Cabecera noticias Cabecera noticias móvil
28 febrero 2022

El sector cárnico hoy: entre la moderación del consumo y la transición tecnológica

Tiempo de lectura
7 min.
Secciones de la noticia

Los datos de consumo en el hogar y de exportación de producto cárnico nacional reflejan la vuelta a la normalidad tras los inusuales crecimientos a causa de la pandemia y de la PPA en otros mercados. El sector cárnico se enfrenta, además, a un periodo de transformación en el que la tecnología y la digitalización están llamados a mejorar la eficiencia de toda la cadena a nivel operativo, medioambiental y de seguridad alimentaria. Todo ello, impulsado por las políticas y ayudas económicas previstas para los próximos años, entre las que destacan el Perte Agroalimentario y la nueva estrategia de aplicación de la PAC en nuestro país.

El consumo de carne en el hogar se ha reducido en 2021 respecto al año anterior. En el año móvil TAM diciembre 2020-noviembre 2021, en base a los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), los españoles han consumido en sus casas cerca de 2,1 Mt de productos cárnicos. La cifra es un 8,4% menor a la reportada en las mismas fechas del periodo anterior (diciembre 2019-noviembre 2020). Esta reducción de compras ha afectado de forma similar a la recaudación de las mismas, ya que en el último TAM disponible se ha situado sobre los 15.000 M€, un 6,2% menos que en el ejercicio anterior, cuando el sector rozó los 16.000 M€.

Los datos del Mapa señalan un descenso generalizado en las tres grandes categorías: carnes frescas, congeladas y transformadas. La primera de ellas es la que más desciende tanto en volumen (-9,6%) como en valor (-8,1%) con 1,5 Mt comercializadas para consumo en el hogar y 9.586 M€ facturados. En este punto, es de destacar que la sociedad tiende a consumir este tipo de productos en restaurantes y bares, canal que no está incluido en los datos del Ministerio. En el mismo sentido, la imposibilidad de comer fuera del hogar durante los sucesivos confinamientos y restricciones por el coronavirus hizo que las familias apostaran por una mayor compra de productos cárnicos frescos, lo que alzó de forma irregular las cifras registradas en 2020. De hecho, el consumo cárnico en el hogar superó en dicho año natural las 2,3 Mt, una cifra que no alcanzaba desde 2013, mientras que habría que retroceder hasta 2008 para encontrar un valor superior a los 16.160 M€ conseguidos en 2020.

El sector recupera, en cierta manera, el camino dejado después del impacto del confinamiento por la pandemia, igual que lo hace el ritmo exportador a causa de la recuperación de producto cárnico interno por parte de China. Este país, muy afectado por la peste porcina africana (PPA) en ejercicios previos, alzó las ventas de carne de cerdo española fresca, congelada y transformada un 118% en 2020, mientras que un año más tarde se sitúa alrededor del 3%. Aún así, el gigante asiático sigue siendo el primer mercado de exportación cárnica de España con un 30,7% de cuota, seguido de Francia (12,5%) y Portugal (8,1%).

Las empresas cárnicas confían en aumentar ventas en 2022

A pesar de la evolución de los datos de consumo y exportación, el sector cárnico español está convencido de que 2022 será un buen año. El último termómetro de la industria cárnica española realizado por Publicaciones Alimarket señala que siete de cada 10 empresas prevén incrementos en sus negocios en este ejercicio, si bien no son pocos los retos a los que se enfrentan.

Uno de ellos es la diversificación y apertura a nuevos mercados internacionales, habida cuenta de que los tres mercados principales de exportación acaparan más de la mitad del volumen de venta exterior. A ello se le suman los cambios en el consumo interno y europeo hacia dietas con menor presencia de cárnicos, ya sea por impulso de la Administración o como tendencia presente y creciente en la sociedad. Ejemplo de lo primero son la Estrategia Nacional España 2050 y el proyecto ‘De la granja a la mesa’ de la Comisión Europea, donde se hacen referencias a la reducción de la ingesta de alimentos de origen animal, carnes rojas y procesados cárnicos. Por otra parte, y según el informe 'The Green Revolution' publicado por Lantern en 2021, el 13% de la población adulta española opta por dietas vegetarianas, veganas y flexitarianas, mientras que cinco años antes el porcentaje no alcanzaba el 8%.

Desde el punto de vista operativo, la principal preocupación de la cadena ganadero-cárnica española es el auge de los precios de las materias primas, el transporte y la energía, según la encuesta recientemente realizada por Alimarket. Todo ello, sin contar otras dificultades que puedan desarrollarse de forma imprevista en todo o parte de la industria cárnica española. Una de ellas podría ser la expansión la gripe aviar en nuestro país, que en los primeros meses de 2022 ya ha afectado a explotaciones en ocho provincias, obligando a los criadores a sacrificar miles de aves.

Las ayudas europeas serán clave para la evolución del sector

Ante esta coyuntura, las compañías confían en la innovación y la tecnología como palanca para superar las adversidades, a través de la mejora de la eficiencia productiva y logística. El abanico de proyectos anunciados y previstos por diversos actores del sector cárnico contemplan desde la digitalización de las granjas hasta nuevos sistemas para la reducción del impacto medioambiental, pasando por la apuesta por energías renovables, I+D de nuevos productos cárnicos y plant-based e incluso aplicación de inteligencia artificial para asegurar el bienestar de los animales.

La cadena ganadero-cárnica nacional se muestra convencida de la necesidad de invertir para avanzar, si bien es cierto que este impulso se ha visto reforzado por la mayor liquidez que se prevé en el sector gracias a las ayudas procedentes de la Unión Europea. Y es que a comienzos de 2022 el Consejo de Ministros ha aprobado el Perte Agroalimentario, que canalizará parte de los fondos Next Generation EU para el impulso de esta macroindustria, en la que se enmarca la cárnica. Cuenta con una inversión pública de unos 1.000 M€ hasta 2023 y el Gobierno de España prevé un impacto de partida en la economía de unos 3.000 M€ y hasta 16.000 nuevos empleos.

Asimismo, el Ejecutivo nacional envió a Bruselas el Plan Estratégico para la aplicación de la Política Agraria Común (PAC) en España, un proyecto dotado de más de 47.000 M€ para potenciar medidas de desarrollo rural entre 2023 y 2027. Sus objetivos se enmarcan en el fomento de la competitividad, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, a la vez que incide en el fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales. Para ello contempla ayudas a rentas, servicio de asesoramiento y medidas de desarrollo rural en favor de la innovación, la mejora del conocimiento, las inversiones, el uso de tecnología y la digitalización, entre otros aspectos. Todo ello con el fin de crear un ecosistema empresarial competitivo que pueda hacer frente a los retos del futuro.