

Agustín Navarro_GIETMA: Existe una gran variedad de riesgos que pueden derivar en una evacuación

Existe una gran variedad de riesgos que pueden derivar en una evacuación de personas hacia zonas de seguridad, como advierte el teniente Agustín Navarro Fernández-Clemente, jefe de Sección de Intervención del GIETMA (Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales) de la UME (Unidad Militar de Emergencias). Desde incendios en edificios de viviendas hasta nubes tóxicas y riesgos radiológicos, nucleares y biológicos, así como incendios forestales, inundaciones, grandes nevadas o erupciones volcánicas. Navarro explica los planes y protocolos previstos en estos casos.
¿Qué tipos de riesgos y emergencias pueden requerir la evacuación de poblaciones?
Existe una gran variedad de riesgos que pueden derivar en una evacuación. Por un lado, riesgos cuyo origen se debe a la actividad humana: desde un incendio en un edificio de viviendas hasta otros más específicos como pueden ser riesgo químico (por ejemplo un incendio en una industria química que generase una nube tóxica), riesgo radiológico o nuclear (deterioro o daño del encapsulado de una fuente radiológica utilizada para uso hospitalario) e incluso riesgo biológico (instalaciones donde se atiende a personal con enfermedades de alta transmisibilidad, como por ejemplo fiebres hemorrágicas), requiriendo todas ellas la evacuación de la población a una zona de seguridad.
Por otra parte, también puede ser necesaria una evacuación debido a riesgos naturales, como pueden ser incendios forestales, inundaciones, grandes nevadas o incluso una erupción volcánica como la que se vivió en el año 2021 en la isla de La Palma, donde al riesgo de las coladas de lava, se une el riesgo de derrumbes de infraestructuras debido al peso de la ceniza volcánica e, incluso, las emisiones de gases del volcán.
¿Qué planes de evacuación se aplicarían ante emergencias como el escape radiactivo de una central nuclear?
Para llevar a cabo una evacuación se deben tener en cuenta múltiples factores. Para facilitar la labor existen una serie de planes y directrices, las cuales servirán como guía para la toma de decisiones. En lo que respecta a una emergencia en una central nuclear se aplicaría el Plan Básico de Emergencias Nucleares (PLABEN), donde se encuentran las normas y criterios a seguir en este tipo de emergencias.
Dentro del PLABEN viene recogida la obligatoriedad de confección de los siguientes planes: Planes de Emergencia Interior (PEI) de las Centrales Nucleares (CC.NN.); el Plan de Emergencia Nuclear (PEN) de las correspondientes provincias donde se sitúan las centrales; y el Plan de Emergencia Municipal (PLAMEN) que afecta a las actuaciones a desarrollar en los municipios más cercanos a la central nuclear, en caso de una emergencia de este tipo. Todos estos planes no son independientes, sino que están coordinados y, a su vez, apoyados por otro a nivel central como es el Plan de Emergencia Nuclear Central de Respuesta y Apoyo (PENCRA).
¿Qué actuaciones están previstas en todos estos planes?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen protocolos que prevén los diferentes potenciales escenarios o incidentes que puede sufrir una instalación nuclear (tras Fukushima se han contemplado muchos más posibles incidentes, así como la solución a los mismos). Ante un incidente en las instalaciones de una central nuclear, antes de tomar ninguna decisión, se llevará a cabo una evaluación de la situación siendo relevante el tipo de incidente, la gravedad y el entorno. Por ejemplo, ante un incidente en una central nuclear en función de la gravedad, ya están contempladas una serie de acciones y de medidas de protección de carácter urgente como son el confinamiento, la profilaxis radiológica y la evacuación. Deberá valorarse la necesidad de aplicación de cada una de ellas.
Una vez se conoce el incidente habrá que determinar en qué grado puede verse afectada la población, los animales y el terreno, sobre lo que influirán diversos factores, como cantidad de material radiactivo liberado, tasa de dosis en la zona afectada, dirección y velocidad del viento, distancia de la población al incidente y otros factores climatológicos. Finalmente, también será determinante a la hora de decidir una evacuación el número de personas a evacuar, si existe personal que necesite una atención especial, o si ya se han visto afectados por el incidente. Además de valorar los medios disponibles para realizar la evacuación, hay que valorar si es necesaria la descontaminación del personal a evacuar y donde realojar a dicho personal.
Una vez tomada la decisión de evacuar por parte del Jefe de la Emergencia, se realizará un plan de evacuación para que el traslado se realice de forma ordenada, rápida y segura. La finalidad además será organizar los recursos para emplearlos de la forma más óptima posible para poder poner a la población a salvo. Se establecerá, por tanto, un orden de evacuación, empezando por las zonas de mayor riesgo o riesgo inminente y siguiendo por aquellas donde el riesgo sea menor. A continuación, se procederá al traslado por las rutas de evacuación establecidas. Si la población hubiese estado afectada sería necesario que el personal pasase por una estación de descontaminación, como se ha comentado anteriormente, donde se realiza un procedimiento de descontaminación y se filia al personal para llevar un control y seguimiento del mismo. Una vez descontaminado el personal de forma segura, podrán ser evacuados y realojados.
¿Qué otros tipos de evacuación pueden ser necesarias en una situación de emergencia y qué medidas requerirían?
Las evacuaciones pueden darse bien porque ya se haya dado el incidente o porque el riesgo sea inminente. Una evacuación diferente al de una población determinada sería una evacuación de una instalación. En este caso las medidas son similares, pero se cuenta con la ventaja de que los trabajadores pueden conocer con anterioridad la ruta de evacuación como está indicado en los planes de emergencia; además, puede contarse con megafonía o señales luminosas, lo que facilitará mantener el orden y el control.
Las evacuaciones no son exclusivas del personal laboral afectado. Los servicios de emergencias y el personal interviniente también tienen contemplados escenarios en los cuales deben abandonar la zona de intervención, como en caso de que el incidente no pueda ser controlado con los medios que se disponen en ese momento, o en caso de que se prevea un riesgo inminente que afecte a la seguridad de los equipos de intervención. Ejemplos de esto serían una BLEVE (explosión por expansión de vapor de un líquido en ebullición) o un Boil-Over (rebosamiento por ebullición) inminente.
¿Qué importancia tienen en la prevención los protocolos de seguridad y planes de actuación de las empresas e industrias?
Tanto las centrales nucleares como otro tipo de industrias cuentan con una gran cantidad de protocolos de seguridad y planes de actuación adecuados a la entidad e importancia de cada instalación, para evitar que se den este tipo de situaciones, además de realizar simulacros, en los que también participa la UME y otras instituciones. En el caso de una emergencia real, participarían todos estos de manera conjunta y activa en el asesoramiento y dirección de la emergencia, como sería el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en este caso.
Referente a esto, incidir en la importancia de la elaboración de planes de emergencia, y la realización de simulacros, no sólo aquellos obligatorios para las industrias sino también planes a nivel municipal, en función de los principales riesgos que puedan sufrir. Esto ayudará a facilitar el trabajo en una emergencia real para que los servicios de emergencia puedan actuar de manera más eficaz.
Finalmente, si alguna vez tuviesen que ser evacuados o se les indicara que se confinasen debido a una emergencia, es de especial importancia que mantengan la calma y sigan las instrucciones que marquen las autoridades y servicios de emergencia, por su propia seguridad y por la de los demás.