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09 agosto 2017

INNOVAR EN EL NUEVO ECOSISTEMA EDUCATIVO

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Raúl Céspedes, Doctor en Educación y Maestro de Educación Primaria, nos cuenta su perspectiva sobre digitalización e innovación educativa. 

  Basándonos en la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner (1997) y las aportaciones a la educación de Siemens (2005, 2006) a través del Conectivismo podemos acercarnos a una descripción del actual ecosistema educativo dividido en diversos niveles concéntricos donde se sitúa en el primer nivel el microsistema (centros, equipos directivos, profesores y alumnos); en el segundo, el mesosistema (modelos y metodologías de enseñanza); en el tercero, el exosistema (tecnología y los servicios educativos digitales) y en el último, el macrosistema (políticas y estrategias referentes a las TIC). Todos estos niveles, entendidos como un ecosistema, son interdependientes y por tanto determinan el éxito o no de cualquier innovación en el campo educativo. Hoy en día, resulta crucial reflexionar sobre la práctica y gestionar las particularidades del ecosistema educativo para llevar a cabo acciones innovadoras prácticas, eficientes y eficaces.   Durante los diez años que abarca mi experiencia en educación hay dos etapas claramente diferenciadas, una que podríamos denominar analógica (2007-2011) y otra tecnológica (2011-2017). El punto de inflexión no es casual, coincide con la introducción de la Pizarra Digital Interactiva en los centros a raíz de la ejecución del Programa Escuela 2.0 en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. En mi caso combiné el uso de la Pizarra Digital Interactiva con otros dispositivos, en concreto con el iPad, el MacBook y el iPhone, todo conectado por medio de la Wifi del centro. Además incorporé a mis sesiones diversas aplicaciones y servicios digitales con fines educativos como ClassDojo, G-Suite, Office 365, Comic Life, Wikispaces, WhatsApp, Plickers, Kahoot, Quizlet, Piktochart, etc. de forma intensiva, no aislada, y siempre bajo un extenso paraguas de fundamentación teórica, revisión de publicaciones y estudios, así como de experiencias educativas y diversas fuentes de inspiración, todo siempre con su correspondiente reflexión asegurando una inclusión de recursos coherente. y justificada. Retomando la definición del ecosistema educativo, podemos observar como un elemento del macrosistema, el Programa Escuela 2.0 como política a nivel nacional, fue determinante al hacer que un elemento del exosistema, la Pizarra Digital Interactiva, hiciese de catalizador y permitiese la interacción de otros dispositivos al poder darles visibilidad y compartir su uso fácilmente con los alumnos. Por otro lado, esos dispositivos dieron alas a metodologías centradas en el alumno como son el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje cooperativo, o la Flipped Classroom,  elementos que como hemos descrito anteriormente pertenecen al mesosistema. Todos estos factores han influido en el microsistema, es decir en mis alumnos y en mí trabajo como docente, y todo gracias al apoyo de los equipos directivos y la disponibilidad y acceso a la infraestructura del propio centro.   En conclusión, desde mi punto de vista cualquier tipo de innovación debe tener en cuenta todo el ecosistema dado que estas esferas contienen una gran cantidad de oportunidades que en caso de  obviarlas puede llevarnos a experiencias efímeras, sin continuidad y con escasa permeabilidad en el aprendizaje de nuestros alumnos. Por supuesto, el acceso a la función docente debe ser posterior a una formación íntegra y de calidad como maestros en las universidades, pero también pienso que no está de más continuar con nuestra formación configurando así un perfil docente actualizado y especializado para poder ofrecer a nuestros alumnos un servicio de máxima calidad, no olvidemos que son el centro de todo y creo que todos estamos de acuerdo en que enseñar como hace treinta años no es coherente ni socialmente saludable.