Joy Ajlouny: “El futuro debe ser eléctrico”

Para arrancar, ha matizado que la mitad de la población no tiene una dirección fija, y ese es uno de los principales problemas del delivery y de la movilidad. En los mercados en vías de desarrollo no se puede pagar desde el ordenador. En cada rincón del mundo, la logística funciona de una manera diferente. No todo el mundo tiene una tarjeta de crédito. Esto hace mucho más difícil afrontar el transporte de ‘última milla’. “El sector de la movilidad está afectado por el trabajo en remoto, lo que supone también un impacto en los modos de transporte, que se han modificado también a colación del coronavirus”, ha añadido.

Aun así, esto también tiene notas positivas: las emisiones globales se han reducido tras lo acontecido en el año 2020. Durante la pandemia, el transporte fue clave para abastecer a la población de aquello que necesitaban. Pero con todos los cambios, el transporte se enfrenta a una meta: reducir las emisiones. “La respuesta está clara: el futuro debe ser eléctrico”, ha afirmado, insistiendo en que “el mundo del transporte debe reducir los gases en la atmósfera y es un compromiso de todos”. La cofundadora de FETCHR ha reiterado que las empresas, los edificios, las plantas de producción… se deben abastecer de energía limpia que provenga de fuentes renovables y sostenibles. “Como consumidores podemos marcar la diferencia”, ha aseverado. Por último, ha insistido en que las ciudades deben invertir en estaciones de carga, ya que se debe articular la movilidad en torno a un mundo más sostenible. Por último, ha expuesto las que deberían ser las cuatro macrotendencias de la movilidad sostenible: micromovilidad, transporte urbano eléctrico, movilidad como servicio y vehículos autónomos

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