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20 julio 2021

Las últimas tendencias en la protección de edificios de oficinas

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La protección de los edificios de oficinas es cada vez más sofisticada. Las últimas tendencias pasan por cámaras con inteligencia artificial, que siguen patrones de comportamiento para la vigilancia a tiempo real, y los softwares de tratamiento de imagen para la búsqueda de incidencias en modo forense; los códigos QR para el control de accesos, compatibles con cualquier sistema de tornos o esclusas; herramientas de gestión basadas cada vez más en modelos en Cloud, que aprovechan el big data; y radares y lidar para la protección de jardines y parkings.

La protección de los edificios de oficinas es cada vez más importante, como ponen en evidencia Alfonso Castaño García, Presidente de ASIS España; Anna Aisa Biarnés, Gerente de la Asociación Catalana de Empresas de Seguridad (ACAES); y Joaquín Collado Callau, Presidente de CEUSS y Director de Seguridad de Acciona Infraestructuras.

Alfonso Castaño, Presidente de ASIS España, capítulo 143 de ASIS International, explica las últimas tendencias tecnológicas que se están utilizando para garantizar la seguridad de los edificios de oficinas en los diferentes ámbitos de protección. En CCTV (circuitos cerrados de televisión) destaca “las cámaras con inteligencia artificial, que siguen patrones de comportamiento, para la vigilancia a tiempo real, y los softwares de tratamiento de imagen, para la búsqueda de incidencias en modo forense”.

En el apartado de Control de Accesos, se refiere a “los códigos QR, compatibles con cualquier sistema de tornos o esclusas, que permiten la virtualización de las habituales tarjetas en dispositivos móviles, y en especial el control de visitas por este medio”. Así, es posible “supervisar aforos, tener una idea previa de las visitas previstas, y poder destinar más medios humanos o técnicos a su atención, mejorando la experiencia de usuario y manteniendo la ausencia de contacto en todo momento”.

Por otra parte, resalta los sistemas VMS y PSIM “como herramientas de gestión, cada vez más basadas en modelos en Cloud, que aprovechen el Big Data, para ir más allá de la integración de sistemas, algo no siempre posible y costoso tanto técnica como conceptualmente”, y los modelos de generación de Consolas de Control, “totalmente personalizables, en las que se muestran los datos y se generan informes, sin importar la fuente de donde provienen ni su interacción con otros sistemas, típicos del BMS (Building Management Systems)”.

En la seguridad física exterior se refiere a “la popularización de los Radares y Lidar, para la protección de grandes espacios anexos (jardines, parkings); y en la interior a los “sistemas, dispositivos y barreras que puedan trabajar en el futuro con los sistemas IOT y de Domótica, creando una plataforma común de supervisión de incidencias”.

Finalmente, explica que “CRA, SOC y GSOC, las Centrales Receptoras de Alarmas (CRA), han de incluir la supervisión de todos los sistemas del edificio, no solo los de seguridad, aunque sea por otro tipo de contrato que recoja estos servicios; lo mismo en los Centros de Control propio (SOC), que tiende a globalizarse (GSOC) aunando la Ciberseguridad con la Protección Física”.

Adaptación a la nueva normalidad

Anna Aisa Biarnés, Gerente de la Asociación Catalana de Empresas de Seguridad (ACAES), explica que la llamada “nueva normalidad” que nos ha impuesto la situación de pandemia ha conllevado la adaptación de los planes de seguridad de los edificios de oficinas. Y no sólo su adaptación inicial, sino también su constante revisión en aras a dar cumplimiento a las medidas que han ido adoptando las autoridades sanitarias, “medidas que deben ser cumplidas, recogidas en los planes de seguridad y adaptadas a las características concretas del edificio en cuestión”.

Según recuerda esta experta, “el director de seguridad ha sido y es el responsable de dicha adaptación, de la que derivan los diferentes protocolos de actuación del edificio que, no sólo deben elaborarse, sino que además deben ser conocidos por el personal de seguridad que presta sus servicios en el edificio, y en su caso, por las personas que trabajan en el mismo”.

A su juicio, las necesidades actuales en la protección de edificios de oficinas son fundamentalmente dos. “Por una parte, el cumplimiento de las medidas de prevención de la Covid-19, que se aplican tanto a trabajadores como a visitantes del inmueble, apostando por nuevas tecnologías que permiten su mejor control y trazabilidad; y, por otra parte, la protección de los activos, que todavía no están en los porcentajes de ocupación anteriores a la pandemia. Todo esto sin olvidar la seguridad de la información y las comunicaciones que, en los casos de trabajo a distancia o teletrabajo, también han venido impuestas por la crisis sanitaria”.

Seguridad en el diseño arquitectónico

Joaquín Collado Callau, Presidente de CEUSS y Director de Seguridad de Acciona Infraestructuras, advierte que “la protección de un edificio de oficinas suele reflejar las peculiaridades que definen a la organización/es que acoge (incorporación de procesos de economía circular, la transformación digital o los nuevos entornos y modalidades de trabajo), la idiosincrasia de la región y, cómo no, el nivel de seguridad en el emplazamiento”.

Y apunta que “un aspecto relevante a considerar es la incorporación de la seguridad en el diseño arquitectónico de la instalación, cuando se puede aplicar en una sede de nueva creación. La adaptación de recintos antiguos resulta más difícil, costoso y, pocas veces, satisfactorio. Se trata de prevenir y disuadir sin mostrar medidas de seguridad ostentosas y perfectamente integradas en el paisaje”.

La concienciación en seguridad de los ocupantes y visitantes del edificio es otro factor “que afecta considerablemente en el modelo de protección de las instalaciones, en la implantación de planes de seguridad y evacuación, protocolos y empleo de elementos de protección y vigilancia, con una obligada tendencia a un empleo mayoritario de sistemas con soluciones de analítica, geolocalización y biometría en sustitución de presencia física de vigilantes”.

Collado afirma que “es esencial la existencia de un responsable de seguridad, lo que no siempre ocurre, participando activamente en la planificación, presupuestación y gestión del modelo que responda a las necesidades de seguridad de la instalación y de la organización que la ocupa, sin olvidar la atención que se debe dedicar no sólo a la protección personal y patrimonial, sino también a la información y las nuevas tecnologías”.