

Susana Rodríguez (AEFYT): La sostenibilidad debe ser una práctica técnica, ética y verificable

El sector HVACR (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado) trabaja con tecnologías que impactan directamente en el medio ambiente, el consumo energético y la salud pública. Por eso, es importante poner en valor la sostenibilidad real frente al greenwashing. “La sostenibilidad no puede ser una estrategia de marketing, sino una práctica técnica, ética y verificable”, según expone a continuación Susana Rodríguez, presidenta de AEFYT (Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías).
¿Por qué es importante poner en valor la sostenibilidad real frente al greenwashing en el sector HVACR?
La sostenibilidad no puede ser una estrategia de marketing: debe ser una práctica técnica, ética y verificable. En el sector HVACR, trabajamos con tecnologías que impactan directamente en el medio ambiente, el consumo energético y la salud pública. Poner en valor la sostenibilidad real significa apostar por soluciones que cumplen con criterios científicos, normativos y operativos. Es una cuestión de responsabilidad, pero también de competitividad y reputación.
Además, el consumidor y el usuario final están cada vez más informados. Ya no basta con decir que algo es “verde”, sino que hay que demostrarlo. Y, en ese sentido, el sector HVACR tiene mucho que aportar, desde el uso de refrigerantes de bajo GWP hasta el diseño ecoeficiente de instalaciones.
¿Qué se entiende por greenwashing y qué daño puede hacer a la imagen del sector?
El greenwashing es la práctica de presentar productos, servicios o empresas como sostenibles sin que exista un respaldo técnico, normativo o ambiental real. Es una forma de comunicación engañosa que busca capitalizar el interés por lo ecológico sin asumir los compromisos que ello implica.
En el sector HVACR, esto puede manifestarse en afirmaciones vagas como “refrigerante ecológico” sin explicar su ciclo de vida, o en campañas que exageran la eficiencia energética sin datos verificables. El daño es profundo: desconfianza del consumidor; desventaja competitiva para quienes sí invierten en sostenibilidad real; riesgo normativo, con directivas europeas que ya prohíben afirmaciones ambientales imprecisas; e impacto reputacional, que puede derivar en sanciones y pérdida de valor de marca.
¿Qué otro tipo de perjuicios puede conllevar esta mala práctica?
El greenwashing no es solo una exageración, es una forma de competencia desleal que pone en riesgo el avance colectivo hacia la sostenibilidad. También existe el fenómeno del green-hushing, donde las empresas optan por no comunicar sus avances por miedo al escrutinio público. Desde AEFYT defendemos una transparencia progresiva, basada en datos verificables, certificaciones independientes y diálogo abierto con todos los actores del sector.
La sostenibilidad en HVACR no es una moda, es una exigencia técnica, ética y estratégica. Y, como presidenta de AEFYT, reafirmo nuestro compromiso con una transición ecológica justa, eficiente y honesta.
¿Qué pasos fundamentales se están dando en sostenibilidad real frente al greenwashing?
Desde AEFYT estamos impulsando una estrategia integral que combina acción técnica, comunicación transparente y participación institucional: aportaciones al real decreto de gases fluorados, con propuestas para favorecer refrigerantes de bajo GWP; formación especializada para instaladores, fabricantes y usuarios finales; colaboración con medios para difundir contenidos rigurosos; mesas de debate en C&R’25 con enfoque transversal (normativa, técnica y social); y guías de comunicación responsable para ayudar a nuestros asociados a evitar el greenwashing.