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20 septiembre 2019

Cómo mejora la seguridad compartiendo buenas prácticas

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Todos los expertos coinciden en que compartir buenas prácticas y replicar casos de éxito es una de las fórmulas más eficaces para mejorar la seguridad. La receta puede aplicarse tanto en el ámbito de la protección, como en la prevención de riesgos laborales, contraincendios y cualquier tipo de emergencia. El presidente de la AES; el secretario general de ASEPAL; el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 y el presidente de Tecnifuego, nos explican, a continuación, cómo lo hacen

El trabajo en común y el respeto a las normas son algunas de las buenas prácticas que potencia la Asociación Española de Empresas de Seguridad, según explica su presidente, Antonio Pérez Turró. “La colaboración entre los diferentes sectores constituye una de las principales enseñas de la AES desde su fundación en 1982, especialmente en lo que se refiere al desarrollo y respeto a las normas aplicadas en esta industria, que engloba a la seguridad física y electrónica, fabricación, instalación, mantenimiento y sistemas de alarmas”.

Pérez Turró destaca que “AES ha potenciado siempre, como una de sus primeras premisas, el uso de las buenas prácticas en nuestro oficio. Tanto es así que tenemos un código deontológico que las empresas deben firmar para incorporarse a nuestra asociación”. Además, ésta apuesta también porque sean “organismos externos los que auditen las buenas prácticas y el cumplimiento de la normativa, y los que realicen la certificación de productos y prestaciones”.

Los resultados de las buenas prácticas son evidentes. El presidente de AES pone dos ejemplos: “hoy en día, los cajeros automáticos son elementos mucho más difíciles de vulnerar que hace 25 años porque todos, fabricantes y bancos, apostamos en su día porque tuvieran un alto nivel de calidad y resistencia”. Así mismo, los esfuerzos en elevar la calidad en seguridad electrónica también han permitido contar con “cámaras de alta definición que permiten identificar mejor a los delincuentes”, una cuestión fundamental, sobre todo cuando la imagen termina como prueba en un juzgado.

Equipos de protección individual

Luis Gil, secretario general de ASEPAL (Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual), asegura que “compartir buenas prácticas favorece que las empresas pongan en marcha proyectos e iniciativas cuyo resultado es conocido y hace más sencilla su implementación. A su vez, los casos de éxitos son motivadores y alientan a las empresas a querer ser mejores cada día”.

A juicio de Gi, la formación es una de las mejores prácticas en materia de prevención. Por ejemplo, “es fundamental que los trabajadores la reciban constantemente acerca del uso de los equipos de protección individual (EPI), ya que una mala utilización de los mismos o un equipo inadecuado puede incrementar la exposición al riesgo”.

Inundaciones y emergencias

Carlos Novillo destaca varios casos de éxito en la gestión de catástrofes que lleva a cabo la Comunidad de Madrid a través de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 (ASEM112), que él dirige. Entre los últimos ocurridos, cita la gestión de las inundaciones de Arganda y Valdemoro: “48 horas antes, la ASEM112 informó a los ayuntamientos, autoridades y conductores sobre la predicción de precipitaciones en las siguientes horas, con el fin de que estuvieran prevenidos y pudieran articular los mecanismos de emergencias y protección civil establecidos. La gestión de este episodio de lluvias y tormentas que no dejaron heridos, pero sí daños materiales, se saldó con 1.499 expedientes que originaron 196 intervenciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid”. El éxito de este caso, se basó en el cumplimiento de los protocolos de coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad y emergencias, bajo la dirección de la ASEM112.

Novillo pone también algunos otros ejemplos de gestión de éxito: “los dispositivos de extinción de incendios forestales; las grandes nevadas de 2017 e incendios industriales (Neumáticos de Seseña; explosión de fábrica de residuos de Arganda e incendios en plantas de reciclaje de Alcorcón y Alcalá de Henares) que obligaron a activar los planes de emergencia de la Comunidad con una acción conjunta coordinada desde la ASEM 112, sin que hubiera que lamentar víctimas ni heridos, ni en la población ni entre los miembros de los servicios de emergencia”.  

Protección contraincendios

Por su parte, Adrián Gómez, presidente de Tecnifuego (Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios), afirma que las buenas prácticas comienzan con la elección de empresas especializadas, que cumplan los requisitos que ordena el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios, RIPCI. “Los incendios no dan una segunda oportunidad, por lo que no valen instalaciones de protección que ‘salven el expediente’, sino que deben ser realizadas por empresas especializadas”.

Según Gómez, la actualización del RIPCI está siendo una magnífica oportunidad para conseguir el reconocimiento de la especialización en seguridad contra incendios. “Creemos que en los próximos años el sector crecerá en cantidad y calidad, pero, debemos cuidar que sea él mismo quien trabaje para ello; no desaprovechemos esta oportunidad, ya que existen fuerzas en el mercado que no están muy conformes con la aplicación más estricta del RIPCI”. Este experto está convencido de que “el éxito vendrá con la unidad del sector en esta defensa de la especialización y en la trasmisión clara al usuario final de que esta especialización sí importa y es precisamente una garantía de calidad y seguridad”.

Como apunta Marcelino García, director de la consultora DuPont Sustainable Solutions Ibérica, “la manera más efectiva de gestionar el riesgo es eliminándolo; pero, si esto no es posible, la segunda fórmula más efectiva es controlarlo”. Y nada mejor para ello que aplicar y compartir las buenas prácticas.