

La nueva IA y la digitalización Pet Tech, transforman la relación persona y animal

La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse. Forma parte ya del adn de prácticamente cualquier sector, y el del cuidado de nuestras mascotas no es una excepción. Esta nueva tecnología está al servicio de la atención de nuestros animales de compañía
La digitalización ha llegado al mundo animal para quedarse. Los hogares se llenan de dispositivos inteligentes que convierten el cuidado de las mascotas en un ecosistema conectado y seguro. Comederos que ajustan las raciones automáticamente, areneros que detectan alteraciones en la salud felina, cámaras que permiten interactuar a distancia o collares con GPS que registran actividad y constantes vitales son ya una realidad en el mercado. Estos productos ofrecen tranquilidad y comodidad, pero también abren nuevas oportunidades de negocio para un segmento en plena expansión.
Si la tecnología cotidiana facilita la vida de los dueños, la inteligencia artificial está revolucionando la práctica veterinaria. Algoritmos que interpretan radiografías con precisión diagnóstica, apps que descifran el lenguaje corporal de los perros o wearables que funcionan como 'veterinarios virtuales' anticipando problemas de salud son ejemplos concretos de esta disrupción. A ello se suma el auge de la telemedicina, que permite consultas inmediatas y reduce desplazamientos innecesarios. La frontera entre clínica física y digital se difumina, generando un campo fértil que combina productos con servicios digitales de valor añadido.
La innovación no se limita al producto: también transforma la manera de vender y fidelizar. Las suscripciones integrales que reúnen alimentación, higiene y veterinaria en una cuota mensual ya triunfan en mercados maduros, mientras que los marketplaces multiservicio concentran paseadores, cuidadores y entrenadores bajo una sola plataforma. En paralelo, el comercio experiencial convierte las tiendas en espacios de socialización, ocio y vínculo emocional, con cafeterías pet friendly, áreas de juego o servicios fotográficos. Estos modelos generan ingresos recurrentes y refuerzan la lealtad hacia las marcas.
El bienestar físico de las mascotas se proyecta hacia un enfoque cada vez más preventivo. Los test genéticos permiten anticipar enfermedades hereditarias y diseñar planes nutricionales a medida; los alimentos frescos entregados a domicilio reproducen dietas adaptadas a cada animal; y las proteínas alternativas basadas en insectos o carne cultivada responden tanto a la sostenibilidad como a la salud. A este panorama se suman nutracéuticos, suplementos funcionales y fármacos especializados que consolidan un segmento premium.
Más allá de los dispositivos, la inteligencia emocional se ha convertido en un valor estratégico en el sector. En las clínicas veterinarias, la empatía y la comunicación eficaz fortalecen la relación con los clientes y reducen la presión emocional de los equipos. En los hogares, aplicaciones que ayudan a interpretar las señales de estrés en perros o gatos refuerzan el vínculo entre humanos y animales. Y en entornos sociales o terapéuticos, los programas con perros de asistencia demuestran cómo la conexión emocional mejora la autoestima y la salud mental de niños y adultos.
La relación con las mascotas trasciende lo doméstico y se proyecta en ámbitos laborales, educativos y sanitarios. La aceptación de animales de apoyo emocional en espacios públicos y empresas es cada vez mayor, reflejo de una sociedad que reconoce los beneficios fisiológicos y psicológicos de convivir con animales. En consecuencia, crece la demanda de productos calmantes, textiles anti-estrés, juguetes interactivos y experiencias colectivas que refuercen este vínculo.
La sostenibilidad ya no es un añadido, es una exigencia. Envases biodegradables, juguetes fabricados con materiales reciclados, arenas ecológicas y snacks elaborados a partir de subproductos agrícolas son algunos ejemplos de cómo la economía circular penetra en el petcare. Los consumidores demandan transparencia, trazabilidad y compromiso ambiental, y las marcas que respondan a estas expectativas obtendrán una ventaja clara en la decisión de compra.
Aunque Norteamérica y Europa concentran gran parte del gasto, el crecimiento más acelerado se observa en Asia, Oriente Medio y Latinoamérica. La urbanización, el aumento de la clase media y la penetración de los smartphones generan una demanda creciente de servicios digitales, suscripciones y productos premium. Plataformas locales de paseadores, cuidadores o transporte de mascotas proliferan en estas regiones, y la internacionalización de empresas abre nuevos horizontes de negocio.
El futuro del petcare no se entiende ya sin tecnología, personalización, sostenibilidad e inteligencia emocional. Lo que antes era un sector de productos básicos hoy se convierte en un ecosistema complejo donde la salud, el bienestar y el vínculo humano-animal se integran con innovación digital y conciencia medioambiental.
Fuentes: Pets2B Consultores, Wagbar, TGM Research, Global Pet Industry / PETS International, IM Veterinaria.