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Fecha de publicación
10 diciembre 2025

Daniel Cabrera: “Estamos en una carrera armamentística digital donde la IA es el campo de batalla principal”

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8 min.
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El panorama de ciberseguridad actual está siendo transformado radicalmente por la avalancha de nuevas situaciones e incidencias que ha traído la inteligencia artificial generativa, afirma Daniel Cabrera Armenteros, profesor de Inesem Business School y CIO de EducaEdtech SLU.

Según este experto, “estamos en una carrera armamentística digital donde la IA es el campo de batalla principal. Las organizaciones que no se adapten rápidamente a esta nueva realidad quedarán vulnerables ante adversarios que ya están aprovechando estas tecnologías para sus propósitos”.

¿Por qué la ciberseguridad es uno de los sectores con más demanda laboral actualmente?

Vivimos una era de hiperconectividad donde prácticamente cualquier dispositivo puede estar conectado a internet. Desde los aspersores inteligentes del jardín hasta los sistemas de alimentación automatizados para mascotas, pasando por vehículos autónomos, aires acondicionados industriales y toda la infraestructura IoT (Internet de las Cosas), cada nuevo dispositivo conectado representa tanto una oportunidad como una nueva puerta de entrada para los ciberdelincuentes. Esta expansión exponencial de la superficie de ataque digital ha creado una demanda sin precedentes de profesionales especializados en ciberseguridad.

La escasez endémica se debe principalmente a que la velocidad del avance tecnológico supera la capacidad de los programas formativos tradicionales para preparar profesionales suficientemente capacitados. Afortunadamente, la industria educativa está respondiendo: actualmente en España se ofrecen titulaciones especializadas en ciberseguridad, y los nuevos cursos diseñados específicamente para llenar este hueco van ganando terreno cada día.

¿Qué mecanismos de detección y análisis son necesarios para anticiparse a las amenazas de ciberseguridad?

La estrategia de seguridad más eficaz comienza con el diseño enfocado en la seguridad desde el inicio (Security by Design). Esta aproximación reduce significativamente tanto los costos en personal como en equipamiento, ya que es mucho más económico integrar la seguridad desde el primer momento que añadirla posteriormente.

Cuando esto no es posible, debemos implementar una arquitectura de seguridad multicapa que incluya varios componentes críticos. En primer lugar, una autenticación robusta y un acceso seguro: el teletrabajo ha ampliado las fronteras de las redes corporativas, creando nuevos vectores de ataque que requieren medidas especiales de protección. En segundo lugar, sistemas de detección avanzados: la evolución tecnológica nos ha llevado más allá de los tradicionales antivirus hacia soluciones más sofisticadas (EDR, XDR, SIEM).

Un tercer componente es la inteligencia artificial y el machine learning: la IA se ha convertido en una herramienta fundamental, tanto para la defensa como para el ataque. Los modelos de IA pueden aprender de grandes volúmenes de datos para detectar patrones sutiles y comportamientos atípicos que podrían indicar una amenaza. La capacidad de estas tecnologías para actualizarse constantemente con nuevas amenazas mejora significativamente su eficacia frente al malware desconocido.

A ello se une el análisis de comportamiento y correlación de eventos: la monitorización de patrones de uso y actividad permite detectar desviaciones anómalas que pueden estar relacionadas con actividad maliciosa. Y, en quinto lugar, threat intelligence y monitorización continua: es crucial mantenerse actualizado con las vulnerabilidades y avisos de seguridad de fabricantes y organismos especializados como MITRE a nivel internacional o INCIBE en España.

 ¿Qué importancia tienen las auditorías informáticas en la prevención de ciberdelitos?

Las auditorías de ciberseguridad son, sin duda, una de las herramientas más efectivas para la detección temprana de vulnerabilidades y la mejora continua de la postura de seguridad organizacional. En cuanto a la identificación proactiva de vulnerabilidades, las auditorías permiten descubrir flujos de trabajo asentados en las empresas que ocultan serias vulnerabilidades y que dificultan la actuación ante un incidente. Por ejemplo, pueden revelar problemas en la gestión de copias de seguridad (regla 3-2-1) o en el uso inadecuado de herramientas de análisis de seguridad durante el desarrollo de software.

En relación a la evaluación del estado tecnológico, facilitan la revisión exhaustiva del estado actual de versiones de software, servicios, configuraciones de dominio e identificación de configuraciones obsoletas o ineficientes. Esto es especialmente crítico cuando consideramos que muchas brechas de seguridad se producen por sistemas desactualizados o mal configurados.

En cuanto al cumplimiento normativo, las auditorías ayudan a garantizar el cumplimiento de regulaciones como ISO 27001, GDPR, PCI DSS o HIPAA. El incumplimiento de estas normativas no solo puede resultar en sanciones significativas, sino también en daños irreparables a la reputación empresarial.

Y sobre la mejora continua y cultura de seguridad, es fundamental cambiar la percepción de las auditorías como "otra carga más" y verlas como oportunidades de mejora. Una auditoría bien ejecutada no solo identifica problemas, sino que proporciona un roadmap claro para fortalecer las defensas.

Las auditorías son especialmente valiosas porque la prevención siempre es más barata a nivel reputacional y legal que lidiar con las consecuencias de un incidente de fuga de información o ransomware.

¿Qué aspectos debe tener en cuenta cualquier empresa para garantizar la seguridad de su información?

En primer lugar, la formación y concienciación del personal. Este es, sin duda, el aspecto más crítico. Los empleados representan tanto el eslabón más débil como la primera línea de defensa contra las ciberamenazas. Las estadísticas demuestran que el factor humano está involucrado en la mayoría de incidentes de seguridad. En segundo lugar, el compromiso de la dirección. La concienciación en los niveles intermedios y superiores de gestión sobre la necesidad de inversión en ciberseguridad es fundamental. Sin el apoyo y compromiso de la alta dirección, cualquier iniciativa de seguridad está destinada al fracaso. La ciberseguridad debe ser vista como una inversión estratégica, no como un gasto operativo.

En tercer lugar, la adaptación a las nuevas amenazas. Debemos prepararnos para enfrentar amenazas emergentes potenciadas por la inteligencia artificial, entre ellas las Deepfakes y la suplantación de identidad. La IA permite crear vídeos, audios e imágenes sintéticas extremadamente convincentes. Los atacantes pueden suplantar visualmente a directivos, empleados o clientes para realizar fraudes sofisticados. Por otra parte, los ataques de ransomware evolutivos: los ciberdelincuentes están utilizando IA para automatizar y personalizar sus ataques. Y los ataques en la cadena de suministro, cada vez más sofisticados y dirigidos.

En cuarto lugar, la seguridad en entornos de teletrabajo. El trabajo remoto ha creado nuevos desafíos de seguridad que requieren atención especial: redes domésticas inseguras, que carecen de las protecciones empresariales tradicionales; dispositivos personales, que pueden no tener actualizaciones o software de seguridad adecuados; acceso desde ubicaciones no supervisadas como wifi público y espacios de coworking; y mayor exposición a ataques de phishing, donde los trabajadores remotos son objetivos frecuentes.

Y, en quinto lugar, la gestión de amenazas internas. Los "trabajos desde dentro" y la exfiltración de propiedad industrial e intelectual representan uno de los mayores riesgos. Se pueden mitigar aplicando las siguientes acciones: controles de acceso basados en principios de menor privilegio; monitorización de actividades de usuarios privilegiados; sistemas de prevención de pérdida de datos (DLP); y procesos de offboarding seguros.

¿Cómo está afectando la inteligencia artificial a la ciberseguridad?

El panorama de ciberseguridad actual está siendo transformado radicalmente por la avalancha de nuevas situaciones e incidencias que ha traído la IA generativa y la mejora exponencial de las herramientas automatizadas de creación de código. Nos enfrentamos a una realidad donde los ciberdelincuentes tienen acceso a herramientas de IA que pueden generar código malicioso de forma automatizada; crear campañas de phishing personalizadas a gran escala; automatizar el descubrimiento de vulnerabilidades; y desarrollar malware que evoluciona y se adapta en tiempo real.

Por otra parte, los modelos tradicionales de seguridad, basados en firmas y reglas estáticas, son insuficientes para enfrentar estas amenazas adaptativas. Necesitamos desarrollar modelos mucho más dinámicos que incorporen análisis de comportamiento en tiempo real; machine learning para detección de anomalías; sistemas de respuesta automatizada; e IA defensiva que pueda competir con la IA ofensiva.

La realidad es que estamos en una carrera armamentística digital donde la inteligencia artificial es el campo de batalla principal. Las organizaciones que no se adapten rápidamente a esta nueva realidad quedarán vulnerables ante adversarios que ya están aprovechando estas tecnologías para sus propósitos