Cabecera noticias Cabecera noticias móvil
10 diciembre 2021

¿Por qué coleccionar pintura religiosa en FERIARTE?

Tiempo de lectura
4 min.
Secciones de la noticia

Una de las cuestiones poco comprensibles, del mercado del arte actual es la “injusta” valoración del arte religioso e incluso el arte antiguo en general, si la comparamos con una parte del arte contemporáneo, incluso si la comparación la hacemos con los maestros antiguos, siempre excluyendo a una veintena de estos de los que apenas sale obra al mercado.

Un ejemplo, José de Ribera, es uno de los grandes artistas del siglo XVII. Su figura se estudia y se seguirá estudiando en los grados de historia del arte y sus obras cuelgan en las paredes de los mejores museos del mundo. Su producción no es pequeña, pero sí limitada si la comparamos con otros artistas, y relativamente escasa habida cuenta que mucha de esta se encuentra colgada en colecciones y museos. Pues bien, sin entrar en cifras, que en este caso son todo menos mareantes, una pintura de puntos de colores de Damien Hirst es fácil que se adjudique en subasta por una cantidad que doble a la de un cuadro de tamaño medio pintado por el enorme artista español. Cierto, no todo el mundo puede permitirse desembolsar esa cantidad, pero el desequilibrio es grande; otro ejemplo, un Warhol puede costar veinte o treinta veces más que un buen Murillo.

Y el arte religioso español se va fuera de España

El filántropo Jonathan Ruffer frenó en el año 2013 la dispersión de una valiosa colección de pintura española del siglo XVII propiedad de la Iglesia de Inglaterra custodiada en el castillo de Auckland.

El coleccionista comentaba en una entrevista que era una suerte para él que la pintura de muchos maestros antiguos, refiriéndose a pintura barroca española, no sea prioritaria en el mercado del arte actual. Afirmaba que, de seguir manteniéndose esta tendencia, podría crear en el Castillo de Auckland una magnífica galería consagrada al arte español en breve.

Su prioridad fue y es el arte de la Reforma Católica, fechado entre 1600 y 1650, realizado por artistas de Francia, Italia y España. Precisamente una investigación sobre la autoría de unos zurbaranes en la colección del castillo fue lo que le hizo sentir esa necesidad e importancia de dar a conocer el valor de la pintura religiosa y reflexionar y hacer reflexionar a los coleccionistas sobre lo que está pasando en el mercado del arte de antigüedades sobre la tendencia a la baja en los precios de esta temática pictórica.

Con ese razonamiento, además de estudiar pormenorizadamente la figura, obra y cotización de Zurbarán, se decidió a comprar la colección que actualmente tiene el castillo de Auckland advirtiendo que él la pudo comprar porque fue el único que cubrió el precio de salida, porque tenía una motivación para hacerlo y porque en Inglaterra Zurbarán no era muy conocido, y además, al modificar la atribución de Ribera a Zurbarán, hicieron bajar los precios.

Precios bajos, motivación por crear espacios y puesta en valor del arte, conocimiento e identidad histórica, son tres buenos argumentos para coleccionar arte religioso de primer nivel en Feriarte.

Agustín Martínez Peláez

Grupo HIEART

Universidad Rey Juan Carlos

Fotografía: Ángela R. Cupeiro

Fuentes:

Zurbarán y el mecenas inglés