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18 marzo 2024

Expertos de AEFYT explican la repercusión de la F-GAS en el sector de refrigeración

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Lluís Giralt López, CEO de GAS SERVEI S.A., y José Mª Cabria, Desarrollo de Negocio Food Retail IBERIA de AKO, representantes, respectivamente, de los grupos Subsectoriales de Fabricantes y Distribuidores de Fluidos Frigoríficos y de Fabricantes y Distribuidores de Componentes y Material Frigorífico en el Consejo Rector de AEFYT (Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías), nos explican las consecuencias de la F-GAS, que ya se ha publicado.

En su opinión, ¿qué espera el sector de refrigeración con relación a la regulación de los gases fluorados?

Lluís Giralt: El sector desearía estabilidad, y los menores cambios posibles, pero en Europa dependemos de la regulación F-GAS, que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante un sistema de cuotas que se van reduciendo, así como restricciones según el tipo de   aplicación y el PCA del fluido frigorífero utilizado. Ahora que ya la F-GAS se ha publicado, es imprescindible interpretarla correctamente, para que el sector pueda trazar las estrategias necesarias para lograr los ambiciosos objetivos de esta regulación a medio y largo plazo.

José Mª. Cabria: La nueva regulación F-Gas, establece dos realidades para el mercado. Una es la necesidad de ir a refrigerantes con bajo PCA en nuevas instalaciones (por debajo de 150). La otra es qué hacer con la base instalada actualmente, que no olvidemos, es donde está el mayor desafío ya que el 80% de las instalaciones existentes aún operan con gases por encima de 150PCA, normalmente en el entorno de los 1300.

Lluis Giralt: Hay varias tecnologías disponibles con PCA inferior a 150, como los gases fluorados a base de HFO, y los llamados refrigerantes “naturales” (CO2, amoniaco, hidrocarburos…). Una única tipología de refrigerantes no puede cubrir todas las aplicaciones de la refrigeración, en términos de eficiencia o cumplimiento de las normativas de seguridad actuales, y, por tanto, todas estas tecnologías serán necesarias para esta transición.

José Mª. Cabria: La F-Gas no solo habla de nuevas instalaciones, también, y, en primer lugar, habla de cómo tratar las instalaciones existentes y de la importancia de controlar las fugas, que son el mayor causante de emisiones de CO2 a la atmósfera en una instalación frigorífica. De nada servirá pasar a otros refrigerantes si no adoptamos una cultura de sensibilización ante las fugas, más aún con refrigerantes como el CO2, con presiones de trabajo en torno a 6 veces mayores, y donde cualquier fuga supone una enorme ineficiencia de la instalación. Como solemos decir, no hay gas con menor PCA que aquél que se mantiene en la instalación.

Hasta 2032, las instalaciones se pueden recargar con nuevos gases de hasta 750 de PCA, pero no hay ninguna limitación para recargar las instalaciones con gases regenerados o reciclados, algo que el mercado lleva haciendo años, recuperando este gas de instalaciones antiguas que han sido renovadas, y este punto es de tremenda importancia que sea conocido por todas las propiedades e instaladores del mercado.

Lluis Giralt:También hay que tener presente, que esta regulación, deja la puerta abierta a exenciones de refrigerantes de PCA medio si por motivos de seguridad no pueden utilizarse refrigerantes de PCA inferior a 150 y que habrá nuevas revisiones en un futuro.

¿Qué importancia tiene que se produzcan estas revisiones cuanto antes?

Lluis Giralt: Mucha. Prevemos que, en 2026, haya una gran falta de disponibilidad de refrigerantes de medio PCA (ej. 1500), que son prácticamente el 80% de los utilizados en la refrigeración actualmente. Por tanto, muchas instalaciones existentes no podrán mantenerse. Los cambios hacia refrigerantes de PCA inferior a 150, no son cambios tan rápidos como sucedía con gases refrigerantes de sustitución directa, sino que, dependiendo del caso, deberán de cambiarse distintos elementos de la instalación, o incluso, realizar un cambio total de la misma. Esto implica que los clientes finales deben prepararse para afrontar estas inversiones en la que según la tecnología elegida pueden ser muy importantes. Otro problema añadido desde hace años es la falta de profesionales frigoristas, y que será mucho más acentuada cuando tengan que acometerse todos estos cambios. Por todos estos motivos, es importante esclarecer la última revisión de la F-GAS aprobada, y trabajar ya con refrigerantes de bajo PCA, no sólo en instalaciones nuevas sino también en las existentes.

José Mª. Cabria:Por otra parte, es muy importante considerar que los precios de los HFC ya tuvieron una subida muy elevada el año pasado. Solo en el primer trimestre de 2023, el R448A (el gas más utilizado actualmente en la refrigeración comercial), subió un 17% con respecto al primer trimestre de 2022 (Fuente Öko-Recherce), y el R134a (presente en prácticamente todas las instalaciones subcríticas), subió un 48%. Esta tendencia va a seguir al alza, y de manera exponencial, y lo que es más grave, la disponibilidad de nuevos gases de este tipo va a verse reducida de manera muy sensible, poniendo en riesgo la actividad del sector.

Por ello es de vital importancia que controlemos las fugas. El promedio de fugas en Europa es del 30%, lo cual es una absoluta barbaridad que tiene arreglo. Las fugas al 0% en una instalación frigorífica son prácticamente imposibles de conseguir, incluso en instalaciones recién estrenadas, pero hoy en día ya es posible mantener las fugas entre un 3% y un 8%. Toda instalación que fugue por encima de un 10% estará poniendo en riesgo su operatividad en un escenario de escasez de gases y precios descontrolados, por no entrar en otros factores asociados a las fugas como el aumento exponencial del consumo eléctrico y el envejecimiento prematuro de la instalación.

Es imposible renovar las instalaciones de más de 20.000 supermercados que aún operan en España con HFC en un entorno de 7 años aproximadamente. No hay capacidad de inversión para acometer esta tarea titánica (más aún cuando muchas de estas instalaciones aún se encuentran en períodos de amortización), ni personal, ni materiales suficientes en el mercado. Es por lo tanto crítico, establecer un plan de acción que tenga en cuenta tanto las instalaciones a renovar como las instalaciones a mantener y reducir las fugas en ambas, porque ambas son dañinas para el medio ambiente y para la rentabilidad de las propiedades.

¿En qué aspectos podría beneficiar o perjudicar al sector la nueva regulación?

Lluis Giralt: Los cambios generan siempre oportunidades de crecimiento, y aquellos que no lo consiguen se quedarán en el camino. El cambio de instalaciones provocará durante años una alta inversión en el sector, y conseguiremos que nuestras instalaciones sean más amigables con el medio ambiente. Un alto peligro ante elevadas tensiones por falta de producto e incrementos de precios de los refrigerantes, es el incremento del mercado negro de refrigerantes de alto PCA que afectan a todo el sector ya que provocaría que no se pudiera hacer esta transición a refrigerantes de bajo PCA, y que todos los profesionales que hayan invertido o se hayan preparado para estos cambios, haya sido en vano.

También motivado las tensiones en el mercado, hemos detectado que existen técnicos, normalmente no habilitados, que olvidan la seguridad de las instalaciones y, en consecuencia, la de las personas, al utilizar refrigerantes altamente inflables a base de hidrocarburos, en instalaciones diseñadas para no inflamables sin haber realizado ningún cambio previo. Esta práctica en el sector de la refrigeración, está señalada y prohibida por el departamento de Industria en España.

José Mª. Cabria: En definitiva las regulaciones suelen ser revulsivos para la actividad en el mercado, y esta nueva regulación va a serlo igualmente, pero más importante aún es que consigamos entre todos establecer una sensibilidad ante la problemática de las fugas, desterrar el mito de que “es normal que una instalación fugue por encima de un 10%”, o que incluso existan presupuestos anuales dedicados a cubrir la compra de gas para rellenar las instalaciones, como si el gas fuera un consumible que sí o sí, desaparece.

Es responsabilidad de todos los actores del mercado, legisladores, fabricantes, instaladores mantenedores y propiedades, concienciar del grave problema que suponen las fugas de gases refrigerantes y formar y poner remedio a las mismas mediante la suma de sistemas de monitorización y mantenimiento preventivo, y la labor y profesionalidad de las empresas frigoristas habilitadas que mantienen dichas instalaciones y que tienen el conocimiento para reparar dichas fugas.

¿Qué otros aspectos destacarían de la F-Gas?

José Mª. Cabria: Sin duda alguna, la F-Gas es una regulación con foco en la sostenibilidad y el cuidado medioambiental. Dentro de la F-Gas, como hemos comentado ya, existen varias alternativas para dar solución a la problemática actual. Será crucial conocer todas las opciones, no hay una única opción válida para todos los casos, y analizar también el coste de adquisición, pero más importante aún, el retorno de la inversión, su plazo de recuperación (payback) y el coste por TCO2e que supone cada una de las alternativas. En este aspecto, no hay ninguna opción más rentable por TCO2e que la monitorización y reducción de las fugas de gases refrigerantes.

Lluis Giralt: Finalmente, subrayamos que la F-Gas prevé una revisión en 2030, y estaremos atentos a posibles modificaciones.