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27 mayo 2022

¿Cuál es el impacto de la contaminación de los coches para el medio ambiente?

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Con la llegada de los nuevos modelos de movilidad sostenibles los vehículos de combustión tradicionales empiezan a competir contra los modelos limpios. Gran parte de ello se debe a la necesidad de encontrar diferentes modos de moverse de manera limpia, en este artículo desglosamos cual es el impacto negativo que generan los coches para el medio ambiente.

Una acción tan habitual como coger el coche para hacer un desplazamiento, por corto que sea, posiblemente tenga un impacto negativo en el medio ambiente. Esto es debido a la combustión que se produce en el motor de un vehículo.

Para entender esto, es necesario explicar cómo funciona un motor de combustión como el que cuentan los coches. Para producir energía necesaria para que el coche pueda moverse el propulsor quema el combustible expulsado, mediante el tubo de escape diferentes gases y partículas como óxidos nitrosos, monóxido de carbono o dióxido de carbono, todos ellos contaminantes para el medio ambiente. Estos elementos que se expulsan contribuyen en la producción de gases de efecto invernadero que a su vez aceleran el cambio climático.

Este impacto, además de tener consecuencias negativas para el entorno, también lo tiene para las personas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, los nuevos límites marcados para adecuar la calidad del aire, en España, únicamente lo cumplirían las ciudades de Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde y Zamora, con lo que la gran mayoría de ciudades, incluidas capitales de comunidades se quedarían fuera con mala calidad de aire.

Gracias a datos como estos, se conocen los altos niveles de la calidad del aire y la poca importancia que tienen en la actualidad en las grandes ciudades, tal y como reconocen estos datos de esta organización.

Cuanto CO2 emite un coche

Esto depende del combustible que utilice cada vehículo. Por ello, si hablamos de vehículos de gasolina, aquellos que tienen un consumo medio de seis litros cada cien kilómetros, emiten una media de 140 gramos, aproximadamente, de CO2 por cada kilómetro que recorre el coche.

En el caso de los vehículos alimentados por diésel, la media se sitúa, en coches que consumen unos cinco litros cada cien kilómetros en, aproximadamente, 132 gramos de CO2 por kilómetros.

No solo el combustible produce contaminación

El uso del vehículo y sus componentes también suman elementos que son perjudiciales para el medio ambiente. Entre ellos aparece el aceite del motor, el líquido anticongelante o los líquidos de freno o del embrague del coche. En numerosas ocasiones, estos productos caen directamente al asfalto y la lluvia acaba por arrastrándolo, con lo cual resulta muy complejo reducir su contaminación o reciclaje. Un reciclaje que sí que se produce cuando llevamos el coche al taller, ellos deben tratar estos residuos de manera muy precisa para entregarlos en un punto de reciclaje que se encargue de su descomposición. 

Contaminación acústica, otro gran problema

Además de emitir partículas o elementos perjudiciales directamente al medio ambiente, también tiene un efecto negativo el ruido que emiten los vehículos. El sonido del motor, el uso del claxon o los atascos, son algunos de los momentos en los que más intenso ruido se genera derivado de la conducción.

Esta contaminación tiene un efecto negativo directamente sobre nosotros mismos. La exposición a ello provoca stress, procesos de ansiedad e incluso insomnio derivado del ruido que produce. 

El futuro pasa por los vehículos eléctricos no contaminantes

Como ya pudimos ver en el artículo "Combustibles alternativos para el transporte", el avance y el desarrollo de las industrias ha provocado un gran impulso para encontrar nuevos métodos con los que impulsar las distintas opciones de movilidad que no generan un impacto negativo en el medio ambiente.

La promoción de estos nuevos modelos es imprescindible para el buen desarrollo de los entornos urbanos y rurales, pues la disminución del impacto negativo es más que notable y se consigue gracias a la utilización de vehículos movidos con energía limpia.

Los más habituales en este tipo de movilidad, son los coches híbridos, cuya combustión es mixta entre energía eléctrica y tradicional, y los vehículos que se mueven 100% con energía eléctrica. Junto a ellos, también se encuentra el gas, el hidrógeno y los biocarburantes.

Pero la contaminación va más allá del uso o no del coche. También intervienen los modos de vida y de movilidad. La utilización del transporte público, el desplazamiento a pie o en bicicleta para desplazarse. Es una cuestión de concienciación social para que todos los elementos que conforman la sociedad se alineen en pro de la movilidad sostenible y menos contaminante.