

La flexibilidad de la demanda,clave para un sistema eléctrico resiliente, afirma ENTRA

ENTRA Agregación y Flexibilidad acaba de presentar un informe que sitúa a la flexibilidad de la demanda como un activo estratégico.
Consulta el informe completo aquí: https://entra-coalicion.com/wp-content/uploads/2025/09/Informe-El-rol-de-la-flexibilidad-en-la-firmeza-y-resiliencia-del-sistema.pdf
El documento parte de un hecho reciente: el incidente del 28 de abril de 2025, que provocó inestabilidades en la península ibérica y el sur de Francia, dejando al descubierto la vulnerabilidad de un sistema cada vez más dependiente de energías renovables variables. Este episodio, según el estudio, demuestra la urgencia de integrar mecanismos avanzados de gestión de la demanda para garantizar la continuidad del suministro sin recurrir a costosas infraestructuras fósiles.
Desde la perspectiva de la sostenibilidad, la flexibilidad del consumo permite maximizar la integración de eólica y solar, reduciendo los vertidos de electricidad limpia y limitando el uso de centrales de respaldo fósil. A nivel de seguridad de suministro, la DSF (flexibilidad de la demanda según sus siglas en inglés) actúa como un “amortiguador” del sistema, capaz de responder en segundos ante picos de demanda o fallos de generación. En términos de asequibilidad, desplazar consumos hacia las horas de mayor generación renovable contribuye a abaratar la factura para los usuarios con tarifas dinámicas y a reducir los costes globales del sistema.
El estudio subraya que los recursos energéticos distribuidos —como almacenamiento, autoconsumo fotovoltaico, gestión activa de la demanda o la carga inteligente de vehículos eléctricos— pueden sustituir a la flexibilidad fósil en los servicios de balance. Su activación puede ser manual, como en programas voluntarios de reducción de consumo en situaciones de emergencia, o automática, mediante tecnologías de Internet de las Cosas, APIs e inteligencia artificial, capaces de coordinar cientos de miles de dispositivos en tiempo real.
Los ejemplos internacionales, como el programa Demand Flexibility Service del operador británico National Grido las iniciativas de Australia del Sur y California, demuestran que la movilización de consumidores domésticos e industriales es posible, tanto para reducir carga en momentos críticos como para absorber excedentes renovables.
España, con una ratio de interconexión eléctrica de apenas un 6 % frente al 15 % fijado por la UE para 2030, se enfrenta a un escenario especialmente vulnerable, en el que la flexibilidad local es aún más determinante.
En cuanto a la participación de la demanda en los servicios de regulación y balance (primaria, secundaria, terciaria y restricciones técnicas), el informe reconoce avances pero también barreras. Actualmente, la demanda tiene un peso muy limitado frente a la generación tradicional, debido a requisitos como el mínimo de 100 MW para acceder al mercado de regulación secundaria, la obligación de equipos de medida en tiempo real o los altos costes de participación.
Para superar estas trabas, ENTRA propone medidas como contratos de capacidad a largo plazo, reducción de umbrales de potencia y el uso de submetering (medidas energéticas parciales) para facilitar la agregación.
El papel de los operadores de red de distribución (DSO) se perfila como central. El documento recomienda evolucionar hacia auténticas smart grids, con tarifas y conexiones flexibles, mercados locales de flexibilidad y una retribución que incentive la digitalización y la gestión inteligente, más allá de la inversión puramente en infraestructuras.
Países como Portugal, con proyectos piloto de mercados locales y conexiones flexibles, sirven como referencia para España, donde ya se están probando esquemas de flexibilidad a nivel local (S2F) y se plantea extender el modelo a todos los niveles de tensión.
La ciberseguridad emerge como otro de los pilares. La creciente digitalización y descentralización del sistema eléctrico exige garantizar la protección de datos, la soberanía digital y la resiliencia frente a ciberincidentes. El informe recuerda la aplicación de la directiva europea NIS2 y del Esquema Nacional de Seguridad, que obligan a reforzar la gestión de riesgos y a certificar sistemas de información críticos bajo estándares como ISO 27001.
En definitiva, el estudio concluye que la flexibilidad de la demanda no es solo un recurso técnico, sino también una solución económica y estratégica. Permite anticipar y absorber perturbaciones sin comprometer la continuidad del suministro, mejora la competitividad industrial y facilita la integración de renovables en un sistema cada vez más complejo y descentralizado.
ENTRA, la asociación española de agregación y flexibilidad, integrada por empresas como Endesa, Sonnen, Schneider Electric, Octopus Energy o Bamboo Energy, presentes en la Semana Internacional de la Electrificación y la Descarbonización en IFEMA MADRID, insiste en que España dispone de una oportunidad única para consolidar un sistema eléctrico más competitivo, sostenible y seguro, siempre que se desarrollen marcos regulatorios adecuados y se incentive la participación activa de la demanda.