cabecera noticias cabecera noticias movil
23 marzo 2022

Joaquín Sorolla y Julio Romero de Torres: dos maestros reunidos en las ferias de IFEMA.

Tiempo de lectura
3 min.
Secciones de la noticia

Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863-Madrid, 1923) y Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874 - 1930), dos artistas españoles del cambio de siglo, de gran reconocimiento a nivel nacional e internacional. El uso de la luz, el cromatismo y la composición en la que se establecen las figuras en el lienzo, convierten sus obras en piezas más que reconocibles para los amantes del arte. 

Sorolla es conocido como el pintor de la luz y del mar. Nacido en Valencia, es uno de los artistas más representativos del postimpresionismo y luminismo español. En su obra podemos encontrar cuatro temáticas principales: retratos, escenas a orillas del mar, obras de realismo social y regiones españolas. Por su parte, Julio Romero de Torres, pintor de la mujer morena, realiza una pintura más regionalista, hasta evolucionar a un estilo más personal, conjugando el sentimiento popular y folclore, y reflejando una España más dramática y rural.

La rica oferta de pintura del siglo XIX y principios del XX en esta nueva edición es más que evidente. Nos llaman la atención dos retratos de estos grandes maestros; La modelo, de Julio Romero de Torres, y el Retrato de Eugenio Montes Ríos, de Sorolla. Ambos retratos se encuentran en la Galería Lorenart, una galería especializada en pintura y escultura española contemporánea, recurrente en pasadas ediciones de Antik Passion y Feriarte. 

El retrato de Romero de Torres, La modelo, refleja a la perfección el estilo del artista, poniendo de manifiesto una vez más, la voz de la mujer andaluza. A lo largo de su trayectoria estableció un ideal femenino, caracterizado por la mujer misteriosa, liberada de convencionalismos y presa de sus pasiones. Del mismo modo, en la obra del cordobés, es muy recurrente el empleo de elementos florales y frutales, sobre todo de la naranja, aunque también representa limones y manzanas, como vemos en este retrato. Estos elementos son un reflejo del simbolismo que radica en las obras del artista. La manzana ha sido muy utilizada en el arte como alegoría del pecado, significado que adopta también en las obras del cordobés. Lo vemos así en otra de sus obras, titulada Pecado, en el que no solo la manzana hace alusión a él, sino también el espejo en el que se refleja la figura femenina. Por su parte, el Retrato de Eugenio Montes Ríos de Sorolla, pintado hacia 1897, sea probablemente un estudio de cabeza para su Jura de la Constitución por S.M la Reina Regente Doña María Cristina de Habsburgo, ya que en ese momento Eugenio Montes Ríos era el Presidente del Senado. El retrato formó parte de la exposición del “I Centenario del Nacimiento de Sorolla”, en el Casón del Buen Retiro en 1963. Una obra que deja patente la buena manera de hacer del artista, y nos muestra una vez más, la maestría con la que ejecutaba sus primeras impresiones. 

Aida Vanrell Ramos

Fotografía Aida Vanrell Ramos

Artículos relacionados:

¿Qué es el mercado del arte?

Coleccionistas e historia del arte