

El sector del cerramiento avanza hacia un modelo más sostenible, eficiente y digitalizado

La Asociación Española del Aluminio (AEA) destaca el potencial del reciclaje de este metal y la innovación tecnológica como motores de transformación en la industria de la ventana y el cerramiento
La industria española del cerramiento atraviesa un proceso de cambio profundo impulsado por la sostenibilidad, la eficiencia energética y la digitalización. Así lo destaca Felipe Quintá, presidente de la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficies (AEA), en un artículo donde subraya que “el sector se ha transformado en pro de la sostenibilidad y la eficiencia energética” gracias a la innovación tecnológica y al compromiso medioambiental de las empresas.
En las últimas décadas, la industria ha pasado de centrarse en la funcionalidad y el coste a convertir la sostenibilidad y la eficiencia energética en los nuevos pilares de competitividad. “Son factores que no solo mejoran la calidad de los cerramientos, sino que redefinen el futuro del sector”, afirma Quintá.
El presidente de la AEA considera que la adopción del aluminio como material protagonista ha sido el cambio más relevante de los últimos años. Este metal, ampliamente utilizado en ventanas y cerramientos, se ha consolidado como una solución de referencia por su durabilidad, resistencia y capacidad de reciclaje. “El aluminio reciclado requiere un 95% menos de energía que el aluminio primario y reduce de forma muy relevante la huella de carbono”, explica.
Las empresas españolas han apostado por aumentar su capacidad de producción de aluminio reciclado, reforzando su compromiso con la economía circular y con los objetivos de descarbonización del sector de la edificación. Según Quintá, “esta apuesta no solo beneficia al medio ambiente, sino que permite cubrir la creciente demanda de viviendas sostenibles en España y Europa”.
El desarrollo de cerramientos con altas prestaciones térmicas ha sido otro de los motores de cambio. Estos sistemas, impulsados tanto por la normativa europea como por la concienciación ambiental de los consumidores, permiten reducir el consumo energético en los edificios y mejorar la calidad de vida en los hogares. “La demanda de soluciones eficientes está impulsando un cambio estructural que ya no tiene marcha atrás”, apunta el presidente de la AEA.
El sector ha tenido que adaptarse también a un contexto internacional complejo, marcado por la crisis de suministros, el aumento de costes y las exigencias regulatorias en materia ambiental. Quintá recuerda que la competencia desleal de terceros países que no aplican los mismos estándares medioambientales sigue siendo uno de los principales desafíos. “Ha sido esencial garantizar la diferenciación de nuestros productos, especialmente los fabricados con materiales reciclados, frente a otros que dependen de recursos fósiles y presentan mayores limitaciones en su ciclo de vida”, advierte.
Ante estos retos, la industria ha respondido con inversión tecnológica, cooperación empresarial e innovación continua. “Como colectivo, hemos apostado por la anticipación de tendencias, la inversión en economía de escala y la aplicación de buenas prácticas que no solo nos han permitido superar obstáculos, sino también reforzar nuestra posición dentro de la industria global”, afirma Quintá.
De cara al futuro, la AEA identifica cuatro ejes estratégicos para el crecimiento del sector: sostenibilidad, eficiencia energética, digitalización e industrialización. Las empresas que integren estos factores —explica su presidente— estarán mejor posicionadas para aprovechar las oportunidades del nuevo modelo constructivo europeo. “El aluminio reciclado es un claro ejemplo de cómo la circularidad puede integrarse de manera eficaz en los procesos productivos”, sostiene.
La reutilización del aluminio reduce la extracción de materias primas, minimiza las emisiones de CO₂ y fortalece la autonomía industrial. Además, las nuevas soluciones de cerramiento mejoran el aislamiento térmico y acústico de los edificios, reduciendo la necesidad de calefacción o refrigeración y contribuyendo a la reducción de su huella de carbono.
Para Quintá, la sostenibilidad “no debe verse como una moda, sino como un reto transversal que afecta a todas las fases de la producción y el diseño”. En su opinión, las empresas del sector están integrando prácticas sostenibles “desde el ecodiseño hasta la optimización de procesos productivos”, impulsando una ola de innovación que está transformando la manera en que entendemos la construcción.
“El compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia no es solo una obligación regulatoria, sino una oportunidad de liderazgo y diferenciación”, concluye Quintá. “Las empresas que apuesten por la innovación y la circularidad serán las que marquen el paso hacia una construcción más competitiva, eficiente y respetuosa con el medio ambiente”.