¿Cómo funcionan los coches autónomos?
En la actualidad, existen hasta coches autónomos que no necesitan ser guiados por un conductor para su funcionamiento, descubre como es el funcionamiento de estos en el siguiente artículo.
La evolución en el mundo del automóvil parece no llegar nunca a su fin. Es un mundo que siempre da lugar a un nuevo descubrimiento, a un cambio o a una modificación en cualquiera de los elementos que siempre los hace estar en la vanguardia de la tecnología. Algo que podría parecer impensable hace algunos años son los coches autónomos, son ya una realidad.
Son una transformación de los coches que podemos ver en nuestro día a día y funcionan sin necesidad de contar con un conductor físico. La era tecnológica actual y la capacidad intrínseca de conexión de los múltiples dispositivos que integran un coche, los hace capaces de poder moverse de manera autómata.
Esta evolución tecnológica se ha desarrollado, sobre todo, gracias al impulso de los vehículos propulsados por energía eléctrica, la unión de componentes y los elementos que conforman estas máquinas las hace más adaptables a la nueva tecnología capaza de incorporar la inteligencia artificial que lleva consigo la autonomía. Así, la mecánica de los propios coches ha cambiado hacia una era más electrónica.
Un poco de historia
Si desarrollamos este punto, históricamente, nos encontramos con que no es una idea lejana, ya que el primero surgió en el año 1926 cuando una compañía americana fue capaz de desarrollar un sistema que controlaba el coche mediante una radio. Lógicamente, no tuvo un gran recorrido y no se investigo mucho sobre ello. Algunos años más tarde, en 1936, en la Exposición Mundial de Nueva York presentaron otro vehículo eléctrico que era controlado a través de un circuito eléctrico que habían implantado en la carretera.
Algo impensable a día de hoy, en parte gracias al desarrollo de las conexiones inalámbricas de las que disponemos. Si volvemos hacia la actualidad, en los últimos diez años, son muchas las marcas que han ido desarrollando este tipo de vehículos conectados.
¿Cómo funcionan este tipo de coches?
Estos coches se mueven de manera autónoma gracias a la identificación del entorno que les rodea y que les permite avanzar conociendo los obstáculos que pueden rodearle. Esto lo hacen gracias a cámaras instaladas, radares y diferentes sensores de navegación.
Esta información la traspasan a un sistema de navegación que pueden identificar el entorno gracias a algoritmos matemáticos y sistemas informáticos que reconocen la situación.
Importancia de las cámaras
Las cámaras que van instaladas en el vehículo funcionan como el elemento más preciso que permite reconocer las incertidumbres y tomar las decisiones que se traten de navegación. Para guiar estos vehículos, el usuario debe introducir en el sistema GPS integrado, la dirección para que este ordenador sea capaz de identificar la ruta, como lo haría cualquier coche en un dispositivo de navegación para después llevar a cabo la conducción por ese camino marcado.
Independientemente de la ruta marcada, las circunstancias externas son aquellas que más nos pueden preocupar a la hora de conducir un vehículo autónomo y que se escapan del control GPS del coche. Para esto están activos todos los sensores y receptores para anticiparse a cualquier peligro que pueda surgir en una carretera.
Gracias a la interconexión del coche y a los servicios de tecnología en la nube, el vehículo es capaz de variar la ruta en función del tráfico o de diferentes circunstancias a las que pueda enfrentarse en carretera.
¿El futuro pasa por los coches autónomos?
Esta es la gran pregunta. Actualmente, esta opción puede ser una alternativa para la conducción convencional. Las sociedades del futuro, próximamente, seguramente estén preparadas para convivir con este tipo de coches.
El futuro de la movilidad es una de las cuestiones que se llevará a cabo en Global Mobility Call, para saber cómo nos enfrentaremos a estos entornos y con qué tecnologías podremos contar. El activo desarrollo en el campo del automóvil y la movilidad en las ciudades prevé que la movilidad autónoma este integrada en los distintos entornos urbanos. Bien sea en el transporte público con autobuses autómatas o con trenes y metros que sean capaces de moverse sin contar con un conductor que este físicamente en ese coche y puedan ser controlados externamente.
Pero para que esto pueda llegar, las sociedades deben evolucionar favorablemente hasta esta alternativa, tanto los ciudadanos, como los entornos, como las propias máquinas. Los coches conectados, seguro que en un futuro cercano se espera que sean un complemento a la conducción, tal y como la conocemos hoy en día.