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Fecha de publicación
03 noviembre 2025

Las renovables consolidan su peso en la economía española pese al estancamiento del sector, según APPA

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6 min.
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El Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables 2024 revela un ahorro récord para el sistema eléctrico y las importaciones, pero también una caída en empleo y aportación al PIB.

El sector de las energías renovables en España atraviesa una fase de consolidación y ajuste. Así lo muestra el nuevo Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2024, elaborado por APPA Renovables con la colaboración de Deloitte, que analiza la evolución económica, laboral y energética del sector durante el ejercicio 2023. El informe confirma el papel central de las renovables en la economía nacional, pero también advierte de una pérdida de dinamismo que, de prolongarse, podría comprometer los objetivos de descarbonización a 2030.

Según el estudio, las energías renovables generaron en 2023 un ahorro neto de 9.575 millones de euros en el sistema eléctrico español. Este resultado se obtiene al restar las retribuciones reguladas (3.170 millones) del ahorro bruto registrado en el mercado, que alcanzó los 12.745 millones. Además, las tecnologías limpias evitaron importaciones de combustibles fósiles por valor de 15.622 millones de euros, contribuyendo a reducir la dependencia energética exterior y la exposición del país a la volatilidad internacional de los precios del gas y el petróleo.

El impacto ambiental y social también se tradujo en cifras significativas: el conjunto de las energías renovables permitió evitar emisiones de CO₂ equivalentes a 66 millones de toneladas, así como un gasto sanitario asociado a la contaminación valorado en 4.345 millones de euros. En total, el efecto combinado de ahorro energético, económico y sanitario supera los 24.000 millones de euros.

No obstante, el documento advierte de una ralentización en la aportación macroeconómica del sector. En 2023, la contribución de las renovables al PIB nacional fue de 16.495 millones de euros, lo que equivale aproximadamente al 1,13 % del total y supone un descenso respecto al récord de 2022. También el empleo experimentó una ligera contracción: el número de trabajadores directos vinculados al sector se situó en torno a los 127.500, frente a los más de 130.000 del año anterior.

Para APPA Renovables, estos datos evidencian un “estancamiento” que responde a varios factores: la moderación de los precios eléctricos tras la crisis energética de 2022, la ralentización de la instalación de nueva potencia, el aumento de los vertidos de energía renovable no aprovechada por la red y la incertidumbre regulatoria. En 2024, la generación renovable alcanzó un 56,8 % del total de la electricidad producida en España —un máximo histórico—, pero cerca del 8 % de esa producción no pudo ser inyectada en la red por limitaciones técnicas o falta de demanda.

El estudio también analiza la evolución de las energías renovables térmicas, un segmento que crece pero sigue lejos de su potencial. En 2023, el consumo de energía renovable térmica aumentó un 3,7 %, alcanzando los 6.132 ktep. La biomasa representó el 68 % de este total, seguida de las bombas de calor (23 %) y el biogás o biometano. APPA advierte que, sin un impulso adicional, el país no cumplirá los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 en materia de calor renovable.

El documento señala que las tecnologías renovables no eléctricas —como biocombustibles, biogás y biomasa— mantienen una contribución relevante al mix energético y a la economía rural, aunque su desarrollo está limitado por la falta de marcos estables y la lenta tramitación de proyectos. La asociación pide una estrategia coordinada de impulso al biometano, la valorización energética de residuos y la electrificación térmica de la industria.

Otro aspecto destacado del estudio es el análisis de la cadena de valor y la industria nacional asociada al sector. APPA destaca que la falta de visibilidad regulatoria ha ralentizado la inversión en nuevas capacidades productivas, mientras otros países europeos avanzan en la fabricación de componentes, almacenamiento y tecnologías de hidrógeno verde. En este sentido, el informe reclama una política industrial que aproveche la posición de España como potencia renovable para desarrollar una base manufacturera sólida y competitiva.

De cara al futuro, la asociación plantea una batería de recomendaciones para recuperar el ritmo inversor. Entre ellas, acelerar la electrificación de la demanda en transporte, edificios e industria; desplegar sistemas de almacenamiento y flexibilidad de red que permitan absorber la generación renovable excedentaria; mejorar la integración de las tecnologías térmicas; y garantizar un marco regulatorio predecible que atraiga inversión privada y preserve empleo cualificado.

El informe concluye que el éxito de la transición energética dependerá menos de la instalación de nueva potencia y más de la capacidad para integrar la electricidad renovable en todos los sectores de la economía. APPA advierte de que la actual desconexión entre oferta y demanda eléctrica genera ineficiencias y pérdida de valor, y subraya la necesidad de reforzar la coordinación entre los ministerios implicados, las comunidades autónomas y los operadores de red.

En definitiva, el estudio de 2024 ofrece un diagnóstico dual: las energías renovables se consolidan como el principal motor del ahorro energético y de la independencia económica de España, pero el conjunto del sector muestra signos de fatiga tras un lustro de crecimiento acelerado. La prioridad, según APPA Renovables, es activar el siguiente ciclo de desarrollo —basado en la electrificación de la demanda, la gestión inteligente y el almacenamiento— para evitar que el liderazgo tecnológico y económico alcanzado en la última década se diluya ante la competencia internacional y la falta de señales regulatorias estables.