplia en el tiempo: 22,6%.
  • Diseño estético premium de la piscina: 14,6%.
  • Un servicio de mantenimiento asociado: 12,7%.
  • Medidas de seguridad: 12,3%.
  • Otros: 6,6%.