

Nuevo mercado cuartohorario: una oportunidad para el sector energético

Desde el 1 de octubre, el mercado eléctrico español da el salto a la facturación cada 15 minutos. El nuevo esquema introduce retos operativos y nuevas posibilidades.
El arranque del mercado cuartohorario a comienzo del mes de octubre supone una transformación estructural del sistema eléctrico español. Con la transición de 24 a 96 bloques de precio diarios, la operativa del mercado mayorista incorpora una granularidad sin precedentes, apuntando hacia una integración más precisa entre oferta, demanda y generación renovable.
Para las empresas generadoras, distribuidoras e instaladoras eléctricas, este cambio no es simplemente técnico: puede servir para redefinir estrategias comerciales, de operación y de inversión. En un contexto en el que la capacidad renovable del país proyecta un crecimiento explosivo (hacia los 218,1 GW en 2035 según las previsiones del Gobierno), el nuevo mercado exige adaptación.
Uno de los elementos esenciales del mercado cuartohorario es que cada bloque de 15 minutos será valorado de forma independiente. Hasta ahora, si un electrodoméstico operaba de 20:45 a 21:15, ese consumo se promediaba entre dos horas distintas. El nuevo sistema lo descompone en franjas limpias: 20:45-21:00 y 21:00-21:15.
Para generadores, esto implica que cada unidad de producción entrará en competencia con mayor detalle frente a otras fuentes. Si una planta renovable puede modular o complementar su producción con almacenamiento, podrá maximizar ingresos en los cuartos con precios más favorables. Sin embargo, también crece la exposición al riesgo de precios negativos o de baja remuneración en franjas con exceso de oferta.
Para distribuidores e instaladores, esta precisión será un argumento de valor frente al cliente final, especialmente industrial o grandes consumidores. Podrán diseñarse soluciones personalizadas de control, gestión de carga o almacenamiento para desplazar consumo hacia cuartos más económicos.
Las proyecciones de crecimiento del parque renovable en España son ambiciosas: se espera pasar de 131,2 TWh generados en 2024 a 313,6 TWh en 2035, con una capacidad instalada de 218,1 GW. La solar seguirá siendo el motor principal, mientras que eólica, hidrógeno verde y almacenamiento juegan papeles cada vez más relevantes.
Este escenario exige que los generadores ofrezcan flexibilidad: no basta con producir, será clave ajustar la generación a la demanda real cada 15 minutos. Las empresas que cuenten con baterías, hibridación con otras tecnologías o control dinámico de generación podrán capturar los picos más rentables.
Por su parte, instaladores e integradores de sistemas tienen un nicho estratégico: ofrecer soluciones que permitan al consumidor final responder activamente a las variaciones de precio. Los sistemas de gestión energética, los contadores inteligentes avanzados o las tarifas dinámicas serán herramientas clave.
El nuevo régimen de facturación impone exigencias de coordinación y agilidad operativa. Los procesos de planificación, balance y ajuste de previsiones tendrán que acomodarse a un diseño mucho más granular. Las empresas que no adopten tecnologías de monitoreo en tiempo real o algoritmos de respuesta rápida podrían quedar en desventaja.
Para las distribuidoras, la gestión del flujo eléctrico será más compleja: los picos locales pueden variar a escala de cuartos, y la integridad de la red exigirá una orquestación más sofisticada. Asimismo, aumentan los requisitos de interoperabilidad entre sistemas de control, supervisión y plataforma de mercado.
Además, cuando la operación coincida con momentos de saturación renovable, los precios podrían fluctuar abruptamente. Así, se hacen necesario que las empresas sepan anticiparse o ajustar sus estrategias en tiempo real.
La mayor transparencia del mercado pone en primer plano el valor del ingenio técnico y la gestión dinámica. Algunas de las oportunidades más destacadas son: servicios auxiliares y flexibilidad, tercerización del control energético, modelos tarifarios diferenciados y despliegue de tecnologías inteligentes.
Entre los riesgos emergentes, destacan la mayor volatilidad de precios, los costes iniciales elevados de adaptación tecnológica, la necesidad de regulación clara en la liquidación de desvíos y la intensificación de la competencia.
El mercado cuartohorario no es una reforma menor, sino una reconversión del esquema de operación eléctrica. Para empresas generadoras, distribuidoras y de instalación, queda claro que lo estratégico no será ya solo generar energía, sino hacerlo con agilidad, previsión y alineamiento con los tiempos del mercado.
Quienes apuesten por innovación —gestión energética avanzada, capacidad de respuesta, soluciones inteligentes— podrán capturar valor significativo en franjas de precios óptimos. Y habrá que hacerlo rápidamente, anticipándose a la competencia, invirtiendo y rediseñando los modelos de negocio.