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Fecha de publicación
15 octubre 2025

Los expertos de AFEC desvelan las claves para cumplir con el RITE

Tiempo de lectura
6 min.
ES Español
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Los expertos del Grupo de trabajo de Regulación y Control de AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización), coordinados por Sara Sanz, de soporte a proyectos y gestión, responden de forma global a una serie de cuestiones sobre la importancia de cumplir con el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) y aportan una serie de recomendaciones y consejos adicionales.

¿Qué importancia tiene el cumplimiento del RITE en la regulación y control de las instalaciones?

El RITE establece que debe existir control por zona térmica en función de la compartimentación, el uso, la orientación, la ocupación y los horarios. Esto es clave para la eficiencia energética, el confort y la obligación legal. En el primer apartado, se climatizan solo los espacios necesarios, reduciendo el consumo. En cuanto al confort, permite regular las temperaturas mínimas y máximas por zona. Y, en tercer lugar, se trata de un reglamento de obligado cumplimiento, en línea con la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD).

En general, ¿se está cumpliendo el reglamento?

Desafortunadamente, en la actualidad no siempre se cumple de manera estricta. Muchas viviendas e instalaciones aún usan un único termostato para toda la vivienda o dividen solo entre “día y noche”, lo cual no es válido según el RITE.

Éste es uno de los motivos por los cuales el grupo de trabajo de Regulación y Control de AFEC, en el marco de la campaña “Control inteligente, climatización eficiente”, redactó el documento de referencia para profesionales, usuarios y Administraciones Públicas Recomendaciones para el cumplimiento del RITE en regulación y control, que es la base de los comentarios de esta entrevista.

¿Cuáles son los aspectos más desconocidos y los más importantes a la hora de cumplir el RITE correctamente?

Respecto a los más desconocidos, no es suficiente un único termostato por vivienda ni una simple programación día/noche. Por otra parte, las bombas de calor requieren volúmenes de inercia mínimos, superficies de intercambio adecuadas y acumuladores sobredimensionados para cumplir la normativa y ser eficientes. En tercer lugar, la ubicación y el dimensionamiento (caudales, saltos térmicos, instalación eléctrica según REBT) afectan directamente al cumplimiento. Y, finalmente, la obligatoriedad de medir el consumo y energía térmica entregada y, por lo tanto, el rendimiento con el que están funcionando los equipos de climatización, independientemente del sistema elegido.

En lo referente a los aspectos más importantes, éstos son los siguientes: instalar un control individual por estancia (válvulas termostáticas, termostatos por habitación, rejillas motorizadas, etc.); cumplir con las exigencias de instalación de cada fabricante; y garantizar que los sistemas estén diseñados para el control termo-higrométrico por zona térmica (categoría mínima THM-C3). Todos estos aspectos deben ser valorados y definidos por técnicos y profesionales.

Efectivamente, la implementación de un control por espacio o zona térmica en los sistemas de climatización residencial es crucial para cumplir con las exigencias del RITE. ¿Puede resumirnos las principales recomendaciones que se dan en el documento?

Serían las siguientes: en instalaciones con radiadores, instalar válvulas termostáticas en cada radiador; en suelo radiante/refrescante, instalar un termostato por estancia habitada; en aire acondicionado centralizado por conductos, colocar rejillas o plénums motorizados controlados por el termostato de zona; y en sistemas de aire por estancia, ya se cumplen, solo requieren una calibración correcta.

En cuanto a la optimización de la eficiencia energética en bombas de calor, las recomendaciones serían las siguientes: trabajar con temperaturas de impulsión más bajas en invierno y más altas en verano; elegir bien la ubicación de la unidad exterior (evitar obstáculos, vientos contrarios); mantener caudales de agua adecuados (salto térmico recomendado: 5ºC); garantizar un volumen de inercia suficiente (por encima del mínimo exigido, si es necesario); asegurar una gran superficie de intercambio en ACS (≈0,25 m²/kW); dimensionar acumuladores de ACS adecuadamente; e hibridar la bomba de calor con autoconsumo fotovoltaico (o solar térmica) para aprovechar los excedentes solares.

¿Qué otros temas son destacables en este ámbito?

Además de los aspectos normativos y técnicos ya comentados, conviene destacar la formación y concienciación de usuarios y profesionales: gran parte de los incumplimientos del RITE se deben al desconocimiento de las obligaciones y de las soluciones tecnológicas disponibles en regulación y control. Por otra parte, la digitalización y monitorización continua: la sensorización y los sistemas de control inteligente no solo facilitan el cumplimiento normativo, sino que permiten anticipar ineficiencias y favorecer el mantenimiento preventivo. En tercer lugar, la integración con la transición energética: los sistemas de control resultan esenciales para integrar bombas de calor, generación renovable distribuida y almacenamiento, en coherencia con la EPBD y los objetivos de descarbonización. Y, finalmente, la supervisión e inspecciones eficaces: para asegurar un impacto real del RITE es necesario reforzar las inspecciones y el seguimiento del cumplimiento, complementándolo con incentivos y difusión de buenas prácticas.

La normativa europea fija como meta edificios de cero emisiones en 2030 (nueva construcción) y en 2050 (edificio existente). En este contexto, el cumplimiento del RITE no debe considerarse solo una obligación legal, sino una estrategia clave para lograr eficiencia, confort, ahorro económico y modernización tecnológica.

En esta línea surge el Grupo de Trabajo de Regulación y Control de AFEC, con el propósito de generar consenso entre fabricantes, prescriptores, instaladores y demás agentes del sector, facilitando la correcta aplicación del RITE y demás normativas vigentes. Asimismo, busca compartir el conocimiento de los expertos que lo integran, promover buenas prácticas, identificar barreras en la implantación de soluciones de control y proponer recomendaciones técnicas que contribuyan a la eficiencia energética, al confort de los usuarios y a la descarbonización del parque edificatorio.