Lluís Giner Presidente de la Conferencia de Decanos/as y Responsables Académicos de Facultades y Escuelas de Odontología de España (CRADO)
Importancia de la formación de los profesionales
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Desde la Conferencia de Decanos/as y Responsables Académicos de Facultades y Escuelas de Odontología de España (CRADO), ¿cómo valoran el papel que desempeña la formación universitaria en la preparación de los futuros odontólogos en España?
Es fundamental el trabajo que se está realizando, orientado a la excelencia en la educación, tanto desde el punto de vista técnico como desde el enfoque humano, poniendo especial atención en el paciente y en la visión global del tratamiento.
Contamos con indicadores internacionales que avalan este progreso, como los rankings académicos. En el ranking QS, que reúne a las mejores facultades de odontología del mundo, ya figuraban dos universidades españolas: la UIC y la Complutense. Ahora se ha sumado una tercera, la Universidad de Barcelona. Asimismo, en el ranking de Shanghái, que incluye a las 200 mejores facultades, hemos pasado de seis a siete instituciones españolas, lo que demuestra que seguimos creciendo.
Desde el CRADO trabajamos con el objetivo de alcanzar la excelencia, superando los retos actuales en materia de tecnología y en la incorporación de nuevos conocimientos, todo ello dentro del marco legal vigente y de la actual orden CIN. Continuamos avanzando como Conferencia de Decanos, que actualmente agrupa a 27 facultades de odontología, tanto públicas como privadas. Además, se están incorporando progresivamente nuevas facultades, cuyas aperturas están previstas para este y el próximo año.
Nuestro trabajo conjunto busca lograr programas académicos lo más homogéneos posible, garantizando su calidad y fomentando la armonía entre todas las facultades de odontología.
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En su opinión, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan hoy las facultades de Odontología para garantizar una formación de calidad y actualizada?
Uno de los más importantes es la capacidad de tomar decisiones rápidas y oportunas ante los cambios constantes, ya sean tecnológicos, sociales o incluso existenciales. Adaptarse a estos cambios es fundamental, y lo estamos haciendo dentro del marco que nos permite la orden CIN.
No se trata únicamente de adaptarse a la tecnología, que es muy potente y puede dar la impresión de que la excelencia depende solo de ella, sino también de cómo motivamos a los alumnos para que se conviertan en verdaderos agentes de salud en la sociedad. Es crucial que los estudiantes aprendan a poner primero a la persona y luego el tratamiento, adoptando una visión global en su práctica profesional.
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¿Qué competencias considera imprescindibles en el odontólogo del siglo XXI, más allá de la destreza técnica?
Es evidente que la destreza técnica es fundamental. El conocimiento tecnológico, el dominio de las diferentes técnicas y materiales es básico para poder ejercer, ya que, probablemente, somos la titulación de Ciencias de la Salud que más materiales utiliza. Por ello, es imprescindible conocerlos bien y contar con destrezas quirúrgicas sólidas.
Sin embargo, más allá de la técnica, la inteligencia artificial y los avances en robótica serán de gran ayuda en este ámbito. Pero lo más importante que deben desarrollar nuestros alumnos, especialmente en un entorno tan competitivo, es la empatía y la actitud de servicio. Esto implica ir más allá del tratamiento técnico y adoptar una visión global de la persona, entendiendo sus necesidades más allá de las patologías bucales.
Nuestro objetivo es formar profesionales que sean actores clave en la salud bucal, pero también que contribuyan al entramado de la asistencia sanitaria sistémica. La tecnología puede asistir al dentista a identificar patologías relevantes, facilitar el seguimiento de ciertos problemas de salud y orientar al paciente hacia los especialistas adecuados, sin necesidad de intervenir directamente.
En definitiva, la empatía y el afán de servicio son cualidades esenciales que nuestros alumnos deben desarrollar para atender de manera integral a la sociedad.
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¿Cómo se está adaptando la enseñanza universitaria a los avances tecnológicos y científicos que transforman la práctica odontológica?
Estamos trabajando en un nuevo plan de estudios, motivado por un cambio importante en la normativa europea. Hasta ahora, la norma europea vigente data de 2005, y aunque hemos ido adaptando pequeños cambios, el nuevo escenario requiere modificaciones sustanciales en nuestra orden CIN o, al menos, una propuesta de actualización.
En este contexto, el doctor David Herrera, decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense, lleva tiempo trabajando en un proyecto para actualizar la orden, y todos estamos colaborando con él, especialmente la comisión permanente de la CRADO, con el objetivo de elaborar una propuesta para toda la Conferencia de Decanos que permita modificar los planes de estudio.
El doctor Herrera ha realizado un estudio exhaustivo de algunas facultades de odontología europeas, tomando en cuenta las nuevas directrices europeas, lo que nos permite avanzar en este proyecto. El día 4 de noviembre, durante la reunión ordinaria de la Conferencia de Decanos, se debatirá la propuesta para seguir avanzando.
La intención es implementar estas modificaciones, ya discutidas con el secretario general de Universidades, doctor Francisco García Pascual, hacia marzo de 2026. No se trata de elaborar un nuevo libro blanco, sino de realizar ajustes en la orden CIN que permitan adaptar los planes de estudio a la situación actual, reflejar los avances en conocimiento y mantenernos a la vanguardia del nivel competitivo europeo, como hemos sido siempre.
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Desde la perspectiva de la CRADO, ¿qué importancia tiene la formación continua y la actualización profesional a lo largo de la carrera del odontólogo?
Es fundamental reconocer que el conocimiento cambia cada vez más rápido, por lo que es cada vez más importante mantenernos actualizados. Así lo entendemos y lo consideramos imprescindible. Por ello, contamos con diferentes programas de formación, tanto másters oficiales como programas de formación permanente, todos basados en los criterios europeos. Según la normativa europea, las especialidades tienen una duración de tres años a tiempo completo. En España todavía no contamos con estas especialidades, aunque estamos trabajando conjuntamente —Consejo, asociaciones científicas y universidades— para solicitarlas al Ministerio, un proceso que llevamos años impulsando y que ahora avanzamos de manera coordinada.
Mientras tanto, nuestros programas de másters están adaptados a los criterios de las especialidades europeas, garantizando que la formación sea equivalente en contenido y exigencia.
Por otra parte, muchos profesionales buscan mejorar y actualizar sus conocimientos de manera más flexible. Para ello, existen programas de menor intensidad horaria y académica, que pueden ser presenciales, online o de formación continuada, ofrecidos por todas las facultades de odontología españolas. Incluso nos hemos adaptado a los últimos avances, por ejemplo, en el ámbito de la armonización orofacial, implementando estos cambios de manera ordenada y dentro del marco legal vigente.
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¿Podría explicarnos en qué consisten los Premios de Excelencia Académica de la CRADO y cuál es su objetivo dentro del ámbito universitario?
Este año celebramos la decimotercera edición de los premios, que llevamos otorgando desde hace trece años. A lo largo del tiempo ha habido cambios, incluida la pandemia, que nos obligó a adaptar la forma de celebrarlos.
Estos premios son un reconocimiento a los mejores expedientes, a la excelencia en la formación y al esfuerzo de quienes buscan siempre la excelencia en el tratamiento de los pacientes. Se trata de una verdadera fiesta académica, que genera gran satisfacción para los decanos que asistimos, para los homenajeados, para quienes obtienen el primer puesto en sus facultades de odontología y para sus familiares.
En sus inicios, los premios se organizaron en colaboración con Proclinic, y tras la pandemia, y con algunos cambios previos, ahora se realizan de la mano de la industria a través de Fenin, con la colaboración constante del Sr. Luis Garralda. Consideramos importante que estén presentes los diferentes actores de la odontología, apoyando iniciativas que busquen siempre la excelencia y el bienestar de la población a la que nos debemos.
Cada año, además, contamos con un padrino de promoción. Este año, ese honor recae en el doctor Gonzalo Hernández Vallejo, catedrático de la Universidad Complutense, quien compartirá unas palabras sobre la excelencia y la importancia de esforzarse siempre por lo mejor en nuestra profesión.
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¿Cómo contribuye EXPODENTAL a la actualización profesional y tecnológica de los odontólogos?
EXPODENTAL es, sin duda, una cita bianual de gran relevancia para todos los odontólogos españoles. Muchos profesionales la consideran más importante que otras ferias, porque no solo reúne innovación tecnológica e industrial, sino también la actualización y el intercambio de conocimientos en el campo de la odontología.
Siempre he señalado que, si bien las universidades pueden investigar y transmitir conocimiento de la mejor manera posible, solo la industria puede poner ese conocimiento en manos de los clínicos y de la sociedad. Por ello, resulta fundamental colaborar estrechamente con la industria, tanto en la transferencia del conocimiento como en el desarrollo de nuevas tecnologías.
EXPODENTAL se ha consolidado como un referente en la odontología española desde hace muchos años. Además, desde la CRADO, colaboramos para aportar nuestro granito de arena en la transmisión del conocimiento y en el desarrollo de estas iniciativas.
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¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los odontólogos que visitan EXPODENTAL este año?
Creo que todo el sector debería asistir a EXPODENTAL. Este evento nos estimula intelectualmente, invitándonos a profundizar en el conocimiento, y también nos provoca profesionalmente, motivándonos a mejorar nuestras habilidades y a adaptarnos a nuevas tecnologías más fiables y avanzadas.
Yo asisto desde que tengo memoria del evento, y siempre me sorprende por su capacidad de innovación, por los cambios que permite visualizar y, sobre todo, porque nos impulsa a seguir buscando lo mejor para los pacientes, buscando la verdad y el conocimiento máximo para poder atenderlos adecuadamente.
Se realiza un gran esfuerzo por parte de todos, especialmente de la industria, para poner a nuestro alcance las últimas novedades basadas en el conocimiento, y además contar con expertos que transmiten cómo usar estas tecnologías y su fiabilidad.