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13 septiembre 2019

El bienestar animal a la luz de la ciencia se antepone como uno de los compromisos del sector cárnico

Autor
César Marcos Cabañas. Periodista agroalimentario
Tiempo de lectura
7 min.
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Su certificación nace como herramienta reputacional delante del consumidor

Entre las food trends se ha colado el bienestar animal a la hora de determinar la decisión de compra de un producto cárnico. Pese a que el Modelo Europeo de Producción está avalado internacionalmente por incluir los más elevados estándares en el confort del ganado, la aparición de certificaciones para distintos alimentos de origen animal parece visibilizar mejor el compromiso ya adquirido de ganaderos e industria con óptimas prácticas en bienestar animal. Las interprofesionales cárnicas dan el paso para que un comité científico independiente avale su certificación que se homogeniza bajo un logo común.

“Todos somos responsables”. Es el lema que se entorchó desde su puesta en marcha la estrategia de la Unión Europea (UE) sobre bienestar animal y que involucra a Gobiernos, instituciones públicas, científicos, ganaderos, industria alimentaria, ONGs y la ciudadanía. El leiv motiv es la punta del iceberg de una plataforma comunitaria creada para intercambiar experiencias entre ellos. El fin postrero es aplicar mejoras en la cría, transporte y sacrificio del ganado. “La UE legisla continuamente en bienestar animal para garantizar unos requisitos de protección exhaustivos de las especies ganaderas en las explotaciones”, afirma Victorio Manuel Collado, técnico de Ganadería de Cooperativas Agro-alimentarias de España.

La voz de la ciudadanía

La población europea enfoca sus hábitos de consumo a impulso de avances de las condiciones de vida de los animales de granja, pero para ser consecuente hace falta saber cómo es el nivel de confort del ganado. Las encuestas son una herramienta para estimar el caldo de cultivo de esa sensibilización. Hace cuatro años un Eurobarómetro se enfocó en especial para vislumbrar la actitud de la ciudadanía comunitaria sobre el estado del bienestar animal.

En su respeto, protección y mejor calidad de vida coinciden la mayoría de encuestados, que además prefieren ante todo resguardarlo y mejorarlo. Europa entiende que una óptima calidad del consumo de carne, huevos o productos lácteos es sinónimo de calidad de vida propia de sus ciudadanos y también atañe al bolsillo. Gana ligeramente la intención de pagar un 5% más por alimentos que proceden de sistemas de producción respetuosos con el bienestar de los alimentos frente a los que no están dispuestos a comprarlos por un precio que el habitual, en dicho Eurobarómetro.

En cabeza para proteger a sus animales

Hablo con Jaume Bernis, porcicultor y representante del sector porcino de COAG a nivel nacional, de cómo se han adaptado a la última normativa europea de bienestar animal para cerdas en grupo y la sustitución de suelos, en las granjas. “Desde 2013, nos exige que las cerdas gestantes  estén en grupo para tener más espacio para moverse libremente y un buen lecho para descansar y dar a luz”, explica. No solo el porcino ha visto modificar las reglas que condicionan su estancia en la granja. Las gallinas ponedoras ya no están solas en sus jaulas. Tienen más espacio para posarse y acceder sin dificultades a un comedero. Los sistemas sin suelo y de gallinas camperas conceden otras condiciones de bienestar animal para los consumidores.

Ya la UE cumple cuatro décadas marcan la posición de vanguardia de legisladores, sector ganadero y transformador, científicos y veterinarios, encargados del control de que se cumplan los estándares más elevados del mundo: Se orientan al bienestar animal como en ningún otro país, gracias a criterios científicos, zootécnicos y también acordes a las demandas sociales que reclaman mejores condiciones en las explotaciones. También la sanidad animal, trazabilidad y seguridad alimentaria están en lo más arriba a escala global. No comprenden de otra forma la sostenibilidad del modelo de producir alimentos de origen animal, más allá de la visión antropomórfica de los animales de abasto, instalada ya en determinadas capas de la sociedad.

¿Por qué estamos a la cabeza en bienestar animal?

Cinco voces autorizadas me decían en el aire en Radio Nacional de España, en el programa “El mundo de la carne” que dirigí en RNE 5, que el Modelo de Producción Europeo que “es una serie de controles y condicionantes que tienen como objetivo principal la salvaguardia de unos estándares mínimos de buena vida de los animales y de protección del medio ambiente”, según Luis Gosálvez, miembro de la Sociedad Científica Española para la Protección y el Bienestar Animal.

“El bienestar animal es un prerrequisito que marca la diferenciación y establece productos de alta calidad”, dice Marian Ramo, veterinaria de ganaderos trashumantes en Albarracín y es la Comisión Europea la que identifica que permite dar más valor añadido a los productos alimentarios de la UE.

“Sabemos exactamente cuál es la alimentación que les damos a los animales, pues en la producción porcina, todo esto está completamente controlado, es decir, las horas de luz, todos los controles de temperatura y de humedad, etc.”, declara Pedro López, director del BDporc y responsable de los Premios Porc d'Or. En cunicultura, “la mayor parte de las necesidades de los conejos de granja están bien cubiertas, incluidas las necesidades comportamentales, por ejemplo preparar el nido y poder aislarse para parir, es decir, esto está bien respetado”, indica Concha Cervera, catedrática de la Universidad Politécnica de Valencia. Y no solo en granja es operativa la estricta normativa europea sobre bienestar del ganado. Se incluye durante el transporte y la fase final de la producción: “en puntos a considerar como el diseño de vehículos, pensado para evitar lesiones y sufrimiento, garantizar una ventilación adecuada o poseer un suelo antideslizante, entre otros”, cuenta Natalia Febrel, técnico de la Asociación Nacional de Transportistas de Animales (ANTA).

Lo que hay detrás de un sello

Parece que la certificación es el medio elegido por los consumidores para visibilizar que se aplican las exigencias de bienestar animal del Modelo de Producción Europeo. Y así lo ha entendido el sector. “El bienestar animal es mucho más que la legislación”, manifiesta Sandra Montejano, gerente de Alimentación de AENOR, una de las empresas certificadoras que han sido las primeras en unirse al Esquema de Certificación en Bienestar Animal “basado en Welfare Quality”, un protocolo que implica una auditoría rigurosa del bienestar animal mediante la observación de los animales y de su entorno, así como una comprobación del cumplimiento de la legislación para la trazabilidad desde la granja hasta la última fase de la producción. Son cuatro los parámetros analizados: Buena alimentación, buen alojamiento, buen estado de salud y comportamiento apropiado para las necesidades de la especie.

Pero no solo existe esta certificación unificada e independiente, las interprofesionales cárnicas están ultimando otra que avalará las mejores prácticas en bienestar animal. ASICI, INTERCUN, INTEROVIC, INTERPORC, PROPOLLO y PROVACUNO han aunado la voluntad del sector para poner en marcha “Compromiso Bienestar Animal”. La imagen común de este sello busca que el consumidor reconozca en el producto que adquiere una certificación de las producciones en bienestar animal, sanidad, profilaxis, bioseguridad, manejo y trazabilidad, de manera que se refuerce la seguridad alimentaria.

Este compromiso del sector de la producción animal en bienestar del ganado cuenta con el aval de un comité científico independiente, que coordinará y velará por el cumplimiento de los diferentes reglamentos en cada subsector, en los que se recogerán requerimientos más estrictos contemplados actualmente.