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03 julio 2020

Lección de resiliencia frente al coronavirus

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Por Marta Fernández Periodista agroalimentaria La pandemia provocada por el coronavirus SARS CoV2, que es el causante de la COVID-19, ha trastocado nuestras vidas a nivel sanitario, personal, laboral económico y social. La maquinaria se paró en seco el 14 de marzo tras el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la entrada en vigor del estado de alarma en nuestro país.

Tras la medida, sanidad y alimentación tiraron del carro y puntualmente todos los días cada uno de nosotros comenzamos a asomarnos a nuestras ventanas para aplaudir a los héroes. Unos héroes que en el caso del sector primario no dudaron en dejar a un lado sus protestas para hacer lo que tocaba: abastecer de alimentos a la población. Y se puso de manifiesto la importancia del sector primario y de la industria agroalimentaria en su conjunto, que pasaron a ser esenciales.
La realidad es que, a pesar de que agricultores, ganaderos, industrias transformadoras, mataderos, distribuidoras y toda la totalidad del sector ha estado y continúa estando al pie del cañón, la situación es complicada. Si bien es cierto que el consumo en hogares se ha incrementado de forma considerable, el parón en hostelería ha hecho muchísimo daño, especialmente a productos como las carnes. "Con la clausura de la restauración se cerró una vía de venta muy importante para el sector y ahora con la apertura parcial de estos establecimientos y la llegada del verano confiamos en una rápida recuperación del consumo en los restaurantes", cuenta Javier López, director de PROVACUNO. También las de ovino y caprino se han visto especialmente afectadas. No obstante, aún es pronto para hacer balance de las consecuencias e incluso hacernos una idea de la verdadera envergadura de la crisis, explica Raúl Muñiz, presidente de INTEROVIC. "Cuando la maquinaria económica del país vuelva a funcionar y podamos ser conscientes de la verdadera consecuencia, será cuando podamos analizar y sacar conclusiones", añade.
De momento, lo que sí es evidente es la rapidez con la que el sector se ha adaptado a la nueva situación y ha reaccionado a los cambios, puesto que el confinamiento derivado del estado de alarma ha incorporado nuevas medidas de seguridad laboral, así como un cambio de patrón tanto de consumo como de percepción de productos de alimentación perecedera.

Nuevas medidas de seguridad
Desde el punto de vista laboral, Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL, cuenta que uno de los principales inconvenientes con los que se topó el sector al comienzo de la crisis fue la limitación de la movilidad y el transporte. Por su parte, Begoña Jiménez, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales de FEPEX, destaca el sobreesfuerzo realizado por el sector para adaptarse a los nuevos requisitos del estado de alarma, "que tiene como principal consecuencia el incremento de los costes de producción, porque las cadenas se ralentizan, y en sectores que trabajan con márgenes tan ajustados, lógicamente afecta".
Para llevar a cabo esta adaptación, continúa Luis Miguel Fernández, "COEXPHAL estableció un plan o protocolo de actuación, elaborado por personal sanitario que se explicó a las empresas para su implantación, indicando que lo primero que tenían que hacer era informar a sus trabajadores sobre el coronavirus y las medidas para su prevención. Para ello se les enviaron carteles del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud que colocaron en distintas zonas de las empresas, un material difundido además en varios idiomas (inglés, francés, árabe, ruso y rumano) para facilitar su comprensión por todo el personal".

Digitalización de procesos y venta online
Otro de los cambios provocados por el obligado distanciamiento social ha sido la transformación del modelo en las relaciones sociales, posicionando a la digitalización en el epicentro de las mismas. De cara al sector, los cambios más evidentes son dos. De un lado, la pérdida de miedo a la compra/venta a través de internet de productos perecederos y, de otro, la agilización de procesos.
Con respecto al primero, el e-commerce de productos frescos, aunque hasta la fecha han sido varios los proyectos desarrollados por diferentes compañías antes de la crisis, quizás el más conocido es el impulsado por Unica Group, que en torno a la "Caja Saludable" ha desarrollado una completa estrategia de marketing digital para poner en valor tanto los beneficios de consumir frutas y hortalizas, como la venta online de los mismos desde el origen.
Una iniciativa a la que, a raíz de la crisis, también se ha sumado, por ejemplo, el sector de ovino y caprino que, como explica Raúl Muñiz, se ha visto obligado a incluir de forma la venta a través de internet en su estrategia. Un canal, del que dice, "hemos podido constatar que no solo es muy interesante, sino que ha venido para quedarse". Al respecto, Javier López comenta que, efectivamente, "en el sector hemos notado cambios en los hábitos de consumo que posiblemente hayan llegado para quedarse. Las ventas de productos agroalimentarios online se han disparado, la utilización de canales cortos de comercialización también".
Junto a ello, Mari Luz de Santos, gerente de INTERCUN, añade que la obligada digitalización ha abierto también todo un abanico de posibilidades desde el punto de vista profesional en la agilización de tareas y reuniones, contribuyendo, además, a la sostenibilidad medioambiental. "Lo que no quiere decir que una vez se instaure de nuevo la normalidad se vaya a abandonar el formato presencial, pero es cierto que nos hemos dado cuenta de que ambos pueden convivir", dice.

Consumidor consciente y marketing
Y en todo este conglomerado de cambios, el consumidor ha comenzado a tomar consciencia de la importancia de cuidar su salud a través de la alimentación, colocando a frutas, verduras y carnes frescas en el centro de sus preferencias. Así, la gerente de INTERCUN explica que el hecho de que los consumidores hayan tenido más tiempo y hayan reflexionado sobre qué tipo de alimentos son mejores para su salud "ha beneficiado a la carne de conejo, que está muy bien posicionada como alimento sano y saludable por sus propiedades nutricionales, y hemos tenido una muy buena respuesta por parte de los consumidores, incluso quizás con un incremento en el consumo en gran distribución; otra cosa es la venta en pequeño comercio y canal Horeca. Lógicamente, como al resto, se nos ha caído esta pata y está perjudicando claramente al sector, pero en general, la percepción de los consumidores hacia la carne de conejo ha mejorado".
Por su parte, Víctor González, director de Marketing de Grupo AGF cuenta que, aunque el inicio de campaña de sandía Fashion, a principios de abril, fue complicado porque la climatología y las recomendaciones sanitarias -que instaban a no vender la fruta partida- no acompañaron, el inicio de las fases de desescalada y el buen tiempo sí les ha beneficiado "porque los consumidores en general apostaron por cuidar su salud y hacer frente al virus a través del consumo de alimentos saludables. Y este ha sido, creo, el gran beneficio para el sector. Nos ha dado pie a poder comunicar de una forma más masiva a partir del factor salud como hito principal de las marcas".
No es casualidad por tanto que del lado hortofrutícola 120 empresas de diversa naturaleza se hayan sumado a la campaña de promoción auspiciada por FEPEX, "Vive saludablemente. Frutas y verduras", cuyo objetivo ha sido fomentar y poner en valor tanto el consumo de frutas y hortalizas, como la variedad y capacidad productiva española. Lo positivo, cuenta Begoña Jiménez, "es que hemos conseguido la unión del sector en un proyecto de marketing global”.
Turismo y mercado exterior
Como ha quedado patente, el cierre del canal Horeca ha agudizado la ya de por sí complicada situación económica de nuestro país, y a día de hoy son todavía muchas las dudas sobre su apertura total y vuelta a la normalidad, coincidiendo, además con la temporada de verano, que es cuando más turistas visitan España. Al respecto, Víctor González, de Grupo AGF confirma que efectivamente una de las principales incertidumbres es qué pasará con el turismo. Ahora bien, añade, "si en última instancia esos miles de consumidores no vienen a España, nosotros podemos ir a sus lugares de origen. Por lo tanto, quizás baje el mercado nacional pero aumente el de exportación".
De hecho, durante el mes de marzo, al comienzo de la pandemia, el comercio exterior de frutas y hortalizas creció un 3,6% en volumen y un 13% en valor, según los últimos datos disponibles del Departamento de Aduanas e Impuestos especiales procesados por FEPEX.
También el sector de ovino y caprino encontró en los meses más duros de la pandemia un pequeño respiro en la exportación de carne y animales vivos.
De cara al futuro, Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL, cuenta que es muy difícil hacer una predicción, pero en base a lo vivido y pensando en la próxima campaña de hortalizas en Almería, que comenzará en septiembre, no duda en afirmar que "con las garantías y el comportamiento ejemplar de los agricultores, empresas y trabajadores, se ha reforzado la relación y confianza con toda la distribución europea y esto debería reforzar nuestra posición en los mercados para los próximos años".
Por su parte, Javier López recuerda que la incertidumbre está ahí y las expectativas no son positivas, sin embargo, remarca que "no ha existido ninguna duda en los meses que hemos convivido con el virus de la respuesta contundente que ha dado el sector agroalimentario, posicionándose como un sector comprometido, solidario y esencial que ha abastecido en cantidad, calidad y seguridad alimentaria a toda la población".
Un trabajo que, cuenta orgulloso Raúl Muñiz, "nos ha servido para acercarnos a la sociedad. En cuanto al futuro, "pedimos que cuando las cosas se normalicen, no se olviden de nosotros, que vamos a seguir en el campo con nuestros animales produciendo nuestras exquisitas carnes", concluye.